DAIMON - [Promesas, mentiras y traiciones]

18. Celebración.

Tipo de narrador: omnisciente. 

Sky camina por toda la fortaleza, tratando de distraerse. Ella observa cuadros y fotos familiares, pero no fotos familiares ordinarias, las fotos familiares de los Petrov son un tanto diferentes. La mayoría de los Petrov aparecen serios en estas fotos mientras a sus espaldas se ven sus víctimas o las propiedades que han invadido en todo Hilfixo.

Sky mira cada foto con asombro. Las fotos que se ha tomado a lo largo de su vida con su familia no se parecen en nada a las de los Petrov.

De repente, el pequeño bastardo de Sergei pasa corriendo a su lado, agachándose detrás de algunas estatuas que adornan el gran salón mientras los gritos de Lev resuenan en la fortaleza. Lev está buscando al bastardo menor de Sergei para su ejecución, lo cual el niño sabe, ya que escuchó los planes de los Petrov y por eso se esconde de su destino.

—¡Ven aquí maldito bastardo! —la silueta de Lev aparece en la entrada del salón junto con dos de sus hombres.

Sky se alerta cuando Lev se dirige a las estatuas y saca al bastardo bruscamente. El niño llora y lucha de una manera que hace que Sky sienta la necesidad de hacer algo.

—¡Déjalo en paz, animal! —la niña de cabello oscuro corre hacia Lev y golpea sus manos con toda su fuerza, haciendo que suelte al niño. Instintivamente, coloca al pequeño detrás de ella y mira a Lev con desaprobación.

—¡Mantente fuera de nuestro trabajo, niña, recuerda cual es tu lugar y deja de molestar! —le grita, pero Sky ni siquiera se inmuta.

—Recuerdo perfectamente mi lugar, tengo el mismo poder que todos ustedes por si lo olvidaste —su comentario sorprende a Lev. Sky dice las cosas que le suele decir su madre, también recuerda algo que ella le dijo sobre los esclavos y, aunque no está de acuerdo, lo dirá para ayudar al niño—: Y por ese mismo poder, te informo que este esclavo estará a mi disposición, desde hoy será mi esclavo.

Sky no está nada orgullosa de decir esas palabras.

—Salió como su madre —expresa uno de los hombres parados en la puerta—, ella conoce bien su lugar.

—Informemos a Petya de este evento y ella decidirá que prosigue —propone el otro hombre—. Será mejor que le llevemos a los otros cuatro bastardos de Sergei por el momento.

Lev pone los ojos en blanco, sabe que Petya con tal de tener a su hija de su lado no dirá nada al respecto. Aunque también piensa que no importa si matan a ese niño o no, no es como si ser un esclavo fuese mejor que la muerte.

Sin más, se da vuelta y se aleja con sus hombres, listo para entregar al resto de los bastardos.

Sky observa al niño secarse las lágrimas. Ella no entiende muchas cosas y desearía que el niño se las explicara, pero él no le habla.

—Perdón por lo que dije, era la única manera de ayudarte —él asiente, mostrando gratitud—. Pero tienes que ayudarme a organizar mis cosas en caso de que mi mamá venga, así pensará que no mentí.

El pequeño asiente de nuevo y se va con Sky para ayudarle con las cosas que Petya le compró.

Ambos duran mucho tiempo arreglando las cosas hasta que cae la noche. Sky no paró de hablar en todo momento, le contó cosas de su vida al niño; de su familia, de Harper, de las cosas que le gusta y de su papá.

—Y cuando yo era pequeña mi papá no sabía peinarme, sus peinados parecían un nido de pájaros —el bastardo se ríe mientras come de la comida que Sky le pidió a una sirvienta—. Pero es un buen padre, lo extraño mucho. Lo bueno es que si ayudo a mi mamá lo podré ver luego. —el niño deja de comer cuando escucha eso.