Almas Vacías

8º Capítulo

" A punto de erupcionar el volcán"

Nos quedamos mirando fijamente. Tiene los ojos verdes como la esmeralda, las mejillas rojizas y el pelo medio despeinado.

—Puedes ser mi amiga, si, pero tampoco te flipes- le dije apuntándole con el dedo.

—Ummm, vale- dice mientras se vuelve hacia su sitio.

No sé porque sigo siendo así de dura con él. Creo que ya estoy acostumbrada a que me mientan tanto o me hagan daño cuando menos me lo espere, que ya un acto de bondad de un chico no me lo creo, y prefiero tener mi escudo.

Han pasado ya varios días. Desde ese día, de vez en cuando viene a hablar conmigo, yo le escucho y alguna que otra vez digo algo. Otras, él pasa de mí, y yo le cojo manía y asco. Somos un dúo un tanto raro. Unas veces siendo como dos imanes y otras siendo dos polos opuestos.

Hoy es el último día para acabar los exámenes y terminar de entregar los trabajos.

Definitivamente en dos semanas, es Navidad.

Este fin de semana no haré gran cosa. Carla me dijo de ir a una fiesta que van a hacer tras acabar el primer trimestre pero a mí sinceramente no me van las fiestas y menos con los de mi clase.

Pero Carla, me sigue insistiendo. 

—Venga, por favor ven. Si ves que no te sientes cómoda, nos vamos, te lo prometo- me dice Carla desde la otra línea del móvil.

—Carla, tú sabes que las odio y me genera mucha ansiedad. ¿Cómo quieres que vaya a literalmente la boca del lobo?

—Bueno, si ves que sientes mucho agobio, buscamos una solución. Es que no quiero ir sola, venga por favor- suplica.

—¿Y dónde están Ana y María?

Ellas dos son amigas de Carla de cuando estaban en gimnasia rítmica. Formaron una piña y desde ahí, no se han separado. Siempre las pongo en estos casos de emergencia porque así se va con ellas.

—Justo este fin de semana no pueden las dos. Ana va hacia su pueblo y María tiene que estudiar. Venga, por favor, solo esta fiesta- dice ya gastando sus últimas súplicas.

—Bueno vale, voy. Como no nos vayamos cuando me empiece a estresar, no te hablo en semanas- amenacé.

—Jajajaja, venga vale, gracias- dice suspirando.

Al colgar, ya me arrepiento de haber dicho que sí. Confío en que Carla me saque de ahí lo antes posible y ya está, porque sino no sé cómo aguantaré.