Deseo, atracción y algo más | Soy Neel

Capítulo 15

Victoria.

La mañana se me pasa desayunando con Nelson, Victor y Gabo se nos unen un rato después, luego de eso Daril les toma unas cuantas fotos a los muchachos en varios sitios del hotel y cuando terminan decidimos bañarnos en la piscina, o bueno, ellos son los que se están bañando, yo estoy acostada boca abajo en el borde para agarrar solcito.

- ¿Que hay pa' la noche? - pregunta Nelson desde la piscina, se pasa las manos por el pelo empapado, alborotandolo más.

- Quiero salir a cenar - digo dándole un trago a mi cerveza.

- ¿Le damos plomo a eso o qué? - inquiere Nelson mirando a los muchachos, ellos también están metidos en la piscina.

- De una papi - apoya Victor.

- Se presta - responde Gabo.

Reposo mi cabeza con una mano mirando en dirección hacia los muchachos.

- Mhm, amo que mis bebés me consientan - sonrío con suficiencia y ellos ríen. Nelson me tira un beso que le devuelvo.

Esto es lo mejor de estar rodeada de puros hombres, la mayoría de las veces me complacen en todos mis caprichos, soy su consentida. Obvio bobis.

- Lo único que les falta es coger ahí en la orilla de la piscina - habla Gabo.

- ¡Gabo! - me sonrojo hasta la médula mientras los tres hombres que se encuentran en la piscina se ríen a carcajadas de nuevo. Nelson me guiña un ojo.

¿Por qué todos los hombres son así de imprudentes? Dios mío.

- Nah, pa' mi que ya lo hicieron - sigue Victor -, están muy tranquilitos.

Les hecho agua a la cara a los dos, que sin mucho esfuerzo logran evadir, estoy por volver a echarles agua cuando Nelson me toma del brazo y jala de él tirándome a la piscina antes de poder protestar. El jadeo de sorpresa que suelto por la acción queda atorado en mi garganta al sentir el agua cubriéndome.

- ¡Coño, Manuel! - exclamo al salir a la superficie y con la vista un poco nublada por el agua, me restriego los ojos - ¡El agua está demasiado fría!

Los tres se ríen.

Idiotas.

- Son unos gafos inmaduros.

- Ay vale, ¿te vas a arrechar por eso? - inquiere Gabo burlón.

- Si - cruzo los brazos sobre mi pecho tal niña chiquita - Porque si me da hipotermia será su culpa.

- Esta si es arrecha, nos viene a culpar a nosotros cuando el que la empujó fue Nelson - dice Victor riéndose.

Ruedo los ojos y me abrazo a mi misma, mis dientes rechinan y mi cuerpo se estremece cuando una fuerte ráfaga de viento me golpea, el agua fría tampoco ayuda.

Y eso que hace calor y son las 3 de la tarde.

Unos brazos me rodean la cintura desde atrás al tiempo que un fibroso cuerpo se pega al mío, el calor que irradia evapora el leve frío en mi cuerpo.

- ¿Ya se te quitó el frío? - pregunta Nelson tras dejar un beso humedo en mi hombro.

Sonrío.

- Puede ser.

Sigue dejando un rastro de besos por la piel de mi hombro, clavícula y cuello.

- ¿Y ahora?

- Mhm... puede que se me quite... - me volteo para tenerlo en frente - Si me das un besito.

Una sonrisa ladina adorna su bonita boca y me toma del mentón con delicadeza hasta atraerme a sus ricos labios dándome un beso lento, haciendo caso a mi petición. Llevo las manos a su cuello y entrelazo los dedos detrás de su nuca, profundizando más.