VEINTE

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Sus manos acariciaron inconscientemente la almohada bajo su cabeza. Amaba sentir la suavidad y lo frío de la misma durante la noche.

Había descansado bastante bien las últimas noches y agradecía que los nervios no le estuviesen revolviendo el estómago o al menos eso intentaba creer. En unas seis horas debía levantarse para preparar a Kraisee y poder ir a dejarlo a la casa de su mamá.

Por el momento, sentir su cuerpo descansar era como el cielo. Todo estaba tranquilo y el único ruido era de los árboles afuera de su-

WUAaaaw wuaaAaaAaW

Abrió los ojos rápidamente y se sentó en la cama observando alrededor. Suspiró con preocupación y se levantó para acercarse a la cuna que habían comprado hace sólo unos días.

Una simple y bella cuna de madera.

Kraisee dejo de llorar al verlo y comenzó a patalear emocionado.

-Ow, ¿Qué sucede? ¿Alguna pesadilla?

Que un bebé llorase por las noches era algo normal, pero no para Kraisee. Su pequeño seguía de largo hasta la mañana siguiente y era algo que siempre le sorprendería.

Sin embargo, habían noches que despertaba buscando atención y el cantante no podía evitar preocuparse porque significaba que algo realmente le estaba molestando.

Su mayor sospecha era que Kraisee podría tener pesadillas pero no estaba seguro si los bebés las tenían. Se aseguraría de investigarlo después.

Secó con cuidado los ojos de la criatura y beso sus mejillas regordetas.

-Me pregunto que pasa por esa cabecita tuya.

Sintió una mano posarse sobre su hombro y la otra sobre la mano que sostenía al bebé.

-Me tocaba ¿Recuerdas?

-No pude evitarlo - sonrió a manera de disculpa.

-¿Todo en orden?

-Si, todo bien. ¿Qué haces levantado? Tenemos que madrugar, deberías aprovechar cada hora de sueño.

-Acordamos hacer esto juntos Gun, si tú te levantas, yo también.

-Lo sé.

-¿Nervioso?

-Un poco, creo que la universidad ya pasó a segundo plano. Me preocupa dejar a Kraisee con Lucky.

-Bueno, siempre hay una primera vez y él debe acostumbrarse a ella.

-Tienes razón.

Cuando se dio cuenta de que el pequeño estaba nuevamente dormido, lo recostó sobre la suave colchoneta y lo arropó nuevamente.

-Gun...

-¿Mm?

-Vas a ser un gran cantante.

Carajo

Tinn siempre sabía lo que pasaba por su mente. Claro que estaba nervioso por su primer día, había deseado esto más de la mitad de su vida .

Sin embargo, ahora no estaba seguro si lograría cumplir sus sueños. No se estaba quejando, tenía a Kraisee pero también le gustaría cumplir la promesa que le había hecho a su papá a los cinco años.

Se abrazó a sí mismo y sonrió.

-Hey, mírame - suavemente tomó su rostro y lo giró para que pudiera verle directo a los ojos -Asumimos está responsabilidad pero eso no nos priva de cumplir nuestros sueños. Vamos a esforzarnos y si al final del camino no lo logramos, al menos lo intentamos.

Dos Chicos y un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora