43. Entrenadores.

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Rayven Cartier.

Abro los ojos al sentir el sol en mi cara. Me levanto del sofá de la sala donde dormí y me dirijo a las puertas de las dos habitaciones que tiene el pequeño departamento.

Al abrir la primera puerta, veo a Sky y Nikolay durmiendo en la cama mientras Benjamín está en el suelo durmiendo sobre unas sábanas y almohadas. Me acerco a él y le doy una patada en el pie, lo que hace que se despierte sobresaltado y agarre su arma.

—Soy yo, idiota. —susurro. Él baja el arma y brama, impaciente. Luego se pone de pie.

—¿Estás loca? Casi te disparo, joder. —murmura para no despertar a Sky y Nikolay.

—Es tarde, nos quedamos dormidos. —le informo en voz baja y él frunce el ceño antes de mirar su celular.

—Maldita sea, es cierto. Deberíamos habernos ido hace una hora... Toma tus cosas y prepárate, yo haré lo mismo e iré a buscar a Ortiz. Harper no podrá ir porque está herido y los niños tampoco, ya que los Petrov no saben que ellos viven, solo saben que yo vivo, así que seré el centro de atención y si están conmigo correrán peligro.

Asiento con la cabeza, de acuerdo. Soy consciente de que esto es lo mejor, somos nosotros los que vamos a arriesgarnos y vengarnos; los chicos no tienen por qué estar en medio de algo que no les concierne.

—Antes de ir por Lindarte y los demás, quiero decirte que creo que ya es hora de dejar las cosas entre nosotros de lejos... Sé que me entiendes, pasaron cosas en Sendepolis, pero aquí ya no. Todo al olvido. —me atrevo a decir algo que me carcome cada vez que lo pienso. Por alguna razón, siento que tengo que decirle eso para sentirme libre de tomar decisiones futuras. No sé si es estrés, pero en el fondo siento que no me debo atar a nada.

Benjamín levanta una ceja y eso hace que desvíe la mirada.

—Pensé que desde que salimos de Sendepolis se había aclarado.

¿Por qué me afectan esas palabras?

—Si quedó claro. Solo quería sostenerlo.

—Ya veo —me atrevo a mirarlo de nuevo y noto que su mirada ha cambiado, pero no sé cómo. Intenta salir, pero no lo logra del todo porque se detiene a mi lado—. Tú sostienes nuestro distanciamiento y yo nuestra despedida...

Me toma desprevenida besándome. Sus labios se apoderan de los míos y se lo permito. Sigo su beso, sincronizado nuestros labios durante unos segundos hasta que él se separa y sale de la habitación sin volverse a mirarme.

Me quedo quieta, procesando lo que acaba de suceder. Sin embargo, vuelvo a la realidad y saco todos los pensamientos extraños de mi mente.

Salgo de la habitación y preparo mis cosas mientras Benjamín despierta a Ortiz para que haga lo mismo. Con nuestras cosas listas, todos esperan su turno para bañarse. Ya preparados, tomamos armas y municiones que guardamos entre nuestras ropas.

—¿Se van sin desayunar? —pregunta Harper, quien está preparando el desayuno para Sky y Nikolay porque ya están despiertos.

—No tenemos tiempo. —Ortiz responde, mirando algo en el dispositivo.

Benjamín, por su parte, se despide de Sky y Nikolay en la habitación. Al momento sale con Sky y me despido de ella muy amablemente.

Nikolay no sale, pero se para en el marco de la puerta y con su mano me hace una señal para que me acerque a él. Así que voy a la habitación donde está él y veo como me mira con tristeza.

—¿Volverás? —me dice en un susurro.

—Lo intentaré —no puedo asegurarle que volveré porque ni yo misma lo sé—. Haré mi mejor esfuerzo.

DAIMON - [Promesas, mentiras y traiciones]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora