2. Acoplarse.

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Petya Petrova.

Me levanto de la cama, sin mirar al hombre que está en ella. Con calma me pongo la ropa y aliso mi cabello frente al espejo, asegurándome de que todo esté bien.

—¿Ya te vas? —pregunta uno de los hombres de seguridad de Adem Demir, cuyo nombre no recuerdo.

—¿Qué esperabas? —me giro para ver al tipo de cabello castaño y coloco mis manos detrás de mi espalda.

—No sé —se cruza de brazos—. ¿Qué pasaría si Sergei descubre que su sobrina está interactuando con los hombres de su mayor rival? Porque bien sabes que no son amigos, únicamente se soportan. —alega.

Me río ante eso y niego con la cabeza mientras busco algo en el bolsillo de mi pantalón y con la otra mano sostengo el arma que guardo en mi espalda.

—Estaría muy orgulloso.

El tipo frunce el ceño.

—¿Por qué lo estaría? —pregunta, así que le muestro la memoria USB que tengo en mis manos.

—Porque logré burlarme de un supuesto gran hombre de seguridad —disparo el primer tiro en su pecho—. убогий.

El tipo cae al suelo y trata de gatear por su teléfono.

Todavía no entiendo cómo los hombres se dejan engañar tan fácilmente, bajan la guardia única y exclusivamente para follar. Aunque reconozco que eso es perfecto para mí, me facilita conseguir lo que deseo.

Sin decir más, le doy otro tiro en la cabeza al castaño y de inmediato salgo de su casa sin hacer ni decir nada más.

Dmitry, mi hermano menor, me está esperando en su auto, así que entro tranquilamente y tomamos marcha, lejos de aquel lugar.

—¿Conseguiste algo o simplemente fuiste a follar? —Dmitry pregunta sin apartar la vista de la carretera.

—Claro que tengo algo, no soy como tú. Yo si consigo lo que quiero.

—¿Y eso es...?

—Información sobre cómo los Demir se moverán a Norte de Diamond city. Debemos ser más rápidos, ese lugar debe ser nuestro primero. Los Demir no podrán romper la coalición tan fácilmente y sin consecuencias.

Dmitry asiente y no dice más. Agradezco eso de su parte y me acomodo en el asiento del pasajero para ver mejor lo que recorremos de Silver city.

Todavía recuerdo el día que llegamos a este país, solo tenía cinco años. El objetivo de mis padres y tíos siempre fue Noivax y no Hilfixo, pero Noivax ya es por si un hueco, dominado por su propia gente y no por extranjeros, donde nadie querría meterse. Su otra opción era Soluth, pero ese país tiene un mejor sistema militar, gobierno y tecnología. <<Un país intocable para muchos>>.

Hilfixo no es un mal lugar para nosotros, a sus autoridades no les importan muchas cosas, si tiene un gobierno como Soluth, pero es un gobierno mediocre y corrupto que pudimos comprar, pero solo una pequeña parte. Nuestro único maldito problema son los Demir, una mafia con la que nos vemos obligados a compartir territorios o eso era antes, mis tíos se cansaron de compartir y como somos mayoría, podemos acabar con ellos.

Además los Demir ya tenían planeado apoderarse de más territorios, cosa que rompe los tratados que tenemos y nos convierte en rivales, como fue y seguirá siendo siempre.

—El tío Sergei hizo una reunión ayer —la voz de mi hermano me saca de mis pensamientos— y hablaron de la nueva generación. Sin herederos, los puestos pueden perderse. —me mira de reojo.

DAIMON - [Promesas, mentiras y traiciones]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora