la tela de araña

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un largo y pesado día, un par de desacuerdos, unos cuantos gramos de mercancía que nadie creyó que notaria, Sam y sus planes para expandir el negocio, pero nada que una linda chica no pueda ayudarme a olvidar, hace rato que no visito Les Petits Crus. y sus chicas siempre son cooperativas y amables,  después de meditarlo un poco cambio de dirección y me dirijo con las mejores intenciones a visitar a las chicas lindas.

Estaciono mi auto frente al bar y muy seguro camino a la entrada, las manchas de sangre en mi camisa hacen que la gente a mi paso voltee a verme pero estaba demasiado estresado y cansado como para cambiarme además... lo que planeo hacer esta noche no es un asunto que requiera mucha ropa, me trueno el cuello antes de entrar y sonrió entrando con total seguridad.

-que milagro- escucho a mis espaldas, Jezabel esta sonriente sosteniendo una charola con unos cuantos tarros de cerveza 

-no había podido venir pero sabes que me encantas no? te extrañe muñeca.

ella solo se ríe, sabe que miento, pero nunca le ha molestado seguir mi juego 

-esta noche hay carne fresca, cazador- sonríe y desvía su mirada hacia una atractiva joven de ojos profundos- se llama Jeannette pero, no creo que puedas con ella, es una chica de dinero, que hace aquí no lo se, pero yo leí su solicitud y es la heredera de los Doinell 

-Interesante. pero no creo que sea tan diferente o tan... difícil, crees que puedas ayudarme? -saco un par de billetes y los pongo en su escotada blusa, ella solo sonríe y se aleja, la observo discretamente mientras tomo asiento en una escondida mesa, le dice un par de cosas a la chica nueva, quien asiente y se acerca a mi un poco temerosa.

-buenas noches que te ofrezco?- sonríe mientras saca su comanda

-que tienes para ofrecerme?- sonrió , pero ella no responde a mi sonrisa solo dice seriamente todo lo del menú y me mira seriamente esperando a que responde, no es normal que una chica no se ponga nerviosa a mi sonrisa, no es normal que no se ruborice al menos. 

-quiero una soda.

-lo lamento este lugar necesita un consumo mínimo, puedo ofrecerle alguna botella de etiqueta roja.-dice muy seriamente 

-no sabes quien soy? verdad?

-tu tampoco sabes quien soy yo... pero eso no importa solo cumplo con las reglas del establecimiento y entre ellas son que debemos informarles a los clientes sobre el consumo mínimo de nuestro establecimiento.

-esta bien tráeme la que gustes- estoy algo molesto y cautivado, ella me trae rápidamente la botella mas cara que tenían en el menú y mi soda, la destapa y se aleja sin siquiera decirme una palabra. tomo mi soda lentamente y dejo la botella junto con una jugosa propina, salgo y subo a mi auto a esperar como cazador a su presa, esa chica será mía, me gusta por altiva y debo darle una lección y de que manera se la daré. 

Estoy casi quedándome dormido el tiempo se ha hecho eterno, aun mas difícil que esperar en lo alto como franco tirador y creí que eso era difícil, hacer esto por un chica, que estupidez, enciendo el auto y la veo salir, observando a todos lados, bajo del auto y la sigo entre las sombras, va caminando, no tomo ningún taxi, ni siquiera se despidió de las otras meseras que planea esta chica? si es cierto que es una rica heredera no tendría porque trabajar a estas horas en un bar. Acelera el paso y dobla en una esquina, no me apresuro demasiado pero tampoco me detengo, al doblar en la misma esquina no la veo por ningún lado, me quedo parado a media calle y observo al rededor, silencioso escuchando cualquier cosa, es una calle larga y no pudo desaparecer, los locales están cerrados, no hay alguna casa cerca

-que demonios quieres y porque me estas siguiendo? - susurran a mi espalda mientras en mi cuello siento algo filoso, no puedo evitar sonreír, una chiquilla me ha tomado por sorpresa, un error de estos y seguro ya no estaría vivo hace mucho 

-cálmate, te vi salir sola y caminar por las calles de parís a las 3 de la mañana no es muy seguro para una joven tan hermosa como tu- digo mientras intento voltear

-no te muevas porque te entierro el puñal - dice firmemente 

-lo digo en serio, déjame llevarte a tu casa



Estoy cansada eso es cierto y planeo ahorrar cada peso de mi sueldo y propinas no puedo gastarlo en un taxi, pero este pedante tipo no me da buena espina 

-no necesito tu ayuda solo quiero que me dejes en paz seguir mi camino

-mete tu mano al bolsillo izquierdo de mi chaqueta- dice tranquilamente y aunque lo dudo meto rápidamente la mano y saco lo que parece un arma pequeña 

-esa es la única que traigo hoy porque no estoy trabajando, quédatela si te sientes segura, esta cargada, pero permíteme llevarte a casa, después de todo ahora tienes mas que un puñal para defenderte- bajo el puñal algo confundía, no esta trabajando? será policía? de cualquier manera tiene razón ahora yo la tengo

-esta bien, puedes llevarme. 

-mi auto esta frente a tu trabajo acompáñame por el - asiento y lo sigo guardando algo de distancia, cuando al fin llegamos a su auto se mete y quita el seguro de la puerta del copiloto es un muy buen auto, no creo que un policía pueda pagarlo y tampoco es de alguna buena familia seguro que lo recordaría, entro al auto y tras cerrar la puerta no suelto el arma y no dejo de mirar hacia delante.

-Entonces? a donde te llevo?

-Saint-Germain-des-Près ... ahí puedes dejarme, yo puedo llegar sola a mi casa.

-Que hace alguien como tu trabajando en ese bar?

-Eso no es algo que a ti deba importarte 

-Tienes razón no me importa pero me da curiosidad saber como es que una heredera de los Doinell esta trabajando de noche aguantando borrachos si estoy seguro de que tiene muchos sirvientes a su disposición.

-Es verdad, soy una princesa, que vive en una hermosa mansión con sirvientes que le atienden en todo y que también debe cumplir con todas las reglas morales y debe ser fina y educada, así que si a mi me gusta el metal, debo escucharlo en mii recamara a volumen bajo, así que si mi mejor amiga no pertenece a mi circulo social debo evitar invitarla a mi fiestas para no hacerla sentir incomoda, en ese lugar no puedes llorar si no es lo correcto, o si no esta bien visto por la alta sociedad... solo quiero juntar algo de dinero para escapar de ahí penas termine la carrera, feliz?

-de mesera no lograras mucho en 20 años... tal vez yo pueda ayudarte...

-No voy a tener sexo contigo por dinero.- tomo aun mas firme la pistola lista para cualquier cosa, mi abuelo era sargento y yo siempre estuve atenta a el y a sus indicaciones porque el estaba seguro de que en algún momento esas lecciones podrían salvarme la vida.

-no, tranquila, si me gustas, pero no soy proxeneta y tampoco acostumbro a pagar por sexo. es negocio peligroso, pero veo que tienes conocimiento en armas... si te interesa llámame. -saca una tarjeta negra mate con un par de números en rojo que apenas se distinguen - si no te interesa olvida esta conversación y no lo digas a nadie por tu propio bien, lo que si te aseguro es que tu sueldo de un mes en ese bar... lo ganaras en un par de horas...

sostengo la tarjeta y me quedo pensando el resto del camino, podría estar en riesgo mi vida pero no importa no importa si eso me da una esperanza mas rápida de escapar con ameni lejos de toda esta mierda, si esto me da la oportunidad de sacarlo de esa casa para evitar que se convierta en otra pieza de ajedrez 

-no tengo nada que pensar- le devuelvo su tarjeta- dime donde y cuando empiezo.


otra tediosa noche en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora