"Latidos frágiles"
Lara Conner, sobrevivió a la primera noche.
Fui a verla por la mañana junto a sus padres. Nos dijeron que por la noche tuvo momentos muy graves, pero pudo salir de ahí, aunque desgraciadamente, ella se encontraba en un coma.
Pasaron varios días desde que ocurrió todo. Y su corazón seguía latiendo con fuerza. Decidieron los médicos que hasta que no se despertará del coma, ella seguiría en el hospital de Londres y no la iban a desplazar hacia el hospital de Reading aún.
Me hago un desayuno rápido y me voy hacia el hospital. Angie me llamó y me dijo que aún seguía dormida, pero lo bueno es que no había riesgo de hemorragia y había mejorado pese a estar aún inconsciente.
—Buenos días, ¿cómo estás?- pregunté a Alice.
—Buenos días, mejor pero aún sigo asustada. No me gusta verla en la UCI, y dependiendo de un hilo que la pueda salvar. Pienso que en cualquier momento puede empeorar o irse- dice empezando a brillarle sus ojos.
Le doy un abrazo y le digo que ella estará con nosotros pronto. Suelto un perdón y le miro con cara de que hay que luchar pese a lo que está ocurriendo.
—¿Por qué dijiste perdón?
—Porque no estuve con ella cuando ocurrió todo. Vi el grupo de chicos y me acerqué simplemente para ver que estaban haciendo, y nunca me llegaría a imaginar, que ella estuviera ahí. Me sentí super mal y la frustración de pensar que si yo hubiera llegado más tarde, puede que no hubiera sobrevivido aquella noche. Fue mi culpa en parte, aunque me digáis que no.
—Erick, sé que pensarás que es tu culpa, pero no lo es. Fue por culpa de esa gentuza que vio a una mujer sola, y se aprovecharon de ella. Esa gente sí que tiene la culpa de llevarse la inocencia de una chica. No te machaques por ello.
—Lo intentaré Alice, yo solo necesito que vuelva- las lagrimas salían y volvía a sentir esa presión, esa ansiedad que me consumía cada vez a más.
Llegamos a la UCI, y nos dicen las reglas que debemos de cumplir y seguidamente nos llevan hacia ella.
—Hola cariño, estás siendo muy fuerte- dice Alice cogiendo su mano delicadamente.
Michael vendrá ahora más tarde porque se ha quedado con Abby. Su padre se lo comentó lo mejor posible para que no se hiciera tanto daño, pero de todas formas, ha acabado muy mal. De los 4, es a ella la que más le ha afectado. Apenas come, no quiere hablar con nadie, y las notas le están bajando considerablemente.
—Hoy vino una persona que seguro que te hace ilusión, ven Erick.
Me acerco a ella y le cojo de la mano. Siento su piel muy sensible, y su corazón le cuesta latir. Viéndola así, me parte por dentro, como si un cristal acabara de ser martilleado.
Nos sentamos y nos quedamos hablando de anécdotas de cuando Lara era pequeña. Que si quería empezar a nadar sin manguitos pero se ahogaba, o cuando se callo con los patines y estuvo llorando una semana. La verdad es que estuvimos riéndonos un buen rato y en el ambiente de la sala se notaba que había menos tensión.
En ese instante, éramos felices, porque a veces la vida te regala estos momentos aunque vivas en medio de una pesadilla.
Me voy a casa a despejarme y estar con mi madre. Esta semana apenas he estado con ella y se merece que lo esté porque no lo está pasando muy bien.
—Hola mamá- digo mientras entro en casa y dejo las llaves.
—Hola hijo, ¿cómo está Lara?- su cara está apagada, el azul de sus ojos apenas se nota y no le brillan por las ganas de llorar que tiene.
—Sigue en coma, y su salud aún es crítica.
—Pobre, no se merece nada de esto.
—¿Tú cómo estás mamá?- le pregunto notando cierta tensión.
—Ahí voy, tengo mis momentos- dice con la mayor sinceridad posible.
—Pues prepara las maletas para 4 días, que nos vamos.
—Pero, ¿y qué pasa con Lara?
—Lara estará con su familia, y está muy bien cuidada en el hospital. Tú necesitas salir, y por eso nos vamos, te mereces descansar.
Se sube y prepara la maleta. Tengo que aprovechar que aún quedan 5 días de fiesta antes de clases. De todas formas esta semana iré, pero no tantas horas porque prefiero estar con Lara por si pasa cualquier cosa. Además, no haremos mucho en clase porque la mayoría de días son recuperaciones.
Reservé un hotel en el pueblo de Canterbury. Es uno de los pueblos donde más años ha estado ella yendo en verano, ya que sus padres tuvieron ahí una casa. Desde que nací, mi madre apenas podía ir y muy pocas veces visitaba a sus padres. Hoy tendrá la sorpresa de reencontrarse después de un año sin poder verse tras lo que pasó con mi padre. Me subo a la habitación, preparo las cosas y me ducho. Mañana temprano iremos hacia el pueblo.
Al día siguiente
—¿Estás ya mamá?
—Si, lo voy a meter en el maletero. ¿Meto la tuya?
—Si por favor. Yo revisaré si no nos falta nada.
—Vale.
Se va hacia el coche y yo meto lo que nos queda de equipaje.
—¿Y a dónde vamos a ir?- pregunta Angie mientras se mete en el coche.
—Te tendré que tapar los ojos cuando lleguemos a un cierto punto. No lo sabrás hasta que lleguemos.
—Interesante- la miro y veo que tiene una pequeña sonrisa. Eso para mí, ya es un logro. Se merece estar feliz, y espero que lo consiga en estos días.
Pongo música, ella se tumba y se empieza a dormir.
Al final no hizo falta taparle los ojos, porque estuvo dormida todo el camino. En cuanto llegamos, la levantó y un pequeño repullo sale de ella.
—Buenas tardes pequeña durmiente- digo riéndome por el susto que pegó antes.
—Que gracioso- se ríe y me pregunta dónde estábamos.
—Te tienes que tapar los ojos, ahora sí.
Se pone el pañuelo y la llevo hacia la casa de sus padres.
—¿Preparada?
—No sé, estoy nerviosa.
Les pongo en frente de ellos, y le quito el pañuelo despacio.
—¿Papá? ¿Mamá? - su cara de shock, se la notaba a kilómetros de distancia.
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Almas Vacías
RomanceLara, una chica que no tiene ningún objetivo planeado. Erick, un chico problemático para el pueblo, pero para los ojos de la persona correcta es totalmente lo contrario. En el pueblo de las afueras de Londres todo ocurre con normalidad hasta que u...