El resto de las clases transcurrieron normal, no entendí nada, pero al menos lo intenté. En un esfuerzo por alejarme de todas las cosas que me aturdían.Llovió un poco fuerte y pase parte del día observando la lluvia atreves de la ventana.
Wen se despidió de mi y se fue tranquila y sonriente, como recordaba que lo hacía, Adi me espero en el estacionamiento y ya en el auto intentaba formular mi pregunta.
-de que está enferma Wen? -pregunto al fin.
-creí que sabias, se enfermó poco después de que saliste de viaje. O bueno se enteró poco después. Estábamos en clase cuando ella se desplomo en el piso y la nariz comenzó a sangrarle. Entre yo y otro chico la llevamos a enfermería. Regreso una semana después. Pero no me preguntes más porque no sé qué es lo que tiene. -dice seriamente mientras maneja. – solo se que regreso con su botella de agua y pastillas, que a veces falta porque tiene complicaciones o consultas. Pero es todo. Yo creí que habían mantenido contacto todo el tiempo que estuviste lejos.
-no he contestado nada desde que me fui de viaje. -digo volteando a ver la ventanilla y suspiro.
Ambos nos hemos quedado callados sin mucho tema de conversación. No sabia que decirle a Wen, a pesar de no sentir mucha empatía por ella. No quería que le pasara nada malo. Es horrible estar en medio de la nada. Que podría preguntarle o decirle, no veo nada, no leo nada, no escucho nada y no hago nada interesante. Adi mira el radio del auto y duda en encenderlo, hace una mueca y renuncia a la idea de poner música o algo así.
Es el único que parece respetar que no quiero escuchar nada últimamente, a pesar de que no se lo he dicho parece saberlo y lo que es mejor lo respeta, en serio es doloroso para mi escuchar como todos hablan de las cosas que les gustan, como se emocionan por cosas que no puedo mas que ignorar y considerar tontas. Es horrible como todos se ríen de los videos divertidos de internet. O suben las fotos de las fiestas a las que van. Y yo solo estoy aquí, existiendo en blanco, todos hablan de intereses en comunes, de series, de películas y yo solo puedo escuchar sin entender el sentimiento o saber que es lo que lo hace genial. Me invade el frio cada que pienso en esto. Cada que intento entender que sucede conmigo, que tengo yo de mal para no ser capaz de encajar.
-no te culpes- dice Adi. Viendo al frente. Y lo miró fijamente.
-de qué?
-de nada, nunca te culpes, pase lo que pase, no te culpes por nada, solo sigue adelante. Prométemelo.
-no culparme... uhmmm me pides cosas muy extrañas. ¿Sabias?
-solo promete que vas a intentarlo.
-esta bien, te lo prometo... - eso fue todo lo que dijo el resto del camino, me abrió la puerta me ayudo a bajar y se fue. No se despidió. Y no entiendo que le pasa, entro a mi casa y Camí me recibe y me pregunta si quiero comer algo. No tengo nada de hambre casi nunca, pero no quiero llamar mucho la atención respecto a eso, así que le pido me lleve la comida a mi habitación y me retiro.
Lo que sea que prepare no me importa igual nada me apetece, todo sabe a cartón, solo entro a mi cuarto y vuelvo a quedarme en un rincón de la cama, pensando como hare la tarea de hoy. También divago y pienso en Wen y de lejos en mis pensamientos en Angelice y Kazuki, no me molesta que haya un muerto involucrado, para nada. Saco mis libretas e intento entender mis garabatos, y todas las fórmulas que están allí anotadas. Pero sin éxito, no se que pretendo, si no puedo hacerlo en clase, no podré hacerlo sola, las cierro y las abro un par de veces, antes de que Camí toque mi puerta y pase con la comida.
-gracias se ve rico.
-espero que le guste señorita. – dice mientras se retira. Siempre sonriendo, siempre amable y servicial. Que no comprendo cómo lo logra.
Pico un poco la comida, como un poco de ensalada, muevo un poco la carne y no me siento provocada, pero en verdad me estoy esforzando. Después de comer un poco de toda la comida me levanto y creo que ahora mi mejor opción es buscar en internet la respuesta de los ejercicios matemáticos que esperan por mi plasmados en la libreta, me acerco a mi escritorio, enciendo mi computadora y me encuentro con un grave problema, no recuerdo la contraseña. Me quedo allí sentada un rato frente al monitor encendido y pienso en cual podría ser la contraseña, que pude haber escrito allí antes de abandonar mi cuerpo y dejar el cascaron vacío que soy ahora.
Pido una pista para saber, y la computadora dice. "la alegría de mi vida" cosa que justo ahora me resulta demasiado cómica, que clase de alegría podría tener mi yo del pasado. ¿Dinero? Un amante quizá, o alcohol, también puede que sea algo relacionado a Egipto ahora que lo pienso. Pero tampoco creo que esa sea la clave, y escribo Egipto. Pero me dice que no. Y ya no sé qué podría ser. Creo que tendré que buscar las respuestas en el teléfono. No tiene contraseña y es más fácil, no tendré que quedarme sentada aquí.
No creo que alguien pueda comprender como me siento en estos momentos, la cabeza me pesa, el frio me invade, no tengo fe o esperanza en cosa alguna. Siento coraje en mí, odio y frustración, no se como puedo explicarlo. Tampoco hay nadie que quiera escucharme. Y es horrible tener que quedarme entre estas paredes intentando seguir con mi vida. Intentando no ser tan egoísta pero no puedo no serlo, que espera el mundo de mí. ¿Soy solo otra chica que tarde o temprano se casará y será ... que seré? No seria nada nada de no ser por el dinero de mi familia, o el buen nombre, porque no tengo nada más. Nada. Soy solo un montón de porquerías y emociones asquerosas envueltas en un bonito paquete. No puedo evitar reírme. Me estoy dando demasiado crédito. Siempre habrá algo mejor algo mas importante que yo y mi patética existencia, nadie jamás querrá estar con alguien como yo, no importara mi apellido ni nada de lo que me rodea, soy una mierda, una porquería y no puedo hacer nada para cambiarlo. No importa que tanto me esfuerce. No importa a que me aferro, tarde o temprano las cosas empeoran. Tarde o temprano lo perderé, y volveré a caer en este abismo. Porque no merezco nada. No merezco nada. Nada. Solo estar aquí sola. Podrirme sola en todo lo que siento. Eso merezco. Que mas da si alguien como yo se muere. que mas da? ¿A quién podría importarle algo respecto a mí? Sin pensarlo estoy golpeándome fuerte las piernas. Una y otra vez, pero no me duele, no lo siento y es tan relajante, es horrible saber que nadie está aquí para mí, que estoy sola con esta terrible sensación, es mas horrible aun saber que la casa esta llena de personas que no se interesan en lo más mínimo por lo que me pasa. Que cada quien esta en sus cosas disfrutando de la vida teniendo que soportar mi presencia en esta casa. Intentando ignorar que estoy aquí como hace mi madre. Es tan horrible esto. No tener a donde ir, por que si me voy soy una egoísta y si me quedo un bonito problema.
Solo eso, un trofeo muy molesto. Y no creo que exista alguien con el valor de entenderme. Solo me puedo quedar aquí.
Alguien golpea la puerta y me detengo de golpearme, respiro muy profundo y espero a que se vayan, que se cansen y se vayan.
-Jeannette – dice mi padre al otro lado de la puerta y me paro de golpe para salir porque no quiero que entre. Abro la puerta y me asomo.
-vamos a ir a un funeral. Arréglate, vamos tu mamá, tu hermano, yo y espero que vayas con nosotros.
-es una invitación? -pregunto sarcásticamente.
-no, nos vamos en un par de horas, pero quería avisarte para que estés lista y no dejes pendientes aquí.
-no te preocupes, no planeo perderme una salida familiar. – sonrió y le cierro la puerta. No entiendo porque soy así, me reprimo por ser así y al mismo tiempo no puedo evitarlo. Que emoción ir a un funeral con la mayoría de mi amada y hermosa familia. Un funeral, hay Jeannette a veces soy tan estúpida que cuando caigo en cuenta de que la única persona que puede ser la anfitriona del evento de esta noche es Patrick Berry, no puedo evitar reírme.
Lo mato una jovencilla estúpida en su casa, que tontería. Lo mato una chica de mi edad, a un hombre experimentado, no puedo imaginar lo ridículo que debió ser, que tu amante te mate. Tu amante una mocosa que sacaste del fango te mate. Que patético.
Busco en mi armario que ponerme, algo sobrio, elegante y negro, por que era un hombre respetable. Muy respetable, seguro su viuda y sus hijos deben de estar destrozados.
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otra tediosa noche en París
Romanceamnesia. pasión. acción. traición. secretos. mentiras y mucho dinero dos almas que se persiguen desde milenios atrás odiando no poder estar juntos jamás pero luchando con todas sus fuerzas por estar juntos en esta vida. donde han sido victimas del d...