CUARENTA Y SEIS

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¡ADVERTENCIA!
Este capítulo está dirigido a personas mayores de 18 años, debido a la inclusión de contenido explícito.
Leer bajo su propio riesgo.

Tinn había pasado alrededor de 8 semanas con el yeso, lo que equivalía a dos meses.

¿Había sido duro? Bastante. ¿Había sido estresante? No había ninguna duda.

Sin embargo, la situación logró unir aún más a los dos adolescentes y les había dado una profundidad bastante significativa a su relación.

La reacción de ambos para seguir con sus vidas cotidianas y fortalecerse mutuamente mientras asistían a clases, trabajaban y seguían con la terapia, una vez por semana, había sido maravillosa.

El día en que le quitaron el yeso a Tinn, había sido extraño, porque Gun se había acostumbrado a verlo con el, todos los días. Pero si era sincero, amaba volver a sentir los brazos de aquel pelinegro alrededor de su cintura.

Sin embargo, ese no era el único motivo por el cual estaba feliz.

En dos días sería 02/02/24, lo que significaba...

¡Su hijo estaba a punto de cumplir un año de edad!

¿Cuáles eran las novedades en su crecimiento?

El cambió más significativo, era que ya podía caminar. Aún se tambaleaba en algunas ocasiones, pero en general, era como un pequeño huracán por el apartamento. Era adorable y aún más, cuando llevaba puesta su pijama de León.

Era su pequeño Leoncito.

No podían pedirle más a la vida que estar siempre uno al lado del otro. Era un deseo bastante extraño para dos adolescentes de 19 años, pero así eran las cosas y no deseaban cambiarlas.

Sonrió preso de sus pensamientos y terminó de tender la cama. De la nada, dos brazos lo envolvieron por detrás. Oh, amaba tanto ese gesto.

-¿Listo para dormir?

-Casi, estaba arreglando el mueble de la sala y a que no adivinas lo que me encontré.

-¿Polvo?

-A parte de eso.

-Mmm. Soy malo adivinando, ¿Qué encontraste?

Tinn dejó que el menor se diera la vuelta para mostrarle lo que había apoyado sobre la mesita de noche, antes de abrazarlo.

El cantante palideció y sus orejas ardieron por la vergüenza.

Carajo.

Frente a él, se encontraba una bolsa de papel que tenía en la parte frontal, el logo de una farmacia. Era la bolsa que contenía los artículos privados que había comprado hace ya dos meses.

-¿Se te hace conocida?

-Yo, bueno, se suponía que esa noche...

Entonces, la mirada divertida de Tinn desapareció al recordar que cualquier cosa que Gun hubiese planeado, había sido totalmente arruinada por el incidente de las fotografías.

-Lo lamento.

-No lo estés, tal vez fue lo mejor. Creo que estaba acelerando un poco las cosas.

El pelinegro volvió a ver la bolsa y luego, regresó su mirada a los ojos de Gun.

-Yo, también pensé en eso. Esperaba que pudiéramos hacerlo el día de tu cumpleaños, pero... - Sonrió tristemente, mientras movía su brazo izquierdo para establecer el punto.

Las mejillas del cantante se volvieron manzanas rojas y podía jurar que Tinn lograba escuchar los fuertes latidos de su corazón.

Era ahora o nunca.

Dos Chicos y un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora