quiero saber

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Adi me trajo el día de hoy a la universidad, paso temprano y me sentía más segura así, no me importa si fue idea suya o mis padres se lo pidieron. No me dice nada, pero tampoco me reprocha nada, ni me vigila como si fuera una prisionera esperando el menor error de mi guardián para escaparme.

Cuando bajamos del auto, Kazuki el asiste del nuevo socio de mi papa se nos acerco y fuera de todas las emociones que su sola mirada me produce me sorprendió verlo allí, por suerte Wen llego para salvarme. Solo que ahora parece estar totalmente nerviosa, es bueno saber que al parecer les produce esa misma sensación a todas las chicas y esperaba ya no encontrármelo, pero ahora estamos aquí, hablando sobre mi tarde con Angelice, nos salió de la nada, y no permitió que Wen me acompañara. Tan sagazmente me separo de ella para platicar más a solas.

-perdone la molestia señorita. Pero realmente quede enamorado de Angelice apenas la vi. – mi corazón va mil por hora. Todo lo que el me produce, todas esas emociones y no entiendo el porqué, pero decir que quedo derretido por Angelice me hace enfurecer. Y quiero decirle todo lo que paso ayer. Bueno gran parte.

- Su hermosa dama, era la... protegida por no decir más, de una persona algo importante. El día de ayer discutieron y yo me fui antes de que me metieran en la discusión. Eso es todo lo que se. Debería procurar fijarse mejor en las chicas que son de su interés.

Kazuki solo se ríe, y yo quiero salir corriendo lejos de el para que no se percate de lo indefensa que estoy... de todas las emociones que produce en mí. De las ganas de arrodillarme y pedirle que haga lo que quiera conmigo y las ganas de golpearlo hasta que deje de respirar.

-sabe donde vive la señorita Angelice? - dice el joven estúpido parado frente a mí, como si todo lo que acabara de escuchar de ella no le hubiera importado. Queda claro que a los chicos les gustan las moscas muertas.

-yo no tengo idea, no es una amistad que frecuente. Digamos que no tuve muchas opciones el día de ayer y si me disculpa, me están esperando. -Wen espera impaciente se aprieta las manos y no nos quita la vista de encima. – le interesa mucho puedo ayudarle a averiguar.

-no quisiera molestarla en realidad señorita.

-no es molestia, si gusta puedo enviarle con mi padre la información. – le sonrió y alzo un poco las cejas. -espero que para mañana ya la tenga usted en sus manos. Ahora si me disculpa.

Me alejo de el para ir a lado de Wen. Creo que soné como una niña celosa y me da coraje.

-es un idiota arrogante. -digo apenas estoy cerca de Wen.

-ya lo conocías? – pregunta ella sin dejar de ver a Kazuki.

-lo conocí volviendo de mi viaje, es el asistente de un nuevo socio de mi papá, esta perdidamente enamorado de zorra de Angelicé.

-va a trabajar con tu papá en la constructora... -dice con miedo en la voz.

-que te pasa? – me le pongo en frente. -vamos dime que pasa, has estado así desde que lo viste esta mañana, te gusta?

-no es mi tipo. -me hace una mueca y evita verme a los ojos, la pequeña Wen y su no muy alta existencia, siempre se ha visto mas pequeña de lo que en realidad es, sus pecas y su rizado cabello cobre siempre largo y despeinado, su forma de vestir tan extraña. Siempre usando ropa grande. No deja que alguien descubra que bajo esos kilos de ropa hay una figura delgada y bien torneada. Su blanca piel y sus labios rojos, sus ojos verdes y picaros. Es muy hermosa y espero que algún día alguien le de el valor que merece y el cariño que yo no puedo darle en ninguna forma, que quizá le di algún día, pero por ahora no siento. Y me hace sentir mal, me siento mal, por no ser honesta con ella. Por usarla de cierta forma igual que con Adi. Son mi ancla en este momento y no debería ser así.

otra tediosa noche en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora