Capítulo LXXI. Down There

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Hoy bajaría al sótano, después de tantos años de tener aquella mala idea de los sótanos ahora se atrevería a explorar uno.

Mentiría si decía que no tenía miedo porque claro que temblaba de miedo al tan sólo pensar que bajaría pero debía ser fuerte si quería saber que era lo que había ahí abajo.

Salió de su habitación y se encontró a Chan al final del otro pasillo, no había nadie en casa y ya era de noche. Tan sólo suspiró y llegó a su lado, en el momento en que abrió la puerta recordó con exactitud aquella noche cuando su madre cayó por las escaleras.

Retrocedió de golpe al recordar la culpa que le carcomía aún por aquel suceso, ella parecía estar muerte y sangraba mucho...

—Está bien Minnie, no tenemos porque hacer esto.

—No, no, vamos.—se aferró a su mano y antes de entrar miró hacía atrás para asegurarse de que la puerta se quedara abierta.—La puerta.

—Tranquilo, no se cerrará, con cuidado.

Asintió y fijó la mirada en las escaleras, era tan complicado bajar escaleras pero por fortuna no le dolía nada. Dió un brinco cuando la luz se encendió y de inmediato se abrazó a Chris.

—No me dejes aquí.

—No, no, sólo encendí la luz.—lo abrazó de lado y miró la habitación.—Anda puedes abrir los ojos, no hay nada malo.

Seungmin miró detenidamente a su alrededor, había en la esquina un viejo escritorio y con un par de papeles encima, se acercaron y recordó lo que era.

—Este escritorio... mamá lo tenía allá arriba con fotos y cosas extrañas.—se acercó otro poco y abrió un cajón de la parte de arriba del escritorio, había periódicos de hace más de quince años al igual que revistas viejas y muchos papeles con direcciones escritas y tachadas.—¿Qué es todo esto?

—No lo sé, parecen ser parte de alguna investigación...—cayó en cuenta de lo que dijo y miró de reojo a Seungmin quien no había captado eso y seguía mirando en los cajones de arriba, tan sólo negó y siguió buscando en los cajones de abajo.—Oh por dios.

—¿Qué es?

—N-No es nada.—cerró el cajón de golpe y sin medir su fuerza, el menor dió un brinco por el eco que eso provocó.

—Déjame ver.

—Minnie no.—intentó detenerlo pero el menor abrió el cajón y sacó aquella caja extraña.—Si miras esto...

—¿Soy yo?—preguntó sacando todo el rollo de fotos y comenzando a verlas.—¿Por qué mami las tiene escondidas? Son fotos bonitas.

—No lo sé.—tragó saliva evitando decir otra cosa, ya había supuesto que esas eran algunas fotos que ese monstruo le tomó.—Creo que deberíamos regresar.

—No, espera, salgo muy bonito en estas fotos, ¡mira una manzana!—dijo sonriendo mientras seguía viéndolas aunque de pronto se detuvo y su sonrisa se esfumó.—¿También soy yo? P-Pero aquí parece que soy una niña... ¿por qué mamá me tomaría una foto así? Mira mi cabello, es largo y esa ropa...—se quedó callado al pasar más fotos.

—Creo que ya fue suficiente.—lo detuvo antes de que siguiera viendo más fotos.—Ya sabemos que es lo que hay aquí.

—Sí, muchas fotitos mías pero... ¿por qué estar aquí? Como si fueran prohibidas.

—No lo sé, es mejor que nos vayamos ya y que luego le preguntemos a mamá sobre aquí.

Seungmin se alejó del escritorio y asintió, comenzó a explorar lo demás aunque sólo había un par de sillones viejos cubiertos con mantas blancas.

𝐅𝐚𝐢𝐧𝐭 𝐕𝐨𝐢𝐜𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora