Capítulo 27

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- ¿Que van a pedir ustedes? - pregunta Víctor una vez escogemos una mesa y nos sentamos.

Acabamos de llegar a un restaurante que no esta muy lejos de la casa, es al aire libre, tiene un estilo así tipo campestre, bastante bonito la verdad.

- Yo quiero una sopa de pollo con arepa, obvio, a ver si se me quita esta resaca del diablo - pido entregándole el menú al mesero - Y... ¿tienen natilla?

El chico asiente.

- Bien, me das un recipiente con natilla y un vaso de Nestea, porfa'.

Vuelve a asentir dirigiéndose a los demás para que pidan lo que vayan a comer.

Andrea, Stephanie, Reicelys y Caroli ordenan lo mismo que yo. Mientras que Karliam, Sabrina y los muchachos optan por un plato de pescado con tostones y ensalada rayada. El mesero anota todo en una libreta antes de retirarse.

Nos quedamos conversando por un rato hasta que tres chicas de unos 15 o 16 años aproximadamente se acercan a nuestra mesa.

- Hola, eh... que pena interrumpirlos, pero... ¿podemos tomarnos una foto con ustedes? - pregunta una de ella titubeante.

- Hola, hermosas, por supuesto - les responde Víctor levantándose, con Gabo y Nelson haciendo lo mismo.

Una de las niñas me extiende su celular.

- ¿Podrías tomarla, por favor?

Asiento sonriente mientras ellas se acomodan a los lados de los muchachos para posar. Les tomo la foto y le devuelvo el celular a la chica.

- ¡Ay, mil gracias! Los amamos mucho, en serio - dice otra de ellas.

- Y nosotros a ustedes, preciosas - les dice Víctor.

- ¿Como se llaman? - pregunta Gabo.

- Natalia - le responde la que me paso el celular.

- Julieta.

- Fernanda.

- Un gusto conocerlas, princesas - Nelson les regala una de sus hermosas sonrisas.

Escucho que una de ellas jadea bajo.

- Ah, Dios mío, tu voz es demasiado sexy - le dice la que se llama Julieta dirigiéndose a Nelson

Casi se me sale el agua por la boca de la risa que suelto.

Aunque esta diciendo la pura verdad.

Los muchachos se ríen.

- Esperamos volver a verlos pronto - dice Fernanda.

- Seguro que si, mi amor - les dice Gabo.

- Dios mío bendito, me babee con la voz de este hombre - logro escuchar que le dice Fernanda a Natalia

- Yo también - dice la otra antes de soltar una risita.

Esta generación de ahora.

Las chicas se despiden de ellos con un beso en la mejilla cada una, les dicen que los aman, que los adoran y se van.

Cosas como estas son las que hacen que me sienta inmensamente orgullosa de ellos. Verlos hacer lo que les gusta me llena de felicidad, todo lo que han logrado, ver como hacen realidad el sueño de sus fans cada vez que los conocen. Lo mucho que han crecido tanto personal como profesionalmente.

Estoy muy feliz por ellos, en serio.

No reprimo la sonrisa que me escala en los labios.

Vuelven a tomar asiento y por instinto me inclino a la derecha dándole un beso en la mejilla a Nelson, él gira la cabeza mirándome con las cejas enarcadas pero con una sonrisa divertida.

Deseo, atracción y algo más | Soy NeelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora