Capítulo 44

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Día siguiente.

El olor a comida inunda mi nariz y me obliga a despertarme.

Me restriego el rostro con las manos para desaparecer los restos del sueño.

Por instinto agarro mi celular y lo reviso, son las ocho de la mañana, tengo 10 llamadas perdidas de Nelson de anoche y 15 mensajes de WhatsApp. Lo ignoro y dejo el teléfono de nuevo en la mesita, antes de poder levantarme la puerta del cuarto se abre dándole paso a Frendys que viene entrando con una bandeja de madera en las manos.

Sonrío y me incorporo en el colchón, quedándome sentada.

- Buenos días, tía.

- Buen día, muñeca.

Ella se va acercando, me lo deja en las piernas y veo que la bandeja trae un bol con avena, uno de ensalada de frutas y una taza de café.

- Tu desayuno.

Le regalo una sonrisa y me acerco a ella dándole un beso en la mejilla.

- Gracias, mi niña, se ve riquísimo.

- Te lo preparó mami Neris.

- Dale las gracias de mi parte, ¿si? Yo salgo en unos minutos.

- Okis.

Se va del cuarto, yo aparto la bandeja de mis piernas para levantarme y entrar al baño, me cepillo los dientes, me lavo la cara y me peino el cabello para luego recogermelo en un moño.

Salgo de éste regresando a la cama para desayunar, el humo de la avena me pega en la cara. Voy comiendo poco a poco.

Con respecto a lo de ayer, estuve autoevaluandome por mi actitud de la noche anterior, por mis celos y todo eso, y me di cuenta de que Nelson tiene razón, no tengo porque ponerme así, pero la ex no me la pone fácil. Y no se porque, pero desde hace días para acá he tenido una sensación rara en el pecho, es como si fuera un presentimiento ¿de qué? Ni idea, y no quiero sobrepensar eso demasiado.

Pero bueno, aquí la cosa es que tengo que bajarle dos porque sino, me van a venir terminando por pendeja.

Me levanto de la cama para llevar todo a la cocina, saliendo del cuarto me voy medio acomodando la franela de Nelson que tengo puesta para no parecer una loca.

- Buenos días - pronuncio al llegar a la sala donde están Frendys, Aarón y la madre de mi novio.

- Buenos días, mi niña.

- ¿Cómo amaneció, mami Neris?

- Bien, ¿y tú, pudiste dormir bien?

- Si, si, muy bien.

- ¿Y te gustó el desayuno?

Asiento.

- Estaba delicioso, gracias.

- Con gusto. Permíteme eso - estira los brazos para que le entregue la bandeja con los platos.

- No, no, nada de eso. Yo me encargo de lavar los platos, usted tranquila.

Sonríe.

- Ok, esta vez te dejaré hacerlo.

Llevo todo al lavaplatos y me encargo de hacer esa tarea mientras Frendys y Neris se van al cuarto, al terminar seco mis manos con una toalla.

Entro a la habitación de Nelson recogiendo mis cosas, me pongo la misma ropa que tenia ayer. Salgo de ese y toco un par de veces la puerta del cuarto de Neris, cuando me indica que pase la abro despacio asomando mi cabeza.

- Mami Neris, yo ya me voy. Tengo varias cosas que hacer.

- Está bien, mi corazón. Gracias por venir.

Deseo, atracción y algo más | Soy NeelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora