- ¿En serio solo para eso me quieres? - le pregunto endureciendo la mandíbula.
- ¿Qué creías? - inquiere sin soltarme y se ríe - Mis relaciones son solo eso, hermosa, nada más.
Suelto el suspiro de una risa sarcástica.
Asiento destilando rabia por todos lados mientras lucho porque los ojos no se me llenen de lágrimas.
- Tal parece que me equivoqué contigo - murmuro.
Me zafo del agarre de mala gana y empiezo a buscar mi ropa que está tirada por toda la habitación.
- ¿Dónde están mis pantys? - pregunto con rudeza al no encontrarlas.
- ¿No te acuerdas? - se pasa el pulgar por el labio inferior - Te las arranqué anoche.
Me cruzo de brazos.
- Dámelas.
- ¿Para qué?
- ¡No estoy para tus jueguitos ahora, Nelson Manuel! - le grito - Dame las malditas bragas para que pueda irme de aqui de una puta vez.
Chasquea la lengua y se levanta, parándose frente a mí y tomándome del mentón nuevamente.
- Tan linda y diciendo groserías.
Muevo la cabeza para soltarme de su agarre en mi barbilla.
- ¿Por qué te quieres ir?
- ¡Porque quiero y puedo!
- No te voy a devolver las bragas.
Gruño, le atropello el hombro cuando paso por su lado y termino de recoger mis cosas.
- ¿Sabes qué? Haz lo que quieras con ellas - empiezo a vestirme - Yo me voy.
Me pongo la falda bajándomela lo más posible para que no noten que ando sin bragas. Nelson me tapa el paso cuando quiero dirigirme a la puerta.
Este estúpido.
Ruedo los ojos.
- Quítate.
- ¿Cuál es la manera correcta de pedirlo?
Evito poner los ojos en blanco.
- Permiso - mascullo entre dientes.
Emite un sonido como si estuviera pensando.
- No.
Respiro profundo para llenarme de paciencia. Tocan a la puerta.
- ¡Tía Vicky! - grita Frendys al otro lado - ¿Vienes?
- Si, nena, ahora voy - le respondo.
- Ok, te espero - escucho los pasos de la niña lejanos.
- Al parecer si vas a quedarte - Nelson me sonríe.
- Jódete, Farias - mascullo.
Logro apartarlo de la puerta apenas y salgo de la habitación, la señora Neris está en la cocina y Frendys, Aarón y Darwin están en el mueble comiendo mientras ven televisión.
- Buenos días - saludo a la mamá de Nelson con un beso en la mejilla - Bendición.
- Vicky, que sorpresa verte aquí - dice luego de devolverme el beso - Dios te bendiga, hermosa. ¿Dormiste bien?
Asiento sonriéndole.
- ¿No te duele la cabeza? - me vuelve a preguntar - ¿Quieres una pastilla?
No señora, lo que me duele es el corazón.
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Deseo, atracción y algo más | Soy Neel
Fiksi PenggemarVictoria es una chama que desde toda la vida ha estado enamorada del que antes era su amor platónico y luego se volvió su mejor amigo. Nelson. Pese a todos los años de amistad que tienen, todo lo que han pasado, ella jamás se atrevió a contárselo, i...