TREINTA Y SIETE

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El pelinegro regresó a su clase y pidió disculpas, pues explicó que tuvo un pequeño problema familiar y debía atenderlo lo antes posible.

Nadie pareció desconfiar de la palabra del joven e ingresó sin dificultad alguna, bajo la atenta mirada de South.

-Muy bien. Como saben, la fiesta para despedir al Señor Force será en dos meses. Es obligatoria y deben estar presentes. Por ello, les estoy avisando con casi 60 días de anticipación.

Asintió, más no puso atención del todo a los anuncios para los próximos meses. Sus pensamientos seguían siendo dedicados a su pequeña chinchilla.

Aquel beso lo había dejado en las nubes. Era imposible concentrarse en algo académico cuando el fantasma de los labios de Gun seguía acechando los propios.

No. Debía poner atención.

Las horas, por otro lado, pasaban cada vez más lento y sus ansias por volver a estar a su lado crecían de una manera sorprendente. Necesitaba escucharlo, quería conocer la razón por la que su novio no estaba siendo él mismo últimamente .

¿Tenía miedo por conocer la verdad?

Por supuesto, pero debía hacerlo para poder brindarle su ayuda y así enfrentar juntos cualquiera que sea el problema en cuestión.

Su teléfono vibró dentro del bolsillo de su pantalón y al pensar que Gun podría haber tenido alguna emergencia  o incluso algo peor hubiese pasado, esperó a que el doctor se diera la vuelta y sacó el teléfono en un dos por tres.

Y sí, en efecto era Gun.

Te espero esta noche <3

Su corazón latió con fuerza y sus orejas se tornaron de un hermoso color rojo. Sonrió tontamente hacia la pantalla y después de contestar, guardó el dispositivo.

-¿Qué sucede?- preguntó Quinn detrás de Tiw. Una expresión seria en su rostro.

El futuro doctor negó con la cabeza sin borrar la sonrisa -Nada.

Ella asintió no muy convencida.

Las horas continuaron.

El timbre sonó nuevamente y eso indicaba, gracias al cielo, que por fin era hora de salida. Guardó sus cosas meticulosamente y estuvo a punto de abandonar el salon, pero alguien lo detuvo del brazo.

-Tinn, papá vendrá de visita muy pronto y le prometí que lo llamaría hoy para discutir algunos detalles. ¿Me prestas tu teléfono? El mío se quedó sin carga.

El mayor le sonrió, desbloqueo el teléfono y se lo pasó.

-Gracias. Será sólo un momento.

-Seguro.

Pudo ver a June acercarse, éste palmeó su hombro y comenzó a preguntarle algo sobre la última clase. Tinn rio con fuerza y se perdió en la conversación.

Ese chico era un caso algo extraño, pero también era buen compañero.

La joven se alejó un poco para poder hablar con su padre, la llamada duró aproximadamente unos 6 minutos. Al colgar, sin querer el dispositivo quedó en la pantalla de inicio, envés del teclado. Mostraba la imagen de un pequeño bebé abrazado por un joven.

Un momento.

Ella conocía al chico. Sus ojos se abrieron como platos al reconocerlo y darse cuenta de que era el vocalista de aquella banda.

¿Cómo se llamaba?. Chinzhilla.

-¿Terminaste?

La joven saltó ante aquella voz y rápidamente apagó el dispositivo mientras se daba la vuelta.

Dos Chicos y un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora