una ultima luz.

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Ha sido un día muy pesado pero productivo. Todo con los halcones va bien, los pequeños están bien, mañana revisare lo mas grande. Y ahora lo que espere todo el día. Un pequeño desestrese. Un par de llamadas y pude ubicar a Berry en la casa que acaba de comprar según las malas lenguas, para vivir con su joven amante. Llego y estaciono la moto en una parte discreta, bajo en silencio y avanzo buscando cual es la mejor manera de entrar hasta que escucho un golpe. Alguien azotó la puerta principal. O eso parece. Camino rápidamente quizá sea mi oportunidad de entrar y ahí esta ella. Jeannette. Sale corriendo de la casa y deja la puerta abierta solo camina muy aprisa hacia la calle. La sigo con la mirada y ella voltea un par de veces alrededor pero no consigue verme. La observo hasta que la veo tomar un taxi y marcharse. Dejo la puerta abierta y no entiendo nada. Que carajo hacia ella aquí. Entro cauteloso, pero no hay nadie mas en la casa o eso parece hasta que entro en una especie de despacho y esta Berry tirado, obviamente muerto. Fue un mal golpe en la cabeza. Hay cosas tiradas, así que no se si él quiso atacarla y ella se defendió. Pero eso significaría que Jeannette era la amante de Berry y eso es aun mas sospechoso. ¿Qué le diré a Sam? Muerto ya no me sirve, y aunque quiera esconder lo que paso hoy aquí y borrar que la vi. Es imposible, es ella o yo. Sam sabrá por la forma en que murió que no lo hice yo y no le quedara difícil saber quien era la amante de Berry. Tendré que informárselo, tendré que decirlo y debo hacerlo yo antes de que la policía y los noticieros lo hagan.

Tomo mi teléfono, porque con el nudo de emociones que tengo ahora no podría manejar rápido y llegar vivo a donde Sam.

-Sam?

-que paso Kazuki?

-tengo un par de malas noticias. – Sam solo respira al otro lado de la línea y espera que yo prosiga. -Berry está muerto. Pero no fui yo. Cuando yo llegue ya estaba muerto.

-bueno ahora nos quedara un poco más difícil encontrar la información que necesitamos, pero no imposible.

-Jeannette Doinell salió de aquí segundos antes de que yo llegara.

-así que tu pequeña zorra no se quedo de brazos cruzados. Si no era contigo era atreves de alguien más. Necesito que nos diga todo lo que sabe y después

-no creo que ella sea la amante. -que estoy diciendo? Debí pensar en eso antes de decirle esta parte a Sam, aunque solo le hubiera dado un par de días. Una ultima oportunidad de escapar.

-Kazuki no vamos a discutir lo obvio. Ella salió de allí no había nadie más. Ella mato a su amante, seguro él se negó a cumplirle sus exigencias. Y es todo. Tenemos que terminar ya con todo. Me entendiste, y si no te sientes capaz de terminar el trabajo puedo mandar a alguien más. Claro que nadie tan bueno como tú y que quizá te haga bien por fin verla muerta y te liberes de su recuerdo.

-yo lo hare. -digo con un nudo en la garganta.

-bien. Mañana a primera hora.

Me cuelga el teléfono y no se que hacer realmente. Pegarme un tiro no va ayudar en nada. Aun así, Sam mandara por ella. Y no sé cómo se me ocurrió que ella podría ser la amante. No lo creo realmente creerme una pendejada de ese calibre es mucho. como dije eso. Que debo hacer, estar en vela golpeando un saco de box hasta que amanezca y me toque matarla. Pero los médicos aseguraron que ella no recordaba nada, que era casi imposible que recordara, en parte por el golpe en parte por lo doloroso que fue. A Sam que mas le da si era la amante de Berry que información podría darle... solo quiere que la mate. Ella ya no tenia motivos para escapar de esa casa. Que demonios hacia aquí. Me subo a la moto y solo puedo pensar en ir a buscarla a su casa o a Adi y buscar algún pretexto y preguntar que sabe de ella. Enciendo el motor y me decido por ir a su casa. Ya pensare en algo, tomo todos los atajos que puedo para llegar lo mas pronto posible. Y el camino se me hace mas largo que haber ido a Marsella. Y de repente me freno. Me freno sin pensar en que había cabello rubio. Berry tenia cabello rubio en su mano derecha. Giro la moto e ignoro todo lo que los conductores molestos hacen o dicen. Solo regreso a toda prisa y entro en la casa corriendo. Tomo fotos con mi teléfono. Jeannette es castaña. Este cabello es rubio, no se si natural o tenido. Pero no es de Jeannette. Busco el celular de Berry teniendo todo el cuidado del mundo, nadie debe ubicarme aquí. me pongo bien los guantes y busco que dedo es el que desbloquea el teléfono.

Hay una chica rubia en algunas fotografías. Y en muchas ambos se están besando. Jeannette no es la amante, aunque no se que carajo hacia aquí.

Me llevo el celular y dejo todo como esta y me voy camino a casa de Sam. Al llegar allí entro corriendo apenas me abren la puerta y corro a donde Sam

-no. -dice el apenas verme entrar. -no más Kazuki.

-ella no era la amante. Aquí están las pruebas. Su amante es rubia. él tenía cabello rubio en su mano. -digo intentando sonar lo menos desesperado que puedo. Sam apaga su cigarro se pone de golpe de pie.

-esto es peor entonces Kazuki. Que hacia Jeannette en casa de uno de nuestros antiguos socios. Sin su familia, sola. Quizá ella no era la amante, pero quizá lo chantajeaba y por eso nos robaba dinero. Quizá eran cómplices Kazuki deja de dejarte llevar por las emociones. ¿Qué demonios pasa contigo? Que me vas a pedir.? ¿Mas tiempo? ¿Y entonces qué? Ya tienes que investigar lo del informante en tu equipo y su alianza con los rusos. Los cómplices de Berry. Los negocios. Ser mi asistente y mi mejor asesino y ahora también quieres tiempo para saber que hacia Jeannette en casa de Berry la noche de su muerte. Ya basta, ya. Dale un tiro. Acaba con tu pena. Deja de cargar ya esa cruz de una maldita vez.

-por favor Sam, he intentado remendar cada uno de mis errores. Por favor. -digo susurrando casi suplicante. Casi tan desesperado como la primera vez que le rogué le permitiera vivir. Sam me hace una mueca de desaprobación, se levanta de su escritorio y abre su cajón, quizá lo hará aquí y ahora y terminara con los dos. Como suele hacerlo, pero solo saca algo que no distingo. Lo toma en su puño y se me acerca.

-una semana para traerme a la amante de Berry, dos semanas para saber que hacia Jeannette allí y tres para que completes todo lo demás. – me extiende la mano y me da un chocolate, no dice nada más... sale de la habitación dejándome mientras tiemblo y solo puedo cerrar los ojos y echar la cabeza hacia atrás mientras intento no apretar mi puño para no arruinar el chocolate.

otra tediosa noche en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora