Deseo, atracción y algo más | Soy Neel

Capítulo 39

Tengo un diablito al que
le hablo de lo nuestro y
que me guarda el secretico,
y un angelito que me dice
que no siga cometiendo
ese delito, sé que está
mal pero, ¿que le hago?
Si yo me volví esclavo de
tus besitos, soy de estar
tranquilo, pero si es contigo,
la vida me complico.

Mi pecadito eres tú.
Sé que lo nuestro está
mal, pero es de humanos
pecar, puedo usarlo en mi
defensa. Mi secretico eres
tú, el que más quiero contar,
pero me toca ocultar, no
hay que dejar evidencia.

Evidencia no hay que dejar,
porque de ti no me quiero
alejar, aunque esto me pueda
perjudicar, ya tiene dueño el
corazón, pero por ti es que
late, no me puedo negar por
más que trate. Lo nuestro
no puede ser, no puede suceder,
por eso es que en mi cel yo
te tengo guardado con un
nombre de mujer, para evitar
que él vea que soy infiel.

Pero hay momentos donde
llega la rutina, y necesitas un
poco de adrenalina, la monotonía
también es algo que arruina, no
te quiero ilusionar, pero es para
que esto se termina...

- ¡Qué bellos mis papás! - grita Víctor haciéndonos reír.

- Ya, amor, me cansé - le digo parando de bailar, jadeando levemente.

Habíamos estado bailando bachata los pasados 15 minutos, la canción que acabamos de terminar de bailar se llama "mi pecadito" de Greeicy y Mike Bahía. Yo soy MUY FAN de Greeicy, ¿ok?

Ya son las 1:30 a.m. y confieso que ya estoy un poco cansada.

Nelson me agarra de la cintura y me planta un beso en la boca, nos sentamos y me recojo el cabello. Ya hace rato que cenamos, ahorita estamos hablando, escuchando música, bailando.

Me levanto nuevamente para ir a buscar un vaso con agua y de repente siento unos brazos en mi cintura haciéndome sobresaltar ligeramente. Sonrío, me llevo el vaso a los labios y bebo del líquido, dejo el vaso en la nevera cuando acabo y me volteo entre los brazos de Nelson.

No pierde la oportunidad de darme un beso.

- Amor.

- ¿Mhm?

- ¿Nos podemos ir? Estoy agotada, tengo mucho sueño.

Me da otro corto beso.

- Vamos, pues.

Regresamos a la sala.

- Hey, nosotros nos vamos - anuncia mi novio agarrando mi mano.

- ¿Por qué? Si todavía es temprano - dice Andrea.

- Vicky ya está cansada.

- Y a la niña la regañan si no llega a la casa temprano - dice Gabo burlón.

- Estúpido, claro que no. Es verdad que estoy cansada.

- Bueno, dale, papi. Nos vemos - le dice Víctor.

- Si va.

- Chao, mi vida - se despide Andrea dándome un abrazo.

- Chao, bebé.

- Me escribes.

Asiento.

Nos despedimos de cada uno, salimos de la casa de Gabo y nos subimos a la camioneta.