Capítulo LXXII. New learning and... Kerly.

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Sentía que algo estaba incomodándome, ¿qué era? El dibujo iba bien, los trazos los hice con la punta correcta y los colores contrastaban perfectamente con los detalles del lápiz gris; ¿entonces que es incómodo?

Miré a mi alrededor y entonces caí en cuenta que ya era de noche, hace unos minutos... no sé cuánto tiempo pasó pero les dije que iba a trabajar en un dibujo y que necesitaba estar solo. ¿Tanto tiempo pasó? Ya no solía pasarme esto, supongo que es porque necesitaba dibujar.

Siempre solía ser así, cuando aprendía a dibujar le decía a mamá que me dejara solo en la habitación del hospital y no es por nada malo, simplemente siento que tengo que tener privacidad cuando lo hago, para poder concentrarme y ser yo mismo al momento de interpretar lo que siento sobre el lienzo.

Solté un largo suspiro y me alejé de la mesita donde estaba dibujando, con mis manos me arrastré a la salida del corral y cerré la pequeña puerta.

Seguro que me costará mucho levantarme, antes de que pudiera caminar, no tenía ninguna incomodidad por pasar horas sentado pero ahora era diferente, ahora si sentía incomodidad por todas partes de mi cuerpo.

Primero me recargue sobre mis rodillas y tomé con fuerza las sábanas de la cama, ejercí fuerza sobre mis pies y aunque me costó logré estar de pie.

—Piernas tontitas, no, yo soy más tonto por hacerlas sufrir.—negué yendo a paso lento hasta que salí de mi habitación, creo que mi puerta necesita un cambio, lleva muchos años con esa S en grande y la decoración no va con mi vibra.—Sí, un cambio, quedaría bien un dibujo muy grande y tonos azules...

Aish, de nuevo me distraje, miré la sala y no había nadie, cheque en las otras habitaciones y no había nadie. Seguro están en casa de mamá Hari.

Así que salí de casa y me detuve a media acera, hace frío y el cielo se ve muy oscuro que pareciera que lloverá pronto, espero que los chicos ya hayan regresado de su entrenamiento porque no me gustaría que les tomara de sorpresa la lluvia.

Respiré el aire fresco y continúe mi camino a casa, normalmente la puerta se queda sin llave hasta las 11 de la noche y es porque a esa hora todavía andamos paseando de una casa a otra, pero intente abrirla y nada, estaba cerrada. ¿Por qué cerrarían la casa? ¿Acaso salieron sin mí? Presioné el botón del timbre y de pronto la puerta se abrió pero no había nadie.

Entré a casa y en el recibidor no había ningún zapato, eso quiere decir que no hay nadie, ¿acaso me dejaron solo?

Me acerqué al sofá y de la nada sentí que alguien me abrazaba por detrás, era imposible voltear a ver a la persona porque me abrazaba con fuerza y detenía mis brazos.

—Esta vez no te me escapas, muñeca de trapo.

Esa voz...

—¿Qué te sorprende? Mi niña linda, estás más bella ahora que antes, ahora eres una chica y no una niña inútil, ahora mírate tan linda.

Es imposible, mamá prometió que nunca regresaría, dijo que estaba lejos de nosotros.

—¡No! ¡No! ¡No!—comencé a gritar lo más alto que pude pero pareció imposible cuando me tomó de los hombros y comenzó a sacudirme con fuerza.

—¡Seungmin! ¡Minnie! ¡Despierta!

—¡Déjame! ¡Suéltame!—con todas mis fuerzas lo empujé y hasta entonces me di cuenta que estaba sentado en mi corral.—¿Mami?

—Tranquilo cariño, fue sólo una pesadilla, ¿estás bien?

Miré a mi madre y estaba dentro del corral, abrazándome de lado y palmeando mi espalda, al parecer todo fue una pesadilla pero fue tan realista que sigo sintiendo mucho miedo.

𝐅𝐚𝐢𝐧𝐭 𝐕𝐨𝐢𝐜𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora