Dos Chicos y un Bebé

DIECISÉIS

-¿Tú?

-Mamá, soy responsable. Mira lo que he logrado estas dos semanas. Sé cambiarle el pañal, sé como bañarlo y sé como alimentarlo.

-Gun estás apunto de entrar a la Universidad ¿Crees que tendrás tiempo para cuidar de un bebé? Se supone que también tomarías un trabajo de medio tiempo ¿No es así?

El más joven asintió.

-¿En qué momento piensas hacerte cargo de él?

-Encontraré la manera, si trabajo le pagaré a alguien para que lo vea y quizás desp-

-¿Qué pasó con Tinn ese día?

-...¿A qué te refieres?

-El día que yo cuidé a Kraisee ¿Qué pasó con Tinn?

Las mejillas del cantante se enrojecieron y no pudo evitar bajar su mirada hacia el suelo.

-Él... me dijo que le gustaba.

-¿Y?

-y ahora, bueno, podría decirse que estamos...juntos.

Las facciones de su mamá se relajaron y una diminuta sonrisa apareció en su rostro. Sin embargo, quería hablar seriamente con su hijo y para ello, debía mantener la fachada.

-¿Has hablado con Tinn sobre esto? Después de todo van a vivir juntos y su opinión importa tanto como la tuya.

Sintió una flecha atravesar su corazón. Un fuego no placentero se esparció por todo su cuerpo, quemando todo a su paso. No había pensado en eso, simplemente asumió que Tinn estaría de acuerdo debido a lo bien que se llevaba con Kraisee.

Egoísta

¿Tinn siquiera quería tener hijos?

Hijos...

Decepcionado, murmuró un simple -No

-Escucha, no estoy de acuerdo con lo que quieres hacer. Tienes 18, estás a punto de cumplir 19 y hay tantas cosas que puedes experimentar antes de asumir una responsabilidad como esa.

Su hijo asintió aún sin dignarse a verla a los ojos. Ella lo entendía -Cariño, criar a un niño es difícil... y más si lo haces tú solo ¿Sabes?

Entonces, el cantante levantó su mirada captando la insinuación detrás de las palabras de su madre. Sus ojos se llenaron de lágrimas y no pudo contenerse ni un segundo más. Gun la abrazó con tanta fuerza que temió por un segundo hacerle daño .

-Primero debes hablar con Tinn y después, volveremos a tener esta conversación. Esto no quiere decir que apoye tu idea, sólo quiero hablar con ambos.

Asintió con su cabeza aún escondida en el cuello de su mamá. Ella era su refugio y la última familia que le quedaba, al menos de sangre.

Ella sonrió -Ahora ¿Cómo exactamente se te declaró Tinn? Quiero saberlo todo.

Su hijo se separó de golpe con el ceño fruncido y su rostro cual carmín -¡Oh, Ma'!

-¿Usaste lo que te dije?

Su vergüenza estaba reflejada en cada parte de él, obviamente no lo había usado, no estaba listo y sabía que Tinn tampoco.

-Ya no quiero seguir con esta conversación - se dio la vuelta y se alejó de ella.

-¿Eso es un sí o un no? Gun, eres mi hijo y me preocupo por tu seguridad ¡Vuelve aquí!

...........

Tinn regresó a los 15 minutos de que la embarazosa conversación con su mamá terminó. Al final, tuvo que ser honesto con ella en todos los sentidos, lo cual no fue tan difícil porque sinceramente no había pasado nada fuera de tono entre él y su novio.

Bueno, si estuvieron a punto pero no se finalizó nada así que no contaba como un acto sexual ¿Verdad?

Almorzaron entre risas y anécdotas de la señora Gim sobre todo lo que hizo en la casa de su hermana. Le dolía el cuerpo con sólo escuchar los esfuerzos que su mamá tuvo que haber hecho para atender a una familia y eso hacía que su admiración por ella creciera.

Al llegar la tarde y con ella el baño de Kraisee, su mamá se maravilló al ver al pequeño disfrutar de su baño. Sonreía ante lo que Tinn le comentaba mientras sostenía al bebé y Gun se encargaba de lo demás.

Ellos habían creado una rutina, un horario y se turnaban para realizar cada cosa. Estaba orgullosa de su hijo y quizá la idea de que se hiciera cargo de Kraisee no era tan descabellada como sonó en un principio.

Ver a su hijo sonreír y observar cómo transmitía el amor que llevaba dentro con sólo una mirada, una sonrisa o con las suaves y cuidadosas formas en que pasaba la esponja por el cuerpo del bebé. Era asombroso.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y se rehusó a dejarlas salir para no preocupar a los dos adolescentes frente a ella.

Gun había crecido tanto y tan rápido.

Aún recuerda cuando les curó las heridas después de que regresaron empapados una tarde 10 años atrás.

La excusa había sido que jugaron con globos de agua y se les fue la mano. Horas después se enteró de que ambos niños se habían tirado del puente a las afueras de la colonia. Oh, lo castigó por un mes y se encargó de que la mamá de Tinn hiciera lo mismo.

Eran tan pequeños en ese entonces, pero ahora sólo veía a dos hombres, sonriendo ante las caras que hacía Kraisee al sentir el agua y la espuma. Era precioso.

Gun como papá, un bello pensamiento. Algo apresurado, pero no dejaba de ser lindo ¿No?

Sin embargo, la otra cara de la moneda todavía estaba presente y es que ella quería que su hijo estudiara, saliera a fiestas, probara alcohol (sin pasarse obviamente) y experimentara el amor libre de la universidad al lado de Tinn. Ella quería que él se superara y fuese mejor que ella.

En ese lado, también entraba Tinn. Un joven con un futuro brillante y prometedor. Un futuro doctor.

Sabía que era una de las carreras más exigentes, que probablemente entre el estudio y el trabajo no tendrían tiempo para ellos, mucho menos para cuidar de un bebé.

Suspiró , todo era tan complicado y sabía que su deber era poner las cartas sobre la mesa y aconsejar lo mejor que pudiera a su hijo y así evitar que cometiera errores.

-Tinn pásame su bata por favor.

-Ya voy

Apreció al novio de su hijo colocar la pequeña y tierna bata de León alrededor del bebé y Gun la acomodó para luego, sostener a la criatura contra su pecho, su mano sosteniendo suavemente la cabeza de Kraisee.

Al fin y al cabo ella sólo podría aconsejarles ¿No es así?

Salir al mundo y tomar decisiones era parte de crecer y ella no obligaría a Gun a hacer algo de lo que se arrepintiera tiempo después.

Suspiró.

Debían haber mejores opciones para que ambos pudiesen manejar su tiempo ¿Verdad?

Debía estar loca por siquiera considerarlo.