Capítulo LX. Mr. Puppy

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—Eres tan tonto, eres un tonto, un tonto.—al escuchar la puerta siendo abierta bajó la mirada al lavamanos y de nuevo se mojó las manos. Suspiró evitando que sus lágrimas salieran pero fue imposible, había fallado en la terapia y ahora nadie querrá verlo.—Eres un tonto, eres un tonto.—murmuraba mirándose en el espejo, sus piernas temblaron y cayó al suelo de rodillas.

—¿Estás bien?

Miró aquel par de zapatos frente a el y no contestó, era un desconocido y estaba hablándole, estaba muy cerca.

—Hey, ¿t-te encuentras bien? ¿Te ayudo a levantarte?—se acercó un poco más y notó las lágrimas en el rostro ajeno y luego sus manos extenderse.—Bien, te ayudaré, voy a tocarte sólo para ayudarte, ¿sí?

Seungmin cerró sus ojos evitando mostrar su incomodidad pero era necesario porque si necesitaba de la ayuda del desconocido. Estuvo de pie y se sostuvo de la andadera.

—Muchas gra-cias, señor.—murmuró comenzando a caminar fuera del baño, no veía a su madre en el pasillo y tampoco veía a Chris.—Me dejaron.

—¿Qué?—aquel mismo chico estaba a su lado y miraba por ambos lado del pasillo.

—Mami me dejó... n-no la veo... ella se fue porque fallé.—murmuraba para sí mismo sin percatarse de la presencia del chico, alzó su mirada y observó al chico de cabello gris. Sus ojos eran muy grandes y había algo en su rostro que se le hacía conocido pero no sabía que porque nunca lo había visto.

—¿Cómo que te dejó?—el chico se estaba preocupando y captó que el pelinegro lloraba a mares.—¿Cómo se llama tu madre? Puedo ayudarte a buscarla yo... también espero a mi madre.

Seungmin le miró y guardó muy bien su rostro porque era muy lindo, sólo que no debía prestarle atención al desconocido pero no quería ignorarlo.

—Señor gris, ¿p-poder saber su nombre?—murmuró mirando sólo unos segundos los grandes ojos del chico quien asintió.

—Me llamo Kang Taehyun, ¿y tú?—quiso acercarse pero recordó que estaba asustado y seguía mirando el pasillo.—¿Cómo se llama tu madre? Tenemos que buscarla.

—Ella me dejó p-porque fallé... todos me dejaron...—le costaba respirar y el pánico inundaba todo su ser, recordaba a esas veces cuando estaba pequeño y venían a consulta tenía que esperar solito en el pasillo porque su madre hablaba con el doctor cosas que el no tenía que escuchar, ahora había pasado lo mismo.

—¡Seungminnie!

Sintió unos brazos apretarle el cuerpo y comenzó a temblar, había pensado mal.

Su mente le juega sucio todo el tiempo.

Alzó su mirada hacia el chico que le ayudó y sonrió al sentir la loción de Chris, era el quien le abrazaba y apapachaba con cariño.

—Me quede mucho tiempo escuchando, lo siento.—se separó y notó la presencia de aquel desconocido mirándolos, frunció el ceño y antes de que dijera algo Seungmin habló.

—¡Gracias! Gracias p-por ayudar a mí, señor gris.—sacudió su manito hacia el desconocido y se dejó cargar por Chris hacia la salida y luego hacia el auto.—Señor gris me ayudó porque creí que me habían dejado pero no es así... ¿mami está muy hablando allá?

A veces le seguía costando un poco entender porque Seungmin hablaba de aquella manera y aún no se atrevía a preguntar.

—Q-Que si mami ocupada...—le desesperaba hablar así y es que su boca pareciera que hacía lo contrario a lo que el pensaba.—Ocupada hablar... hablando...—se mordió el dedo índice y bajó el rostro con vergüenza.—Allá.

𝐅𝐚𝐢𝐧𝐭 𝐕𝐨𝐢𝐜𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora