27

243 33 15
                                    

Narra Joseph:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Joseph:

Llegué a casa y sólo atiné a caminar a mi pieza cerrando la puerta de un golpe, me sentía tan patético por haber roto el corazón de Sloane, de nada servía confesarle mis sentimientos si no era capaz ni de poder besarla. ¿Qué pasaría al verla nuevamente? ¿Tendría cara para poder saludarla y darle un abrazo de esos que terminaron por hacer que sintiera cosas demasiado fuertes?¿Era normal haber comenzado a sentir cosas por ella, tan rápido? ¿Era normal evitar pensar en el día que tenga que volver a Estados Unidos? ¿Era normal pensar en querer estar con Sloane de otra forma?  Sin importarme lo que el resto pudiera decir. Miles de preguntas atravesaban mi mente.

Me recosté en la cama y llevé mis manos a la cara, suspiré y maldije por dentro, no quería que mamá se asustara con algún ruido. Miraba hacia el techo de mi cuarto, pensando en las palabras que dije. Sloane me odiaba y eso era un hecho, la había perdido y ahora sólo me quedaba esperar a que mi amigo volviera a buscarla para volver, sentía algo en mi pecho de tan sólo pensar que ella podría ignorarme para toda la vida. Sloane merecía lo mejor del universo, y yo podía dárselo, pero me daba miedo.

— ¿Puedo entrar, Joseph?— era la voz de Adam.

— Claro— me senté en la cama e hice como que iba a prender mi laptop, no quería que él sospechara sobre mis problemas amorosos con su maestra.

— ¿Estás bien?— él me sonrió, era quizás la segunda vez que lo hacía y eso se sentía bien.

— Claro— respondí nervioso y acaricié su cabello, él volvió a sonreír.

— ¿Puedo decirte simplemente Joseph, verdad? Es decir, eres joven como para decirte tío— Adam miró el piso y yo sonreí, aquello me emocionaba, pero no era por el hecho de que aquello me diera cierta autoridad frente a él, sino porque él me consideraba su tío, su familia, su sangre. No quería desaparecer nunca más de su vida.

— Claro que sí, Adam. Si lo estimas necesario, sólo puedes decirme Joe, no soy tan viejo— ambos reímos— Me gusta que me llames así, y si me quieres decir tío, por mí no hay problema.

— Me hace sentir bien decirte tío de todos modos, es muy— hace una pausa—familiar.

— Adam...

— Sí, Joseph, tío Joseph, Joe. De todos modos está bien— ambos nos sonreímos por unos segundos y nos abrazamos. Podía ver que sus ojos parecían dos cristales a punto de romperse.

— Oye, prometo nunca más dejarte— tragué saliva y sentí como sus puños de adolescente rebelde apretaron mi polera, él comenzó a llorar bastante fuerte y yo sólo pude abrazarlo más.

— Me hiciste mucha falta— él habló en un llanto ahogado— Siempre me preguntaba por mi tío, y sólo me conformaba con saber historias lejanas de tu. Muchas veces soñé con encontrarme contigo, sufrí tanto por culpa de mamá y papá, mi sueño siempre fue escapar donde la abuela Imogen, y cuando supe que estabas acá me di cuenta de que era la oportunidad de mi vida.

please don't say you love me ✨ Joseph QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora