Capítulo 32

116 9 3
                                    

Han pasado tres semanas desde que nos vinimos de Tucacas.

Tres semanas desde que escuché a Nelson decirme ese te amo. Un te amo que sentí de verdad, lo conozco muy bien para saber que si me lo dijo, es porque en verdad lo siente, y también, desde que me confesó que está enamorado de mí.

Desde ese día hemos estado que si más apegados que antes, me llama casi que a diario... bueno, casi no, si me llama a diario por Videollamada o llamada normal, me escribe siempre. No hemos podido vernos desde entonces, ya que ha estado muy ocupado con el trabajo, pero, como ya dije, nos mantenemos en contacto todos los días, el bebé cada vez que lo ve cuando hacemos Videollamada se emociona mucho, esta más encariñado que antes con Nelson, y él está igual.

Nos vinimos de allá el mismo lunes, y apenas llegamos a Caracas Andrea me acompañó a la farmacia para que comprara la pastilla del día después, Nelson nunca supo nada, ni lo sabrá tampoco. Igual, ya todo está bien, gracias a Dios.

No me malentiendan, no es que no quiera ser mamá. Al contrario, claro que si me gustaría, es uno de mis sueños, solo que no es algo que tenga planeado a corto plazo, estoy muy joven, apenas tengo 19 años y no estoy para que otra vida dependa de mí, y sé que Nelson tampoco, aparte que, ser padre ahorita podría afectar su carrera.

Ah, y a eso sumemosle que Nelson y yo no somos algo "formal" todavía, si, me dijo que me ama y todo eso pero no somos pareja como tal.

Otra cosa que necesito para ser madre, es que, también debo estar estabilizada económicamente para poder darle una vida a mi hijo, y a pesar de que gano bien en el trabajo que tengo, antes de tener un bebé quiero tener mi propia casa y casarme.

Lo típico, si, pero eso es lo que quiero.

Bueno, dejando ese tema hasta ahí, hoy es lunes. Yo llegué hace horas del trabajo, son las once y cuarenta minutos de la noche, estoy en la cocina con Mateo sentado en su silla de comer mientras él me ve preparando una torta de tres leches para mamá ya que mañana es su cumpleaños, la torta tres leches es su favorita y le gusta más la que hago yo, no es por ser egocéntrica, pero me queda divina. Llevo varios días con el tema de sus preparativos, a pesar de que quiere algo chiquito, papá, mi hermano y yo le organizaremos algo bien. Serán dos tortas, ésta que es con la que la despertaremos en la mañana y la otra que es para la noche.

Tomo un cucharón y empiezo a batir la mezcla en el bol, el bebé se retuerce en la silla queriendo que lo saque, estira sus bracitos hacia mí, lo saco y lo dejo sentado sobre la encimera.

- Te quedas quietecito porque si no te puedes caer, ¿si?

- Si.

- Que obediente.

Él solo sonríe, mostrándome sus dientitos.

Sigo con lo mío hasta que mi celular vibra sobre el mesón, dejo el bol y la cucharilla, limpiándome las manos antes de agarrar el celular, viendo el nombre de "Nelsito" en la parte superior de la Videollamada. Sonrío, descuelgo la llamada y la pantalla me muestra enseguida a Nelson, esboza una linda sonrisa apenas me visualiza, en el fondo se ve que está arecostado en su cama.

- Hola, mi princesa - me saluda.

Mi princesa. Bendito apodo que me tiene mal.

- Hola, bebé - coloco el celular en un trípode para poder seguir en lo que estaba.

- ¿Como estás?

- Todo bien, ¿y tú?

- Cansado - suspira - Trabajé en unas canciones todo el día y estuve una hora en una videoconferencia por zoom.

Deseo, atracción y algo más | Soy NeelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora