DAIMON - [Promesas, mentiras y traiciones]

47. Sentir detenido.

Rayven Cartier.

No puedo definir todo lo que sucedió y todo lo que veo. Solo puedo prestarle atención a los movimientos de todos mientras camino junto a Benjamín. Ya no se escuchan disparos, solo gritos de organización. Los militares ya tomaron el control y están arrestando a los hombres vivos de JJ.

Volvemos a la plazoleta, encontrando a siete hombres de El Hombre sentados en unos bancos junto al cadáver cubierto de Harper. Eso me hace recordar lo que me pidió antes de morir. <<Intentaré cumplir su última voluntad>>

En otros bancos traseros veo a Sky y Nikolay junto con Liam, Eliot y la mujer de cabello castaño. Liam es el primero en mirarnos, bueno, a Benjamín. Sin embargo, él no lo mira, sino que permanece perdido y se dirige hacia una barandilla que rodea un gran roble, quedándose allí pensativo.

—Cartier... —escucho a Ortiz hablándome—. ¿Qué pasó? El hombre ya viene, nos dió una señal. —comenta y lo miro, notando que todos los ojos de los hombres están puestos en mí.

Me acerco a ellos.

—Petya murió. —Les cuento lo que pasó y ellos hacen lo mismo respecto a El hombre. Parece que está atendiendo a otro de sus heridos.

Pasan los minutos y la gente va de un lugar a otro. Algunas personas se ven felices y alegres, otras tristes y otras preocupadas. Cada quien logró victorias y derrotas. Quiero sentirme como las personas que lograron victorias, pero no puedo, no puedo hacerlo al ver las caras de Sky y Nikolay. Ambos en duelo por el amigo de su padre, Harper fue muy especial para ellos, de eso no hay duda.

Unos uniformados se abren paso entre unas personas, dejando ver la silueta de El hombre con su máscara puesta. Detrás de él están el resto de sus hombres trayendo cuatro cuerpos cubiertos.

Nos mira, aunque su atención se centra en el cuerpo cubierto junto a nosotros. Intenta quitarse la máscara, pero cuando mira detrás de nosotros hacia donde están Nikolay, Sky y los demás, se arrepiente.

—¿Dónde está Daimon? —su voz suena angustiada.

Ortiz y yo le señalamos hacia donde está Benjamín y él lo mira relajando los hombros.

—Entonces, ¿Quién... ? —no termina de hablar, sino que se acerca al cuerpo y se agacha para revelar su rostro. Al ver que es Harper, se lleva una mano a la cabeza y se queda en silencio unos segundos—. Una injusticia más... te merecías algo mejor, Jordán. Eras el único Harper que se lo merecía —habla entre dientes—. ¿Quién lo hizo? —pregunta.

—Lev. —respondo y le cuento cómo sucedieron las cosas.

Lo escucho suspirar y cubrir la cara de Harper de nuevo. Luego se acerca a Benjamín y le dice algo, su sobrino asiente y luego niega sin decir ni una sola palabra. Esto hace que El hombre le dé espacio y regrese a nosotros.

En ese momento me doy cuenta de que Ortiz, Reed y los demás están mirando los otros cuerpos cubiertos que trajeron. Todos le hacen una señal de respeto a sus compañeros fallecidos y esto provoca que el ambiente se vuelva deprimente.

—Jefe —le habla Avellano—, ¿qué hacemos ahora?

—Les daremos sepultura digna a nuestros difuntos.

—¿No debemos seguir ayudando?

—Ya hicimos bastante, sin Petrov ya no hay mucho peligro. Y Lindarte y las mujeres ya tienen ideas claras de lo que harán. Desde el inicio solo fuimos nosotros un apoyo, ya les toca a ellas el resto. Ellas también perdieron compañeras, pero sus cuerpos serán entregados a sus familias... Mis hombres fallecidos no tienen a nadie, y no los dejaremos aquí. No los dejaré.