"Pequeños momentos"
Una semana más tarde
Hemos estado visitando a la familia de Lara todos estos días, dándonos apoyo y de alguna forma recordar los momentos con ella. A veces nos reíamos, otras alguien permanecía callado, y otras donde las ganas de llorar aumentaban.
La echaba muchísimo de menos. Su tacto, su pelo, el olor que desprendía con su colonia favorita, y ahora cada centímetro de ella es un recuerdo que ya solo va a permanecer en mi mente.
Esta semana sería el viaje a Liverpool el cual cancelé, y este viernes es la graduación. Han decidido seguir adelante con ella, pero siendo Lara la protagonista de la ceremonia. Yo no quiero ir, pero mi madre me ha insistido en que vaya, ya que a Lara le hubiera gustado que yo hubiese ido. Así que aquí estoy, planchando mi traje y peinándome para ir al instituto.
Al llegar, varios compañeros me han dado el pésame. Los padres de Lara han decidido no venir, ya que eso les causaría más daño. Y yo estoy luchando por sobrevivir.
Al empezar la ceremonia todo el mundo se pone de pie. El silencio se hace presente, y todas las miradas miran hacia un punto, el cuadro de Lara Conner.
—Queridos alumnos y alumnas. Hoy, viernes, celebramos el fin de una etapa que nos ha guiado en cada pequeño paso. Vosotros habéis sido los principales protagonistas, aunque hoy, desgraciadamente, la protagonista es ella, Lara Conner. Hace unos días atrás sufrió un terrible accidente, y es por eso, que hoy será recordada como un ejemplo a seguir. Ella fue una estudiante maravillosa, con buenas notas, siempre atenta a sus compañeros, e incluso ayudaba a otros. Siempre te vamos a recordar, Lara. Por otra parte....
No aguanto más y me levanto con la mayor prisa posible mientras de fondo sigue hablando la directora. Este discurso sobraba ya que nunca le llegaron a prestar atención a Lara, y solo han hecho que mi herida se abra más.
Me dirijo al baño a echarme agua. El ataque de ansiedad se estaba haciendo notar.
Me siento, cierro los ojos, y cuento hasta 7 segundos para aguantar la respiración. Así repetidas veces, hasta que mi pecho ya no arde tanto. La puerta se abre, y me aparto sigilosamente para no molestar. Es Carla.
—¿Estás bien? —me pregunta apoyando su mano en mi hombro.
—No lo sé, me agobia estar ahí dentro. La echo muchísimo de menos.
—Yo también —se sienta a mi lado impidiendo que la puerta se pueda abrir.
Nos quedamos en silencio. Ese silencio que tanto necesitaba sin tener que estar oyendo "cómo estás?" "Lo siento por la muerte de tu novia" "Si necesitas algo, me lo dices" y mil cosas más que son de agradecer pero ahora no puedo oírlas.
Carla está con los ojos llorosos mirando hacia un punto que ni ella misma sabe cuál es. Ella lo ha pasado y lo está pasando bastante mal. Cuando les conté la noticia a nuestro grupo de amigos, todos se quedaron en silencio. Nala y Carla se fueron rápidamente, como si en la salida del instituto estuviera Lara esperándolas. No lo podían asimilar. Los demás se quedaron ahí plantados, sin saber ni qué decir, ni qué hacer.
Después de un rato largo, nos levantamos, y vamos a la ceremonia. Estaban dando ya las orlas, así que nos sentamos y esperamos a que nos llamen.
Estos días están siendo tan cansados que ya no tengo apenas fuerza.
Solo necesito una cosa, y es a ella.
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Almas Vacías
RomanceLara, una chica que no tiene ningún objetivo planeado. Erick, un chico problemático para el pueblo, pero para los ojos de la persona correcta es totalmente lo contrario. En el pueblo de las afueras de Londres todo ocurre con normalidad hasta que u...