Capítulo XXXVIII

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Seungmin temblaba sobre su silla, estaba demasiado nervioso y eso que ya llevaban dos horas de haber salido del hospital.

Tenía consulta con su psicóloga y la terapeuta, fue demasiado movimiento y tuvo que hablar mucho sobre lo que no le gusta. Y lo peor que tuvo que cambiarse de ropa para que revisaran su cuerpo, detectaron heridas y marcas de los juegos y eso no debía pasar. Revisaron sus muñecas y descubrieron las marcas de las cuerdas, también tuvo que hablar sobre eso.

Ahora se sentía exprimido por haber dicho todo, se sentía vacío de palabras por haber gastado energía y lágrimas diciendo todo.

¿Cómo es qué dijo todo lo prohibido? No lo entiende y por eso seguía temblando.

-¡Tadah~!-exclamó Minho haciendo aparecer un perrito en aquel globo color azul.-Toma, todo tuyo cariño.

-Woahh~ ¿cómo haces eso?-acarició el globo mientras el mayor se sentaba a su lado dentro del auto.-Yo lo hago.-alejó su mano y él mismo se abrochó el cinturón.-Yo sé hacerlo.

-Lo sé no te molestes conmigo, ya se me hizo costumbre... ¿cómo te sientes?

-Cómo una naranja.

-¿Cómo una naranja?-repitió evitando reír.

-Exprimido.-lo dijo tan serio y con voz profunda que eso hizo reír a Minho y a su madre, ya que era la primera broma que hacía, es raro pero el menor nunca bromeaba.

-Yah~ has aprendido muy bien de las clases de bromas.-dijo pasando su mano por su cabello.-Lo siento.

-Me despeinas.-enojado se acomodó su cabellito de la frente y suspiró tranquilo al sentirlo normal.-No toques mi cabello cuando esté peinado, yo no toco tu cabello cuando te peinar.

-Perdón, perdón cariño lo olvidé.

El menor gruñó evitando mirar a Minho quien seguía riendo pero no en burla sino por la ternura que le causaba el pequeño enojo del menor.

-¿Podemos... quedarnos en casa para siempre?

-No Seungminnie, no vamos a encerrarnos de por vida.

-Pero sería bonito sólo mirar desde adentro y ningún problema ha-hará daño.

-Sabes que la vida no funciona así, todo es diferente.

El menor ya no dijo nada más dándose por vencido, ha intentado muchas veces convencer a su madre y a su primo a que se queden todos los días en casa para que estén protegidos pero ellos sólo quieren andar afuera y sentir el aire fresco, obvio le encantaba el aire fresco y estar afuera pero también le asustaba los ruidos fuertes que los autos hacían, las miradas de las personas y las palabras hirientes que pueden llegar a decir, temía de vivir afuera de lo que es su pequeño mundo en su casa. A pesar de estar en libertad desde hace años, sigue temiendo vivir.

Llegando a casa lo primero que hizo fue darse una ducha y ponerse ropa que no estuviera contagiada por el ambiente del hospital, también quiso beber mucha agua para "llenarse".

-Ya soy una naranja completadadada.

-Se dice completa.-corrige de inmediato Minho a su lado.

-Sí, eso, ya me siento mejor... ¿mañana debo volver?

-Sí, mañana continuarás con las terapias... estuviste cómo tres meses sin ir.

Seungmin se dió la vuelta y dejó caer su brazo sobre el pecho del mayor, estaban por dormir la siesta que el menor recomendó para descansar, aunque Minho no estaba cansado aceptó dormir.

𝐅𝐚𝐢𝐧𝐭 𝐕𝐨𝐢𝐜𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora