El principio de este extra está situado desde el punto de vista de Axel del final del capítulo 47: Enemigos. Para que no se pierdan o confundan.
☏ AXEL WARD ☏
Todavía no entendía que demonios era lo que quería, todavía más que le hacía creer que iba a escucharlo.
—Tienes que pensar en nuestro futuro y no en lo que te cuelga entre las piernas. ¿Crees que ella podría ser capaz de ser algo más que un lastre para esta familia?
Había necesitado todo mi autocontrol no tomar a Tayra y llevarla a cualquier otro lado, mis abuelos entenderían que prefiriera pagar un maldito hotel que quedarme bajo el mismo techo que él, pero no quería preocuparla más de lo que ya lo había hecho al no ser capaz de repasar sus palabras en mi cabeza.
No me importaba en lo absoluto que se creyera con el poder de meterse en mi vida laboral y en parte podía comprender que se trataba del cuidado de su imagen frente al mundo empresarial y que cuidará de las acciones que muy de mala gana me había cedido, ya que eran la herencia que me había dejado mamá y de la cual se había apropiado por más tiempo del que le correspondía, pero lo que no podía tolerar es que se creyera con el derecho de decidir en mi vida personal.
Quería a Tayra más que a nada en el mundo y estaba dispuesto a hacer todo lo que ella quisiera. No había nada en el mundo que pudiera evitar que la mantuviera a mi lado y mucho menos si se trataba de él.
—Y pensé que solo yo necesitaba aire.
Vi a mi abuelo salir de la casa, con un enorme abrigo y una bufanda de varios colores que seguro había sido hecha por mi abuela.
—¿Me creerías si te digo que he tenido que evitar que tu abuela se le lance encima más de ocho veces?—preguntó divertido.
Se sentó a mi lado en la banca que tenían en el jardín trasero y miró el paisaje congelado con una pequeña sonrisa que correspondí inconscientemente.
Él había sido un abuelo maravilloso, una figura paterna mucho más adecuada que el hombre que estaba dentro sembrando el desagrado en cualquiera que se cruzara en su camino.
—Que lo hiciera nos alegraría un poco—aseguré divertido—y seguro a la abuela le vendría bien desahogarse de ese modo.
—Tu abuela—sacudió la cabeza con una sonrisa diferente—he acumulado mucho odio en todos estos años y aunque tu padre ha cultivado aquello con mucho esfuerzo, no merece la pena.
No necesitaba que me lo dijera para saber que había causado el odio dentro de ella, incluso podía jurar que dentro de mi abuelo también. Kassandra y yo no fuimos los únicos a quienes él les prohibió ver a mamá durante todo el tiempo que estuvo enferma también se lo hizo a mis abuelos. Aunque fueron al hospital repetidas veces nunca los dejó entrar y luego de que murió se negó a darles a mis abuelos la potestad de enterrarla cerca de casa, lo hizo como y donde él quiso.
Algo que nunca iban a perdonárselo. Nadie.
—A veces me recuerdas un poco a él.
Eso me hizo tensarme. Mi abuelo soltó una carcajada antes de mirarme con esa calidez que me había hecho falta durante cada año que pasé bajo el mismo techo que ese idiota que se hacía llamar mi padre.
—No te lo tomes tan a mal, Ax—se burló divertido con la situación—. Me refiero a su versión de antes, mucho antes de casarse con tu madre.
De eso sabía poco y nada, la verdad, a mis abuelos les hacía daño recordarla durante esos primeros meses y yo me ahogaba en todo lo que pude haber hecho y no hice por estar ocupado haciendo justo lo que él quería. Con los años... tampoco quería saberlo.
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Cuanto te odio
RomanceNunca lo había visto tan enojado. Estaba frenético, no parecía él mismo, y tuve que improvisar para tranquilizarlo. Solo eso. ¿Qué tan malo podía ser detener su destrucción de una oficina, que yo luego tendría que limpiar, con un beso? BORRADOR SIN...