DIECIOCHO

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Nada estaba resultando como quería.

Ambos habían pasado despiertos toda la noche buscando soluciones, conectando horarios y planeando escapadas, pero nada parecía cuadrar.

¿Por qué nada les estaba saliendo bien?

Oh, claro. Los estúpidos trabajos de medio tiempo. Gracias a ellos no les quedaba espacio para pasar tiempo con el bebé.

Sin embargo, los trabajos servirían para pagarle a una niñera y también para la renta del apartamento. Así que no tenían la culpa ¿Cierto?

Gimió.

Estaba estresado, triste y melancólico.

Su horario sólo le daba una hora para llegar a su trabajo, el cuál había conseguido en una cafetería a 3 cuadras de la universidad.

Su trabajo terminaba a las 18:30 PM lo cual le pareció estupendo en un principio y es que sólo le necesitaban como respaldo en horas pico. Genial.

Había conseguido el empleo 1 mes atrás y el dueño le había dicho que comenzaba una semana después de iniciar sus clases. Llegaría a casa tipo 19:15 PM.

Kraisee estaría solo todo el día.

A Tinn no le iba mejor y es que su empleo era en una librería y tenía sólo media hora para llegar al lugar. Su trabajo terminaba a las 20:00 HRS. Pues era él quien debía cerrar el negocio.

Estaría llegando a su hogar tipo 20:30 HRS.

No, no iba a funcionar. Nada iba a funcionar.

En serio quería quedarse con Kraisee, verlo todos los días y ser él quien lo vea crecer, ser él quien lo calme al llorar y ser él quien le ayude a dar sus primeros pasos.

Estaba decepcionado consigo mismo.

¿Por qué era tan difícil?

Se apoyó contra la encimera, la misma que ya se había vuelto su amiga y respiró profundamente ante el dolor de cabeza que comenzaba a esparcirse.

Sintió una mano sobre su espalda y giró su vista para toparse con los orbes cálidos de su mamá. Ella le mostró una sonrisa y él se la devolvió o al menos lo intentó.

-¿Qué sucede?

-Nada. Sólo estoy limpiando por aquí - murmuró mientras se alejaba de ella.

No estaba listo para escuchar un "Te lo dije"

-¿En dónde está Tinn?

-Salió a comprar leche para Kraisee. Parece pequeño pero come como niño de hospicio.

-Gun- rio

-Lo siento

-¿Has ... Hablado con Tinn?

El cantante se congeló por unos segundos. ¿Qué debía contestar?

La verdad.

-Si, hemos hablado al respecto.

-¿Y qué te dijo?

-Él, quiere que cuidemos juntos a Kraisee - sonrió -Pero si soy honesto... no hemos encontrado la organización perfecta con nuestros horarios.

-Bueno, aún tienen todo el día de hoy y mañana para encontrar algo.

-Mhm.

-Ok, entonces dejaré que sigan planeando las cosas. Iré a visitar a una amiga y regresaré por la tarde ¿Hay algo que necesites de afuera?

-Mm no, gracias. Ya le di una lista a Tinn para que compre algunas cosas del supermercado de regreso.

La señora Gim sonrió -Muy bien. Llámame cualquier cosa, no estaré muy lejos.

Dos Chicos y un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora