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Dos años después:

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Dos años después:

Narra Joseph:

El pasto estaba hermoso, verde brillante, había viento, pero yo sólo tenía ojos para ver aquello. Llevaba un año y un par de meses yendo al mismo lugar a dejarle flores para recordarla. Me angustiaba pensar en la muerte porque me daba pánico el saber que tarde o temprano, mi hora también llegaría.

Sloane lloraba mientras dejaba unas rosas blancas en la lápida de su hermana, Aria.

A los días después de comenzar de forma oficial mi relación con Sloane, ella me contó todo sobre su hermana fallecida, y no pude evitar sentirme angustiado con una historia tan trágica. Podía comprender el porqué Sloane se marchó en su primera oportunidad, pero también me sentí feliz por su enorme corazón. Pudo perdonar la actitud de sus padres; ella logró renacer y se convirtió en una mujer maravillosa.

Estábamos de paso en casa de sus padres después de comenzar nuestro noviazgo. Ella me acompañó en mis proyectos, comenzamos a vivir juntos en Los Ángeles, y cada cierto tiempo viajábamos a ver a nuestras familias. Nos quedaríamos bastantes días en casa de Sloane, y después llegaríamos a Londres porque yo necesitaba ver a mi familia.

Adam, ya con dieciséis años, decidió vivir con mamá, y mi hermana al tiempo llegó a vivir con ellos. Pude retomar mi relación con él, dejamos los rencores de lado, y al final todos logramos cosas para mejor. Me sentía muy bien por aquello, mi sobrino se volvió inseparable de mí, viaja constantemente a vernos con Sloane, cosa que nos llena de alegría. Ese viaje a Londres fue especial porque íbamos además por otros motivos.

— ¿Estás lista, amor? — le pregunté, mientras ella aún contemplaba la sepultura de su hermana.

— Claro que sí— sonrió, estaba triste, pero tranquila. Tomé su mano y la miré fijamente— Eres muy valiente por hacer esto cada vez que vienes a ver a tu familia.

— Aria estaría feliz por mí— Sloane me abrazó— Al final, todo cambió para mejor. Incluso la relación con mis padres, aunque siempre les cargará el no tener nietos— Sentí que mi corazón se apretó.

— A mí me da lo mismo, tienes tan solo veintiocho y yo veintinueve. No es necesario que tengamos hijos para ser felices— La miré con dulzura y ella me devolvió la sonrisa.

El camino a Londres fue largo, pero en su compañía no lo fue tanto porque cantamos durante el trayecto, contamos historias de terror, hablamos de música, de comida, de animales, y que sería bueno tener un perrito en casa.

Nos estacionamos, estaba nervioso, quería ver a mamá y a un Adam mucho más grande, llevaba casi seis meses sin verlos y aquello me tenía más que emocionado, solo quería ver a mi sobrino, a mi hermana y a mi madre, quienes de seguro me esperarían con una gran sonrisa.

Nos bajamos del coche y de inmediato salieron a buscarnos. Mamá abrazó primero a Sloane, Adam corrió hacia mí y mi hermana nos esperaba en la puerta, ella también tenía una sonrisa. Cuando me acerqué a ella, me abrazó fuerte.

please don't say you love me ✨ Joseph QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora