Capitulo 09

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Y antes de que el lado racional de mi mente tome el control, me siento sobre el regazo de Nelson a ahorcadas mientras él me mira con una mezcla de sorpresa y diversión bailando en sus lindos orbes. Paso deliberadamente mi labio inferior por su mejilla, rozandolo apenas.

Siento como se tensa cuando paseo mis curiosas manos por su torso cubierto gracias a la molesta tela de la camisa.

Cabe destacar que cuando llegamos se quitó el blazer.

Me toma de la mandíbula con un fuerte agarre.

- Deja de provocarme - advierte pegándome a su boca.

- ¿O qué? - me suelto del agarre y muevo mis caderas contra él, endureciendole lo que tiene en la entrepierna. Vuelvo a hundir mi cabeza en su cuello dejando un rastro de besos que se le marcan gracias al labial y le muerdo el cuello seguido de eso.

- Maldición... - sisea entre dientes.

- ¿Te gusta que te bese así?

Suspira.

- Pueden llegar...

- ¿Y qué? ¿Acaso no te gusta? - sigo apoderándome de su cuello con besos pequeños - ¿No te excita eso? Porque a mí sí.

Succiono con algo de fuerza la piel debajo de su barbilla y noto como se tensa más.

- Carajo, princesa... - su respiración se torna pesada y la estancia más caliente - Sigue así y juro que te tomaré y te cogere encima de esa peinadora.

La declaración mandando una corriente de excitación a todo mi cuerpo ante la perspectiva de él follandome en la peinadora, un nudo concentrándose en mi bajo vientre y volviendo mi sexo una piscina por los fluidos que empapan mi entrepierna.

Estoy a punto de responderle cuando se abre la puerta, dejando ver a los padres de la cumpleañera y al señor Carlos. Me bajo del regazo de Nelson lo más rápido que puedo aclarandome la garganta, incómoda. Pero, al parecer no fui lo suficientemente rápida ya que ellos se ven entre sí y nos sonríen, claramente se dieron cuenta.

¡Juro por Dios que para la próxima le paso seguro!

<¡¿En que demonios estabas pensando, Victoria?!>

El señor Carlos se aclara la garganta.

- Nelson, ya tienes que salir - le avisa.

Me acerco a él antes de que se vaya y coloco mi boca en su oído.

- Ve al baño, tienes mi labial marcado - me humedezco los labios y coloco disimuladamente mi mano en su entrepierna - También aprovechas y te acomodas un poco, está que explota.

Me obedece y va al baño del camerino, sale luego de unos pocos minutos. Me besa la frente, acerca su boca mi oído y susurra:

- Eso es para que sepas la consecuencias de tus actos, princesa. Y tranquila, pronto me las cobraré.

Me sonríe y se va de la pequeña habitación.

<¡¿Se puede saber que carajos planeabas hacer con Nelson?! ¡¿Y aquí?!>

<¡Eres una mujer adulta que sabe y puede controlarse, no una niñita preadolescente con las hormonas disparadas, por Dios!>

Me reprende el lado razonable de mi conciencia.

¡Ni se te ocurra juzgarme porque bien que lo estábamos disfrutando!

Parezco una loca esquizofrénica peleando conmigo misma.

Vuelvo y repito que yo no soy así. Yo solo quería besarlo. Y que me besara, Dios, claro que lo quería. Creo que jamás había deseado algo tanto en mi vida como lo deseo a él, pero carajo, mi cuerpo lo necesita y anhela desde hace mucho. Estoy tan estúpidamente enamorada que me asusta, que hago cosas sin determe a pensar en cuales son las consecuencias. Tengo que dejar de hacer esas cosas, de provocarlo... aunque, a decir verdad, él no estaba poniendo mucha resistencia tampoco.

Deseo, atracción y algo más | Soy NeelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora