Ameni

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. - que estás haciendo aquí? - dijo una voz entre las sombras apenas entre al cuarto de Jeannette, esa voz tan seria y tan firme. Adi la cuidaba desde las sombras.

-solo quería pasar a ver como estaba.

-estas no son horas.

-tenia muchas cosas que hacer en el trabajo.

-ya, mira yo no soy una persona muy sociable y si te soy honesto desde la primera vez que te vi no me agradaste.

-quizá no te diste la oportunidad, Michael y John no nos dieron la oportunidad. -Adi se mofa de mi y se pone de pie saliendo de la sombra.

-te vi hace tiempo, llegaste por Jeannette en una chopper, yo la estaba buscando y la vi correr directo a tus brazos, en esa época empezó a bajar sus calificaciones y poco tiempo después perdió la memoria y tú te desapareciste. – mi mira firmemente a los ojos.

-no es nada de lo que crees. -digo en un susurro lleno de ira

-a ti no te importa lo que pienso, creo o lo que se y si me he quedado callado no es por que me lo pidan, es porque desgraciadamente tengo algo en mi llamado empatía, y por mas que he tratado no puedo arrancarla de mi ser y me duele, me duele ver a mi mejor amiga muerta en vida. Te la robaste. -escucharlo decir esto, confirma mi teoría de que ella ya no esta aquí. De que murió aquel día.

-yo solo quería saber si estaba bien.

-ella estará bien mientras te mantengas lejos, volviste a su vida y esta otra vez al borde de la muerte. Lárgate de aquí porque no quiero verme en la necesidad de pedirle a los guardias que te saquen. No me importa si Doinell se enoja. Lárgate.

Esta claro que no me dejará verla, que no me dejará tocar su piel una ultima vez, no me permitirá decirle todo. Todo lo que siento por ella y si muere también en cuerpo ya jamás lo sabrá, así que solo me doy media vuelta, con la cara en alto e intentando aparentar que no me afecta. Quien se cree ese maldito mimado. Que puede saber de la vida. Pero lamentablemente ambos decidimos callar. Y no se si él sabe que también se... lo de Ameni, o como me cala su recuerdo y que yo sé que Jeannette no soportaría si pudiera recordar.

Volteo una ultima vez al cuarto de Jeannette, ella esta allí, inconsciente, tan hermosa como si estuviera durmiendo y siento como mi pecho se hace pequeño y como la ira me domina y quiero golpear a Adi, pero no lo hare, no aquí, soy una tormenta de emociones paso de creer a que debería acabar con esto, a volverme débil ante su sola presencia, aunque ella ya no esté aquí.

Ver su rostro...

Puedo sentir la mirada de Adi que me presiona para que me aleje y me retiro con mi paso tan seguro como siempre, es un maldito. Somos un par de idiotas. No planeo irme a mi casa, aunque quiera no conseguiría dormir, así que me escondo cerca del hospital para observar cualquier novedad, no quiero dejarla sola, aunque no esté tan cerca, no quiero dejarla sola.

Hace algo de fresco pero lo estoy disfrutando no ha pasado mucho tiempo cuando veo que Adi sale hablando por teléfono y se sube a una motocicleta muy padre que obviamente esta modificada y quedo muy bien, apenas se va me acerco, lentamente, no quiero que me vea nadie entrar a donde ella, no quiero que piensen que yo seria capaz de lastimarla, porque hasta ahora solo he intentado protegerla, y aunque pienso que la muerte le traería descanso, nadie más lo entendería como yo. me acerco lentamente, evadir enfermeras es algo divertido y fácil. Pero cada paso que doy mi corazón se acelera mas y puedo sentirlo en mis oídos cada vez mas fuerte. Cada paso que doy estoy más cerca de ella y eso me parece que tan irreal e inalcanzable hasta que estoy junto a ella y eso es un alivio para mí, le tomo la mano y se la beso lentamente, sentir su piel otra vez y su olor, le miro y paso mis manos por su cabello, su hermoso cabello castaño, que no sabe si es lacio u ondulado, que rara vez peina, pero siempre le luce muy hermoso.

- Yo tengo un corazón pesado, debería echarlo lejos mi amor... deshacerme de él y sabes. Tal vez, no es demasiado tarde, para arrepentirse ahora, he entrado, en lo más profundo de la oscuridad, no sabes que tan profundo llegue y como sabes, manche mis manos de sangre y las lave con sangre y si este es el final, será doloroso, pero debo aceptarlo sabiendo que quizá no hay un mas allá como tu creías, pero ya no te dolerá el alma como Adi dice que te duele, sabes... yo creí que estabas mejor así, libre de culpas, libre de dolor. Pero ya no se si hice lo correcto, si era mejor matarte también a ti. Creyendo que estarías con Ameni en el más allá – hablo casi susurrando no quiero que nadie me venga a alejar drásticamente de ella. - Se que el destino, decidirá por todo el mundo y que, para todo, lo que hemos hecho hay una razón mi amor y que ojalá me perdones a donde quiera que vayas o lo que sea que pase después de la muerte. ¿Deberías saber que toda mi vida, me he preguntado por qué? Porque hay pobreza, porque hay injusticia, porque no hay equidad, muchas cosas que nunca te conté. yo nunca pensé, que íbamos a llegar juntos a nuestro destino, pero finalmente ahora debería dejarte ir... mi amor.

Le pongo su frágil mano en su torso y medito un rato sobre si debería o no. Si hay un mas allá, si hay un cielo y no podre estar con ella, si la reencarnación existe y nos reuniremos en otra vida.

-me hiciste tener sueños Jeannette con otra vida, sueños lejos de aquí y llegue a odiarte por hacerme soñar con cosas tan estúpidas y después haberme dejado aquí. Llegaste a mi vida cuando había logrado matar toda emoción. Me hiciste desear una noche más para hacer las cosas bien y cambiar mis caminos, creer que todo lo que necesitaba era tiempo, solo un día más para limpiar mi camino... pero yo he hecho cosas terribles y tengo que pagar por lo pecados que he cometido aunque ahora mi mundo está roto en pedazos. Así lo dejaste, así te permití dejarlo. Yo era el mejor en esto y ahora me perdí en el fuego ardiente. Ahora sé que cambie mi alma, por un minuto de placer y ahora debo pagar por un tesoro sin valor mi amor. – saco lentamente mi arma, no sería difícil pensar que alguien la quería ver igual que a Angelice, porque nadie sabe cuál fue el móvil del intento de secuestro. Me preparo y le apunto firmemente cuando ella comienza a moverse y abre los ojos. Pero parece que no puede verme, guardo rápido el arma y estoy apunto de huir cuando puedo notar que las lágrimas le brotan y no se si me ha escuchado todo lo que le dije, ahora solo sé que no tengo el valor de matarla, de acabar con su pena, o con la mía.

Salgo tranquilamentedel cuarto para no levantar sospechas y camino por el pasillo meditando en todolo que acaba de pasar cuando la escucho gritar, es tan desgarrador que me hacevoltear y veo como las enfermeras corren a su habitación, no comprendo que es lo que pasa, que tiene exactamente y una vez más me siento estúpido y cobarde y creo que esta vez necesito algo más fuerte que el chocolate. Pero por desgracia tampoco puedo, lo mejor que puedo hacer ahora es ir a casa y descansar un poco, porque mientras no tenga el valor de matarla, yo no puedo permitirme morir. 

otra tediosa noche en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora