SIETE

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No quería levantarse, su cuerpo se sentía tan tibio, tan suave y cómodo que no quería ni siquiera abrir los ojos.

No recordaba el momento en que se había quedado dormido, pero a lo lejos aún podía escuchar la voz de Tinn cantando.

La dulce voz de su mejor amigo siempre sería fascinante para él, su voz tenía algo hipnótico que lograba calmarlo y dormirlo en menos de 5 min.

Frunció el ceño ante la sensación de aire sobre su rostro, aguantó la respiración por unos segundos para concentrarse en la sensación y pudo determinar que se sentía como si alguien respirara cerca de él.

Abrió sus ojos lentamente y sus mejillas se tornaron de un color rojo al estar a escasos centímetros del rostro de Tinn.

¿Cómo había terminado en esa posición?

No recordaba mucho, pero no se estaba quejando tampoco. Había dicho que aprovecharía cada oportunidad que la vida le presentara para estar con Tinn y esa vista de la que estaba disfrutando era un bello regalo.

Sonrió para sí mientras observaba cada facción de su amigo, labios delgados, ojos completamente cerrados y su rostro reflejaba serenidad.

Él era tan lindo, tan imponente y seguro de sí. No había nadie que le hiciera competencia a lo perfecto que Tinn era, tanto por dentro como por fuera.

Interrumpió sus pensamientos cuando sintió a su amado moverse y luego, observó como sus ojos comenzaban a abrirse revelando esos orbes oscuros.

Cuando las dos miradas se encontraron, su corazón latió con fuerza al apreciar la bella sonrisa que Tinn le mostró. Restregó su cabeza en la almohada y su cabello se despeinó aún más, pero nunca apartó la mirada de la suya.

Gun no podía evitar a los latidos desenfrenados de su pobre corazón y sólo rogaba que su otra mitad no lo escuchase.

-Buenos días - le escuchó susurrar con su voz ronca y definitivamente eso contribuyó a que su corazón se sintiera listo para sufrir un paro cardíaco.

-Hola- se escuchó responder.

-¿Lograste descansar?

Gun asintió -Me siento completamente descansado. Por favor, dime qué no son las 12:00 del mediodía.

Tinn rio y negó mientras señalaba el reloj de pared atrás del cantante.

-A menos que la hora allí esté mal, son las 8:00am.

-Perfecto - se sentó sobre la cama y estiró sus brazos lo más que pudo para luego, voltear a ver el sillón y observar a Kraisee durmiendo profundamente.

-Se quedó con nosotros en la cama, me desperté como a las 6:00 am y me di cuenta que estaba acomodado en medio de los dos. Lo regresé al sillón.

-Es tan lindo...

-Como tú.

Ante el comentario, Gun abrió los ojos como platos y giró cual rayo para observar a su amigo -¿Qué dijiste?

-¿Huh?

-Dijiste que soy lindo.

-¿Si?

Gun asintió.

Las manos de Tinn comenzaron a sudar ¿Lo había dicho? No recordaba, pero era una buena oportunidad para empezar con su plan de descubrir los sentimientos de su mejor amigo y si resultaba que se lo había imaginado todo, se encargaría de enamorarlo desde cero.

¿Qué podría salir mal?

Entonces Tinn dejó escapar una sonrisa encantadora -Pues sí, eres muy lindo.

Dos Chicos y un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora