1. Entablar.

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Benjamín Harris.

El olor a yerba me recuerda mis años insanos, me recuerda a un viejo Benjamín que no entendía el significado de la vida, un joven idiota que no sabía cuál era su potencial, solo dejaba que su vida se dañara sin más.

<<Una vergüenza>>

Benjamín Daimon solo era una vergüenza para si mismo, para mi mismo. A pesar de ello, no tengo el poder de tratarme como lo peor; yo no pedí nacer, ni pedí tener un padre asqueroso. Solo soy responsable de mi presente porque el maldito pasado no se puede arreglar.

—Si quieres fumar, hazlo en otro maldito lugar. —le espeto a Mark, que está sentado frente a mí con su cigarrillo en la mano.

Mark me mira y rueda los ojos, que se están tornando rojos por el efecto de la yerba.

—Qué delicadeza, sobrino —tira el cigarrillo al suelo y lo pisa—. Hablas como si nunca hubieras consumido lo mismo que yo.

—Lamentablemente lo hice y logré renunciar a aquello, tú deberías hacer lo mismo. La edad, Mark, la edad.

Mark se ríe suavemente.

—Viví fumando y moriré fumando. —comenta y acomoda su espalda en el respaldo de la silla para mirar al techo y tararear una especie de canción extraña.

Simplemente ignoro eso y cruzo los brazos con un poco de impaciencia, ya que los Harper no aparecen. Se suponía que estarían aquí hace una hora.

—Pido disculpas por la demora. —exclama Charles Harper, un rubio, quien es uno de los jefes mayores.

Las mafias no siempre han estado en Hilfixo, están aquí desde hace casi unas tres décadas y solo se apoderaron de las ciudades que pudieron. Cosa que ha hartado a muchos; los Petrov y los Demir son extranjeros y las tierras les pertenecen a los hilfixanos. Es por esto que se empezaron a crear organizaciones para sacarlos de una vez por todas. Me uní porque no hay muchas opciones en este lugar, si las mafias toman las ciudades restantes, nos volveremos como Noivax, un país desastroso y caótico.

—Lo que tú digas —Mark se levanta—. ¿Para qué me necesitan? Mi tiempo es oro.

—Excelente pregunta, ¿para qué lo necesitas? —cuestiona Lloyd Harper, el hijo mayor de Charles.

—Necesito que investigues ciertas cosas sobre los Demir —explica Charles—. Te diré qué tipo de información necesito, puedes ir al salón. Lloyd —se vuelve hacia su hijo— acompáñalo.

Mark se va con Lloyd y Charles dirige su atención hacia mí.

—Daimon, llegarán más hombres nuevos, pero estos pueden ser entrenados por otros. Lo que necesito de ti es buscar información de los Petrov. ¿Podrás hacerlo?

—Por supuesto, lo haré después de arreglar un asunto pendiente que tengo.

—Bien, estaré atento a tus notificaciones. —finaliza y se retira.

Mientras que el hombre es el que hace bombas y cosas raras, yo soy el que entrena o entrenaba a los novicios, en ayuda de otras personas. Mark es prácticamente un espía, en quien los Demir confían. Se unió a la organización porque su hermano está en ella y no tiene nada que perder. Claro, tiene a sus hijos, pero ellos admiran a Corwin y Mark sabe lo que eso significa. Él no quiere a sus hijos en ese camino y si la mafia retrocede, entenderán lo que realmente es Corwin.

Salgo de la casa de los Harper y me subo a mi auto para conducir hacia Sur de Centauri, donde está mi casa. Al llegar me encuentro a Sophia Harper, quien está sentada en un sillón, mirando su celular.

DAIMON - [Promesas, mentiras y traiciones]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora