TREINTA

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Ya sólo quedaban cinco días en los que debían asistir a la universidad. Sin embargo, eran sólo para quienes buscaban estudiar o entregar proyectos atrasados.

Ambos jóvenes habían ganado sus cursos con buenas notas, pero Gun decidió que llegaría para ensayar con su banda por las mañanas. Ellos lo merecían después de haberle aguantado tanto.

Tinn por otro lado, prefería llegar para hablar con sus maestros y así organizar mejor su horario para el segundo semestre. Gracias a que sus maestros lo amaban, era sencillo soltar algunas premisas de las tareas individuales y de grupo.

El cantante se concentró en aprovechar lo más que pudiera esos días, iniciaban con la práctica temprano en el salón de música y terminaban a medio día, dejando suficiente tiempo para comer algo antes de dirigirse al trabajo.

Gun seguía alucinando por la noche que había pasado al lado de su novio y aunque no habían hecho nada del otro mundo, como ... Esas cosas. Le encantaba recibir esa reafirmación de que era el único para aquel hombre.

Era algo reconfortante.

Pero, volviendo a la insinuación anterior ¿Qué opinaba Tinn al respecto?

No es que hablasen del tema muy a menudo o que fuese algo que necesitaban para sobrevivir como el oxígeno o la comida.

Tener relaciones con alguien no es algo que se toma a la ligera y tampoco algo que pasa sin haberse preparado antes... ¿No es así? O aquí también entraba lo de "Lo espontáneo es mejor que lo planeado"

No mentiría, había tenido sueños extraños últimamente en dónde su novio... Bueno, no tiene porque decirlo. Pero, le hacían despertar con una incomodidad en sus pantalones, la cual esperaba Tinn nunca hubiese notado.

Sacudió su cabeza para evitar recordar fragmentos de los vívidos sueños que le atormentaban recientemente y al mismo tiempo, el movimiento brusco se ganó un ceño fruncido de parte de sus amigos.

Todos estaban comiendo algo en la cafetería, todos menos Gun. Era mejor esperar al almuerzo.

Compartían la mesa con algunos estudiantes de veterinaria y unos tres de medicina. Simplemente, no le estaba poniendo atención a lo que hablaban, que se sentasen juntos no quería decir que debían interactuar.

Decidió ver a su alrededor para desviar su atención de su calentura y su vista se posó en el causante de la misma. Que suerte ¿verdad?

Tinn estaba ingresando a la cafetería con sus amigos; Tiw, June y ... Quinn.

Trató de ignorar a esa última.

Siguió atento cada paso que daba su novio y se maravilló con lo Sexy que lucía al caminar. Todo un modelo. Alto, delgado, con las venas marcándose en sus brazos y ese cabello que se movía con el viento.

¿Había viento si quiera? Quizás se lo estaba imaginando.

Lo vio sentarse y agradeció cuando June tomó asiento a su lado, ganándole el puesto a Quinn.

Estaba tan ocupado admirando al joven estudiante que no sintió la mirada de cierto chico sobre él.

El joven se acercó a su oído con confianza y fue sólo entonces cuando le escuchó susurrar una pregunta, que se dio cuenta de su cercanía.

-¿Te gusta lo que ves?

El cantante se sobresaltó y se alejó bruscamente, ganándose nuevamente, la atención de sus compañeros . Con una sonrisa, pidió disculpas.

El sujeto le seguía viendo con una sonrisa en el rostro. Extraño. Nunca antes lo había visto y ni siquiera lo había notado a su lado ¿Dónde estaban los estudiantes de veterinaria? Ahora sólo quedaban los tres, no, ahora cuatro estudiantes de medicina. Se les reconocía por el broche en su ropa.

Dos Chicos y un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora