VEINTITRÉS

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Después de todo, Tinn tuvo razón.

Se habían acostumbrado a la rutina.

El tiempo se pasó volando para ambos y cuando se dieron cuenta, faltaban solamente 2 semanas para finalizar el primer semestre.

Gun no podía estar más feliz, tendría su examen final pronto y las asignaciones habían sido en grupo, le había tocado con sus amigos.

A tan sólo 3 semanas de haber ingresado a la universidad, Gun se había hecho amigo no sólo de Por, sino que de 4 chicos más. Todos con diferente especialidad.

Por un lado estaba Win cuyo instrumento era el bajo, Yo con la guitarra acústica, Pat con la batería y Sound con la guitarra eléctrica.

Esos jóvenes eran un dolor de cabeza pero les había tomado cariño y juntos sonaban excelente. Por ello, al mes de haber ingresado decidieron formar una banda amateur dentro de la universidad y subían sus videos practicando a YouTube.

Tenían bastantes vistas, no millones y tampoco más de 10 000 pero ya era algo. Además, de hacerse conocer en el campus y ante las chicas.

Cosa que no le importaba al cantante en lo absoluto.

Algo que agrandaba su felicidad, era el hecho de que Kraisee estaba creciendo cada día más. Su pequeño bebé tenía ya 8 meses de edad y era lo más adorable que jamás hubiese visto.

Ya podía sentarse sólo y mantenerse así por bastante tiempo, ya escuchaba su risa contagiosa cada vez que jugaban con él y también había comenzado a jugar con la letra "M" y "P".

Sabía que muy pronto lograría escuchar de él esa palabra que tanto estaba esperando.

-Gun ¿Tienes que irte temprano? Sería bueno practicar un poco más, el examen está a la vuelta de la esquina.

Ese era otro punto, tener que correr a la casa de su mamá para trabajar era necesario y no iba a descuidar eso por ensayar. Pero también sentía que no era justo con sus amigos.

El no vivir en los dormitorios como ellos, tampoco ayudaba.

-Oh, lo siento. Saben que no me puedo quedar.

Los cinco asintieron como de costumbre pero el cantante podía ver que estaban decepcionados, otra vez.

Tomó sus cosas, se despidió y les prometió que iba a ensayar por su cuenta en casa.

Ese día no tendría a Kraisee en el café porque era miércoles, eso significaba que Tinn tendría descanso y él cuidaría al bebé después de la universidad.

Sonrió.

Le encantaban los miércoles porque siempre que regresaba a casa se encontraba con sus dos chicos en el sofá viendo películas, manchados de pintura o vestían disfraces. Sea como sea, amaba cada momento de ello.

Salió de su edificio y pudo divisar a Tinn junto a Tiw hablando en una banca afuera de la cafetería.

Había aprendido que aquel joven sólo era una buena compañía para su novio y no presentaba amenaza alguna para su relación. Desde que eran niños, supo por las historias de Tinn que Tiw jugó un papel importante en su niñez y su vida.

Así que llegó a la misma conclusión de siempre; Si hace feliz a Tinn, a mí también.

Se compuso la mochila sobre su hombro izquierdo y la guitarra sobre el derecho. Le sonrió a Tinn aunque este no lo hubiese visto y siguió su camino para poder abordar el bus a tiempo.

...............

-¿Entonces eso fue lo que te dijo?

-Si ¿Puedes creerlo? Después de que me desvelé haciendo esa mugrosa infografía.

Dos Chicos y un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora