31º Capítulo

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"Cicatrizando heridas"


Llevaba una semana sin hablarle. Mil llamadas perdidas, y un mensaje diciendo "lo siento".

Yo observaba el móvil, sin saber que hacer, sin saber si de verdad seguir. Podéis llamarme exagerada, que me defendió, pero yo no lo sentí como una protección. Lo sentí como algo innecesario. El hecho de no saber lo que había pasado era mejor que volver a abrir una herida. No estuve allí, no sentí esas palabras, pero ver las heridas que le crearon por algo que yo cree, me destruía.

—¿Sigues sin hablarle?- pregunta mi madre que está mirándome desde la puerta de mi habitación.

Le conté todo lo que sentía, el por qué no quería hablarle. Ella me entendió, y me apoyó. También mi padre me estuvo apoyando e incluso Angie. Sabían lo que sufrí y eso hacía que sintiera que encajaba en todo este puzle.

Decidí hablarle, y quedar con él para hablar las cosas. Es la solución que pondría el final de esta pelea.

—¿Nos vemos mañana a las 17 en el parque?- le escribí sintiendo un pequeño alivio.

—Vale, mañana nos vemos.

Al día siguiente, voy andando hacia el parque. Estaba nerviosa, no sabía que podía pasar pero sinceramente quería acabar ya todo esto. Y ahí estaba. Sentado en el banco, moviendo sus piernas de los nervios que tenía y mirando hacia su alrededor para buscarme entre la multitud.

—Hola- le digo con un tono seco.

—Hola Lara- me da un abrazo y yo se lo devuelvo. Puede que esté enfadada, pero nunca rechazaría un abrazo de él.

—Bueno, creo que intuyes el motivo por el cuál estoy enfadada.

—Sí, me lo explicó mi madre. Quería decirte que lo siento mucho, no era mi intención hacerte sufrir de esa manera. Debo de relajarme más cuando alguien se enfrenta a mí- admitió.

—Bueno, eso seguro, pero también tienes que tener cuidado. Esto para mí, es un tema delicado y sinceramente, no quería volver a recordarlo.

—Lo sé, y por eso me arrepiento. Admito mi culpa.

—¿No lo volverás a hacer?- le pregunté.

—Te lo prometo Lara.

La tensión que tenía dentro se esfumó en el momento que él me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Estuvimos hablando de lo que habíamos hecho en esa semana sin hablarnos, y cómo nos reíamos por lo patético que habíamos sido, aunque admito que yo es verdad que sí que estaba mal, pero no quería decírselo.

Acabamos la tarde viendo el atardecer y comiendo unos bocadillos en el bar más famoso del pueblo. Eran muy populares aquí.

Al llegar a casa le comento la situación de lo que había pasado a mi madre y a mi padre. Se sentían aliviados de que habíamos vuelto a tener más relación. Yo, de todas formas, en esta semana empecé a ir de nuevo al psicólogo. Me hacía mucha falta, y decidí ir.

Aún siento esa herida que se creó ese día de diciembre. Aún queda mucha lucha para que mujeres y niñas, no nos sintamos sin miedo. Que seamos capaces de salir a la calle, mostrando cada defecto y sintiéndonos queridas de nosotras mismas. Porque no es justo sufrir por el simple hecho de ser mujer. Y eso había que seguir luchando.

Unos días más tarde, Erick vino a mi casa a pasar el día. Angie justo no podía por tema de trabajo. Hicimos una barbacoa ya que hacía buen tiempo, y estuvimos hablando y jugando a juegos de mesa. Volví a sentir que todo cuadraba a la perfección. Erick se notaba que se sentía mal por lo que creó, y eso en parte, lo valoro mucho. El simple hecho de admitir la culpa, y sentirte afectado por algo que tú creaste, pidiendo perdón, pocas veces pasaba, pero él decidió hacerlo. Dentro de poco haríamos 1 mes juntos, y para mí, se había vuelto algo mucho más largo. No es que seamos la pareja que celebra cada mes a lo grande, pero es verdad, que iremos al cine o a tomar algo. En nada iremos a Liverpool, y será una celebración por el tiempo que llevábamos juntos.

......

Mañana tendré psicóloga y quiero decirle todo lo que he sentido en esta semana, y cómo lo hemos solucionado entre los dos. Ella me ha estado ayudando en cada paso que daba, y ha sido un apoyo que no sabía que necesitaba, hasta que lo tenía.

Ella me ha cambiado la vida de alguna manera, para poder sanar mi corazón. 

Almas VacíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora