Tipo de narrador: omnisciente.
Liam tuvo dudas durante mucho tiempo sobre lo que le decían Sky y Benjamín. No iba a negar que eran realmente convincentes en cuanto a sus actuaciones. Sin embargo, hubieron cosas que no le terminaban de cerrar. Y esas dudas crecieron mientras veía lo que pasaba en el país.
Para el Connor no fue muy difícil relacionar unos hechos con otros. Al principio, no insistió mucho en averiguar qué estaba pasando porque creía que lo sucedido en Centauri era la causa de la guerra entre Petrov y Demir. No obstante, cuando fue a Aurora para ayudar a Angélica porque unos hombres intentaron robar la empresa que heredó junto con su hermano, se dio cuenta de que se trataba de algo más que una guerra entre las mafias originales. Era una guerra de poder y gobierno, donde estaban comprando las cabezas de muchos.
Nunca hubiera intervenido en eso, porque sabía lo que eso significaba y porque ahora tiene un hijo al que debe proteger. Sin embargo, cuando hombres llegaron a Blue pearl ofreciendo dinero por un sujeto con las descripciones y el nombre de su primo, lo supo todo. Lo relacionó todo, todo estaba conectado. Apenas sucedió eso, no dudó en ir a Centauri con compañía. Sabía que algo malo iba a pasar y no se equivocó.
Cuando llegó, se comunicó con Sky, ella no podía negar lo que decía y suponía, ya que sabía cómo era su tío. Era un necio y si ya estaba en Centauri no había vuelta atrás. Ambos conversaron y Liam le advirtió sobre lo que notó en las calles de esa ciudad, muchos hombres liderados por Zinov estaban revisando los edificios del centro. Eso hizo que ambos crearan un plan; Sky tendría que encontrar una manera de persuadir a los Petrov y Petya, y Liam tendría que cuidar sus espaldas hasta que apareciera Benjamín.
Sky hizo lo debido, manipuló a Petya, fingiendo sufrimiento, dolor y añoranza.
•••
Sky, quien solo puede pensar en su padre, entra a la casa presidencial con Petya. Ambas se quedan en la gran sala.
—Mi Nebesa, ¿sabes por qué dije que finalmente podremos ser una familia si tu papá reacciona? —Sky niega con la cabeza, tratando de mantenerse neutral—. Porque ya me estoy deshaciendo de los que podrían separarnos —la ve abrir una puerta y da un paso atrás al observar lo que hay dentro de esa habitación. Allí están los cuerpos de JJ y los mellizos decapitados, cubiertos de sangre—. Jared me quería para él y nunca seré suya. Y los mellizos eran un obstáculo para todos, les hice creer que los quería con nosotros mientras obtenía lo que quería... Los dos últimos obstáculos los quitaré pronto, quitaré a Sergei y a la Kozlova de mi camino.
Sky ve la cara inquietante de su progenitora y pasa saliva. <<Enloqueció. Ella está mal. No es mi madre, es un esperpento>> Piensa.
—Cuando creí que tú y Daimon habían muerto, me preocupé, lloré, los quería conmigo... —agita sus manos temblorosas y Sky la mira extraño sin que ella lo note. También mira su arma, calculando su futuro movimiento.
<<Vamos tío, actúa rápido>> Pide.
Un momento después, suenan una serie de disparos, lo que hace que Petya reaccione al mismo tiempo que Sky. La pelinegra agarra el arma de su madre y se la quita con todas sus fuerzas. Luego le da una patada a la rubia con un movimiento que ella misma le enseñó, logrando hacerla caer por la velocidad.
—Los elijo a ellos por encima de cualquier cosa, incluso de ti. Y no es negociable —algo dentro de Petya se rompe y se quema cuando ve a su hija engañándola—. Lo siento. —le dispara en la pierna antes de que pueda levantarse y sale corriendo de la mansión. Solo la hiere porque Sky no sería capaz de matar a su propia madre.
Afuera, ve como Cartier, Harper, Nikolay y su padre ya están con su tío. Detalla cómo se equipan con armas y cómo se preparan para dispararle a los hombres que se acercan. Ella los ayuda desde lejos, llamando la atención de todos.
ESTÁS LEYENDO
DAIMON - [Promesas, mentiras y traiciones]
ActionBilogía: Connor #2 Tu peor enemigo puede estar justo a tu lado; tal vez algún compañero, un amigo, incluso tu familia o alguna persona que te decía querer. Las personas son tan suceptibles a sus deseos, que te hacen desconfiar hasta de tu propio s...