Abrumado por la fama, Joseph Quinn, quien dio vida al entrañable Eddie Munson en Stranger Things, vuelve a su barrio de la infancia en su querido Londres, lugar en el cual, viven sus mejores amigos, que de una u otra forma, lo llevan a meterse en en...
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Narra Sloane:
Llegué a casa con el pecho apretado, la lluvia estaba por comenzar y al menos Chris había prendido la chimenea. Me sentía tan extraña por lo que Joseph me había dejado en claro, hasta estúpida me sentía.
Christopher me sonrió cuando me vio llegar y corrió a abrazarme, no entendía por qué, pero sus caricias no se sienten como antes, y me siento mal de tan sólo aceptar sus brazos en mi cuerpo, pero lo acepto como si de esa forma canalizara mi enojo descomunal por Joseph. Me sentía patética y al borde de la furia, porque no entendía cómo Joe había cambiado tanto de parecer, él no parecía ser ese tipo de personas, y es que no debía importarme demasiado, pero desde ese viernes, sentí que algo dentro de mí cambió. Las mañanas se sentían distintas cuando sabía que tendría que ver algo con él, últimamente, me hace ilusión el saber que tendré que verlo en algún punto del día.
— ¿Encontraste el helado? —Chris revisó la bolsa, habíamos quedado de ver una película y me pidió que fuera al supermercado.
— Claro— sonreí
— ¿Qué quieres ver esta noche?
— Mmm— contesto algo decaída, no puedo fingir algo más. Lo abracé porque él mismo me ha extendido los brazos, una vez que me hallo enredada en ellos, siento cómo mordió mi oreja y dejó un beso en mi cuello. — Pues no sé, la verdad da igual— Se acercó a mis labios
— Creí que la película daba lo mismo, pues terminaremos en la cama de cualquier forma — Chris intentó levantarme y subirme a un mueble para comenzar con sus caricias. Nos besábamos y yo me sentía incómoda, sus manos recorrieron mis piernas, él intentó meter una bajo mis vaqueros, pero yo tuve que frenarlo.
— No Chris... — me corrí de sus caricias y miré avergonzada al piso.
Pude escuchar su gesto de molestia, ya sabía que se venía otra pelea entre nosotros.
— ¿Qué te pasa ahora Sloane? — Me miró molesto.
— Perdóname Chris, pero no creo que hoy podamos tener relaciones— estaba más que incómoda explicándole aquello, él no era capaz de entender con indirectas o pequeños gestos, tenía que decirlo todo de manera literal, sin preámbulos, yendo directo al hueso.
— ¿Es broma? Anoche follamos como nunca y hoy sales con que no puedes— Se cruzó de brazos— Me acabas de dejar duro, no puedo quedarme esta noche con las ganas de tener sexo con mi chica— suspiró.
— Chris, esta mañana ha empezado mi periodo, no me siento muy bien. Perdón, lo podemos dejar para otro día — trague saliva, me sentía patética al sentir vergüenza de explicar algo de lo más normal a mi novio, que era un bruto incapaz de entender cómo nos podemos sentir algunas mujeres en esos días.
— Mierda Sloane, en serio rompes mis bolas — me habló molesto y caminó a buscar su chaqueta que estaba colgada.
