Abrumado por la fama, Joseph Quinn, quien dio vida al entrañable Eddie Munson en Stranger Things, vuelve a su barrio de la infancia en su querido Londres, lugar en el cual, viven sus mejores amigos, que de una u otra forma, lo llevan a meterse en en...
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Narra Sloane:
Joseph, por su cuenta, se ofreció para cocinar. Me generaba nerviosismo el hecho de estar con él, lo miraba de reojo mientras hacía las cosas, no sabía lo que preparaba, pero él sonreía y me preguntaba si sabía lo que estaba haciendo, a veces me regalaba miradas fugaces, mi corazón palpitaba fuerte cuando pasaba eso, cuando sentía su mirada sobre mí, era como un sentimiento extraño, pero nada desagradable.
Caminé hacia él y sonreí. Recordé que tenía un vino guardado, y pensé que sería buena idea sacarlo en ese momento, lo tenía reservado para algún momento especial, que nunca pudo concretarse con Christopher. Siempre todo terminaba muy mal.
— ¿Tomas vino? — pregunté nerviosa, como si de su respuesta dependiera mi existencia.
Joseph me dedicó la más dulce de sus miradas, sus dientes y sus hoyuelos me dejaron casi hipnotizada.
— Pues eso no se pregunta— me sonrió aún más, entonces supe la respuesta.
Tomé dos copas que descansaban en un mueble, y serví el vino, caminé hacia él y dejé la copita descansando sobre la mesa donde él cocinaba. Sonaban de fondo canciones navideñas, la casa cambiaba de color por las luces que habíamos puesto y yo sólo observaba aquella imagen que habíamos creado, Joseph me miró de reojo.
— Se ve bastante bueno lo que cocinas— miré sus preparaciones.
— La cocina no es mi fuerte, pero no podría dejarte cocinar después de lo que pasó con tu mano. Así que sólo hago un intento de risotto— Joseph tomó un poco de vino.
— Oye... Eso es muy dulce de tu parte. Me la he pasado genial contigo — también tomé un poco de vino— Sabes que puedes venir cuando quieras— miré mis pies— Me gusta tu compañía.
— A mí también me gusta, Sloane, y me gustaría que no tuviéramos problemas con Chris.
— Joseph, yo ya no estoy con Christopher...— miré incómoda a mi copa, no necesitaba hablar de mi ex, no quería hacerlo, menos con Joseph.
— Perdón Sloane, sé que no debería sacar el tema— él posó su mirada en la comida.
—No te preocupes — En un acto involuntario y sin saber por qué demonios lo hice, me acerqué a Joseph y me apegué a su hombro izquierdo, él dejó de cocinar y se dio una media vuelta para abrazarme, descansé mi barbilla en su hombro y pude sentir su respiración en mi oreja.
— Eso fue algo lindo de tu parte—soltó una leve risita.
— Gracias por llegar justo en este momento—hablé triste, mientras me tragaba su aroma— Eres un buen amigo, Joseph
— Oye, sabes que estoy para ti— él habló despacio—Me gusta hacerte compañía. Y no quiero que pienses que esto lo hago porque Christopher me lo pide. Creo que no le hallo explicación a lo bien que me la paso contigo y que me gusta tener cosas que hacer a tu lado. Espero que no dejemos de hacer esto.
