Capítulo 21

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¿Por qué bebí tanto?

El mundo me da vueltas, balbuceo cosas sin sentido y me río como una loca a cada rato por cualquier cosa, pero esta es la única solución que encontré para poder soportar las escenitas de besos entre Nelson y Sabrina. He estado soportando eso durante estas dos pasadas horas, ya son casi las tres de la madrugada. Y de verdad creo que merezco un premio por aguantar tanto tiempo sin terminar por partirle una botella en la cabeza a Sabrina.

Uhg, malditos sean los celos.

Es tanto el licor que corre por mis venas que no estoy pensando con total claridad lo que estoy a punto de hacer, pero no me importa.

¿Estas segura de esto?

Más que nada.

Pero...

Nelson Manuel hace unos minutos estaba muy a gusto besándose con Sabrina, ¿no? Bueno, yo también tengo derecho de divertirme un rato.

Ok, se que me veo ridícula peleando conmigo misma.

Decidida, me levanto de mi puesto caminando en dirección a Guillermo, que se encuentra a unos pocos pasos de mi, sentado junto a Gabo. Guillermo se relame los labios cuando ve que me acerco, apoyo las manos en sus rodillas cuando quedo frente a él, me inclino hacia adelante y...

Hasta yo misma me sorprendo cuando presiono mis labios con los suyos dándole un beso con ganas (aunque no se comparen a nada a los que le doy... a Nelson) Guillermo se queda quieto un momento, como si estuviera analizando lo que estoy haciendo, luego reacciona tomándome de la nuca para pegarme más a su boca, aprovecho para sentarme a ahorcadas sobre su regazo sin dejar de besarlo. Él mantiene sus manos apresadas a mi espalda baja.

Explora mi boca en medio de lamidas y leves mordidas, nos quedamos así por unos minutos hasta que siento que me quedo sin aire, me separo de su boca con la respiración entrecortada. La de él está igual.

- ¿Eso que fue? - me pregunta con una sonrisa.

Me encojo de hombros y me relamo los labios antes de bajarme de sus piernas, me paso el dedo pulgar por el labio inferior. Lo más seguro es que tengo el labial destruido.

- Voy al baño - le digo y él asiente.

Me levanto del mueble y es cuando alterno la mirada entre todos, que me ven como si se les fuera a descolgar la mandíbula, especialmente Andrea. Nelson no me ve precisamente a mí, tiene los ojos puestos en Guillermo, dedicándole una mirada que podría fácilmente congelar hasta a el infierno, y tiene la mandíbula tan apretada que por un momento pienso que se le partirá. Paso por su lado recogiendo mi cartera y entro al baño para analizar mi pintalabios, efectivamente, esta vuelto mierda gracias al beso.

¡¿Que carajos hiciste?!

Lo mismo que Manuel, él no es el único que puede jugar a esto.

Vale, no te diré más nada. Pero de lo que si estoy segura es de que con ese beso no sentiste ni una cuarta parte de lo que sientes con un solo roce de Nelson.

Oh, cállate conciencia, no ayudas.

¡Solo digo la verdad!

Y no la necesito, muchas gracias.

Ya se, estoy loca.

Después de terminar de arreglar mi desastroso labial, vuelvo a guardarlo en la cartera y...

Mi cuerpo se sobresalta al escuchar el estruendo que causa la puerta cuando la abren de un manotazo, haciendo que esta choque con la pared. Pero luego, entra Nelson.

Deseo, atracción y algo más | Soy NeelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora