resignación

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No pude dormir pensando cómo será volver a la universidad. Revise la hora en el celular casi cada 15 minutos. Toda la noche. Toda la noche escuchando los ruidos de la noche, intentando tomar valor para leer los mensajes de Wen o los de Adi, pero no lo conseguí. Estuve decidida más de tres veces, pero me rendi al poco tiempo, mi valor solo duraba segundos, segundos fugaces que fueron insuficientes para siquiera leer las notificaciones de cuantos mensajes tenía. Pensaba en romper el teléfono y decir que por eso no había contestado, pero no me lo creerían, o quien sabe, con el extraño comportamiento que he estado experimentando, ya no se dé qué sería capaz.

Y aquí estoy lista y preparada para salir camino a la universidad en menos de 15 minutos, no tengo hambre, no desayune, aunque quiera intentarlo... todas las emociones que tengo me harían vomitar. Reviso que todo esté listo y bien, mis libretas, mis libros. Y de alguna de ellas cae una hoja con algo escrito.

"Dicen, que debes aprender a matar antes de poder sentirte a salvo. Pero yo, yo prefiero matarme antes de convertirme en su esclavo. A veces, siento que debería irme para probar que no es cierto. De alguna manera, no quiero quedarme y esperar el milagro."

Es mi letra, pero no recuerdo cuando lo copié, lo escribí o de donde salió. La verdad es que es cierto. Suena a algo que yo escribiría, pero no actualmente. Porque no coordino bien mis ideas, no soy dueña de ellas. Ni de mis emociones. Observo el papel un rato más y noto que al reverso está escrito con lápiz casi invisible. "Ameni"

No puedo evitar sentir cómo me invade una ola de sentimientos me oprimen el pecho y las lágrimas por fin rompen el cristal invisible que no les dejaba salir y no puedo evitarlo no paró de llorar no puedo detenerlo lo único que puedo hacer en estos momentos es encogerme en un rincón de mi habitación e intentar dejar de temblar no puedo presentarme en la escuela. no puedo permitir que me vean así, no entiendo porque tienen tanto impacto en mí estas palabras y se me viene todo encima, tengo frío, tengo miedo y una extraña sensación de tristeza que me invade y no puedo explicarlo tampoco puedo contárselo a nadie.

Quizá lo que Adi dijo sea cierto y solo era una ebria egoísta y todo esta mejor ahora que puedo asentar cabeza y corregir mi vida. Tener la oportunidad de ayudar a mi familia, dejar de pensar solo en mí. Formar una familia, ser un ama de casa y que mas da si paso todas materias con la mejor calificación si igual no voy tener la oportunidad de ejercerlo nunca. Seré el trofeo de alguno de esos mocosos malcriados y tendré que conformarme. Dejar de ser la maldita egoísta que soy. Despedirme de todo lo que quizá soñé de niña. Renunciar a todo lo que llegue a pensar, renunciar a alguien que me ame por lo que soy porque me queda claro que no lo valgo y no me lo merezco. Y seguir luchando contra lo que esta pasando solo me hará tener otra crisis y terminar nuevamente en el hospital. Seguir luchando para recuperar una vida de vicios. No tiene caso, ya no tiene caso, no lo hare, solo debo resignarme a mi realidad. Crecí, ya no soy una niña no puedo seguir creyendo en que el príncipe azul vendrá a rescatarme de mi eterna prisión que tontería, creer en lo que dicen de que todo pasa por algo y no está en mis manos, en eso debería creer. Mi destino era este y debo aceptarlo sin seguir peleando. Dejar de gastar fuerzas en recuperar algo que esta claro no debía ser. Seguir adelante y no volver la pagina atrás. No hay nada, siempre fui solo una niña rica con un futuro prometedor, que perdió el camino y un trágico accidente le regreso al sendero que debía seguir. Es todo se acabó. Me seco las lagrimas y me pongo de pie, aunque sigo mordiendo mi labio. Salgo totalmente decidida y bajo, lista para irme a la escuela.

El chofer me esta esperando. Es el único que está esperando por mí, pero ahora estoy mas convencida que nunca de que me merezco todo esto. Merezco cada crisis, cada lagrima, cada minuto en blanco. Lo merezco, merezco la indiferencia de mi madre, el coraje de mi padre. El repudio de mis hermanos, las burlas de las personas.

Salgo con la mirada en alto, parece que no me he resignado, que no me han derrotado. Pero esta mañana decidí que perder la batalla es lo mejor. Estoy muy cansada como para ir contra corriente y tampoco me espera nada bueno por pelear. No cambiare nada y solo empeorare todo. Pero no dejare que nadie mas sepa que me ha vencido.

Salgo de casa y subo al auto, sigo mordiendo mi labio e inconscientemente presionando mi pecho, molestando el moretón. Puedo ver que el chofer mira por el espejo cada que puede verificando que siga allí.

Esta claro que no volveré a manejar un auto por mi cuenta, aunque ahora que lo pienso, tampoco recuerdo cómo hacerlo. Y ganas no me sobran para volver a aprender, no lo necesito ya y tampoco tengo a donde salir, o sí. A la reunión con mi adorada y tierna abuela para llevar las artesanías a todas mis queridas amigas. Suspiro profundo y golpeado, ya lo decidí y debería dejar de ser tan sarcástica con el tema. Fuera de eso no creo tener mas salidas, solo las que me impongan y estoy segura de que se encargaran de dejar un chofer a mis servicios.

En estos momentos no puedo entender como entre a L'X, si no se ni cuanto es dos mas dos. Y no creo que me ayudaran a entrar como es el caso de Michael Colula, que solo está allí matando el tiempo y seduciendo a cuanta chica puede para llevarse a la cama antes de casarse con alguna niña bien, recuerdo que estudie con Adi, pero nada se me viene a la mente de todo lo que llevo en estudiando. Así que rogare por entender a mis notas y pasar desapercibida.

Pero claro que pasare desapercibida. Que buen humor, pero si apenas bajar del auto todos voltean a verme. Agradezco al chofer y me avisa que estará pendiente por si lo necesito. Avanzo lo mas segura que puedo esperando que Wen o Adi aparezcan y me digan a donde debo ir aun que no merezco su ayuda, por que no fui capaz de siquiera leer sus mensajes, y solo me meto mas la idea de lo egoísta que he sido. Así que solo camino con la frente en alto.

No pasa mucho tiempo, he avanzado apenas un par de pasos cuando veo a Wen saludándome a unos metros de distancia. No se si ignorarla o aceptar su ayuda, mas que nada creo que no tengo una explicación coherente para explicar mi actitud.

Evitarla, no... no puedo seguir siendo egoísta. No puedes Jeannette ya basta. Me repito a mi misma mientras avanzo directamente hacia Wen y planeo en mi mente cuales son las primeras palabras que debo decir, ella también se acerca de prisa y antes de que cualquier cosa salga de mi boca. Ella me abraza, sin decir nada ni preguntar nada, solo me abraza y no se como reaccionar, me quedo inmóvil, solo espero a que ella se canse de abrazarme. No quiero alejarla, aunque tampoco es cómodo para mí. Ya sufre mucho tratando de sobrevivir entre niños ricos que solo buscan molestarla o la ven menos. Lo cierto es que lo poco que puedo saber de ella, es que es mi mejor amiga, que es muy inteligente y que siempre esta sonriendo. No se a que se refería Adi el día de la fiesta y tampoco siento el valor moral de preguntarle. Por fin después de un par de largos minutos me suelta y con una mirada tan tierna, cansada y siempre amable dice: "bienvenida a casa"

otra tediosa noche en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora