24º Capítulo

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"Un alma desnuda"


Entramos, empezamos a cenar, charlamos acerca de nuestras vidas y acabamos en el salón hablando de ciertos temas. Le cantamos feliz cumpleaños, soplando las velas. Lo típico de los cumpleaños. Al terminar le van dando los distintos regalos, un perfume, ropa, vinilos de los Beatles...

Angie se va un momento y vuelve con una caja bastante grande.

—¿Qué es esto mamá?- pregunta Erick cogiendo la caja con una mueca de que pesa.

—Tú solo ábrelo.

La cara de Erick se transforma en impacto, como si estuviera viendo algo que ha deseado durante mucho tiempo. De repente, baja los brazos al fondo de la caja y saca un cachorro Border Collie. Es precioso. Tiene ojos azules, pelo grisáceo, blanco y algunas partes más oscuras.

—Lo adopté ayer, se llama Koda y tiene dos meses- comenta Angie.

—Pero tú no querías animales, ¿qué ha pasado?- dice Erick.

—Bueno, me di cuenta que nos hace falta un compañero de cuatro patas, así que fui a la asociación de animales abandonados y me enamoré de él en cuanto lo vi.

—Muchas gracias mamá, te quiero mucho. Bienvenido a casa Koda.

Faltaba yo. Que nervios.

—Bueno, esto es para ti, espero que te guste- le digo.

—Seguro que sí-aseguró. 

Todos estaban expectantes y yo ya no podía más. Le doy el sobre y lo va abriendo poco a poco.

—No puede ser.

—Lo es, está todo reservado.

—¿Nos vamos a Liverpool, la ciudad de los Beatles?

—Efectivamente.

Viene corriendo a por mí, abrazándome y dándome un beso, creando ciertas miradas, y acabando con otro abrazo, pero esta vez más fuerte.

—No me lo creo aún, ¿ de verdad que nos vamos?

—Créetelo, lo organizó Lara y la mayoría lo pagó ella- dice Michael. Mis padres hablaron conmigo acerca del transporte, hotel y más o menos lo que haríamos.

—¿Y cuándo nos vamos?- pregunta Erick observando una vez más el papel donde digo que nos vamos a Liverpool.

—Justo al acabar las clases, a finales de mayo.

—Que ganas tengo de ir ya, aunque falta aún mucho. Pero Lara te has gastado mucho dinero y los dos sabemos que tu situación económica no es que sea la mejor- dice con arrepentimiento. 

—No te preocupes por eso, tenía bastante ahorrado de cumpleaños que he tenido, y aparte, mis padres me ayudaron. Así que a esperar y disfrutemoslo- aseguro calmando la tensión que tenía.

Acabamos la fiesta de cumpleaños haciendo un karaoke y bebiendo un par de copas donde a mí me ha subido y según veo, al resto también un poco. Los amigos de Erick se fueron a una fiesta en un recinto, nosotros decidimos quedarnos, hacía mucho frío y preferimos estar aquí.

Cojo a Erick de la mano, llevándolo a la planta de arriba lo más rápido posible aunque cuesta ya que estamos un poco bebidos.

Le beso mientras cerramos la puerta. Le empiezo a quitar la chaqueta y a desabrochar los botones de la camisa que horas antes la tenía planchada.

—Lara, para, ¿te sientes segura?

—A tu lado siempre me sentiré segura, aunque suene lo más cursi de este mundo. 

Acto seguido, me quita el vestido mostrando mi cuerpo sin escudos, con mis imperfecciones y dejando que los ojos que están viendo esta parte de mí, son de confianza, sin miedo a ser criticada y pudiendo mostrar algo que solo la persona indicada puede ver, Erick.

—No podemos hacer mucho ruido, están abajo- digo llevándolo a la cama mientras desabrocho su cinturón.

—Tranquila, está la música. Pero Lara- dice apartándose- apenas hemos empezado a ser algo, y no quiero que te sientas con la presión de tener que hacerlo para quedar bien, cuando a lo mejor realmente, no te sientes cómoda.

—Erick, no me importa de verdad. Sufrí lo que sufrí, y me dolió, pero tú, estos meses, me has demostrado que no hay que tener miedo a todos, y me has mostrado tu corazón desnudo, sin ser el Erick que has sido con los demás. Y eso me ha hecho mostrarte toda mi desnudez, y no te estoy hablando de mi físico.

Me besó, llevándome hacia la cama, sujetándome delicadamente y acabamos los dos mostrando nuestros cuerpos al completo, siendo sólo nosotros dos y el ruido de la falta de respiración. Sintiendo que mi cuerpo en cualquier momento se va a debilitar totalmente y notando a Erick cada vez más apretado y viendo que en cualquier momento se puede correr dentro del condón.

Los besos, las caricias y las miradas siendo testigos de lo que hemos conseguido, teniendo la confianza para un momento tan íntimo como este. Porque rompimos todos los astros, llegando a un universo donde él y yo, íbamos creciendo con cada paso. Todo se unía, incluso lo que nunca creímos que se iba a unir.

Acabamos los dos respirando lo que podemos, tumbados mirando a un techo oscuro, y cogiéndonos de la mano. Me acerco a él, abrazándolo y notando el sudor por su pecho.

—¿Cómo te sientes? - me pregunta Erick.

—Pues..- digo mientras voy tocando su pecho delicadamente- pues me siento la persona más feliz y segura en este momento. Que yo pueda mostrar todo mi cuerpo sin tapar nada, es algo que rondaba en mi cabeza porque no me sentía cómoda y no veía el momento de mostrárselo a alguien y más desde lo que me pasó. Pero como te dije antes, por suerte te conocí, y pude darme cuenta que hay personas en la vida que de alguna forma u otra, te dan la pieza del puzle para estar 100% segura. Y tú me la diste sin pedir nada a cambio.

—Gracias por confiar en mí desde la primera mirada que tuvimos. Conmigo ya no hace falta que seas una persona que la gente solo quiere ver, conmigo puedes ser tú, con tu imperfecciones y si algún día, hay una inseguridad, trataré que lo veas de la mejor forma posible. Porque no eres un ser perfecto, pero para mí no hace falta que lo seas, porque siendo esa Lara verdadera, lo tengo todo.

—Yo ya gane en la vida teniendo a ti, Lara Conner- suelta dejando la mirada al techo. 

Sentí una emoción recorriendo cada parte de mí. Le di un beso, seguido de un te quiero. Sus palabras rondaban en mi cabeza, y solo me salía una sonrisa.

Nos quedamos dormidos finalmente. 

Almas VacíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora