please don't say you love me ✨ Joseph Quinn

24

Narra Joseph:

Seguí a Sloane por ese pasillo que se conformaba de gente, tuve que dejar sola a Janice porque ella me había besado a la fuerza, cosa que no me hacía sentir cómodo, y además era la hermana de mi amigo. Corrí, hasta que sentí el viento de la salida, tuve miedo de que ella decidiera salir y caminar sola de noche, si algo malo le pasaba, yo no podría perdonarme por aquello.

— ¡Sloane!—la llamé, ella estaba con un vaso de cerveza sentada en una banca que estaba casi afuera del bar.

— Oh, Joseph— Ella apenas me miró— Oye, disculpa si te interrumpí con Janice— No mantenía fija su vista, lo que me dio a entender que quizás estaba un poco pasada de copas, fue divertido verla así.

— No, Janice me besó a la fuerza— Me senté a su lado, ella seguía bebiendo—No pienses cosas que no son— suspiré.

Ella miraba al piso, pero después cambió el rumbo de su mirada y se centró en mí, sus ojos cambiaban de color con el alcohol, sus labios tenían zonas con labial, pero tenía otras donde sólo podía ver el rosado natural que los hacía muy lindos. Acercó su mano a mi rostro y acarició mi cabello.

— No tienes por qué darme explicaciones de tu vida— ella me sonrió mientras tocaba mi pelo— Eres muy lindo y dulce, Joseph. Cualquier chica quisiera estar contigo, yo no le veo lo realmente malo a tu beso con Janice— Sloane miró al piso, no estaba al cien por ciento alegre—Y gracias por intentar quedarte conmigo, igual quedé sola, pero al menos ya no tengo que llegar a casa y esperar a que Christopher llegue en la madrugada.

— Yo iré a dejarte a casa, no permitiré que camines sola. No estoy ebrio,  y hoy salí en coche, se lo he pedido a mamá— sonreí y ella hizo lo mismo. Me quedaba la duda de si ella se había molestado al verme besar a Janice, porque no entendía sus emociones.

— No es necesario, estoy super— intentó pararse, pero perdió el equilibrio y yo tuve que sostenerla.

— Al parecer no estás super— La abracé— Vamos al estacionamiento— Ella se aferró a mí y caminamos juntos en la oscuridad que nos regalaba el camino. Acomodé su cuerpo en el asiento, ella no estaba tan ebria, pero tampoco tan sobria. Andaba quizás un poco graciosa, cosa que me parecía muy adorable. Sloane siempre se ve muy compuesta.

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— Creo que hemos llegado—Me bajé del coche y le abrí la puerta, ella bajó lentamente y después sacó su cartera para poder encontrar las llaves— ¿Las encontraste? —pregunté, porque no podía marcharme y dejarla sola sin poder entrar a su propia casa.

— Soy realmente muy estúpida— rio y llevó su mano a la parte trasera de su pantalón— Las tenía en un bolsillo de atrás— ambos reímos y nuevamente perdió el equilibrio, así que la socorrí, porque no la dejaría caer al piso cubierto de nieve.

— ¿Planeas desvanecerte cada quince minutos? —le pregunté mientras la sujetaba para no perderla nuevamente, Sloane sonrió y me miró fijamente.

— Eres lindo Joseph—acarició un mechón de mi cabello. Yo estaba nervioso, porque ella no estaba en su sano juicio, y si hubiera sido otro chico le hubiera robado un beso, pero aquello podía arruinar todo lo lindo que llevábamos construido.

— Tú también eres linda—sonreí, realmente nervioso—¿No vas a entrar? —pregunté porque ella estaba realmente relajada, sin prisa por entrar a su casa.

— No quiero hacerlo aún— Sloane se me acercó de forma peligrosa, porque rodeó mi cuello con con sus brazos— Hueles bien, me gusta tu perfume.

Mi corazón latía, no tenía en mis planes una escena así con ella.

— Pues gracias— contesté nervioso. La miré de reojo, ella estaba bastante ida, y estaba tan cerca, que tenía miedo de que algo pasara entre nosotros.

— Joseph...— Ella volvió a mirarme y yo no supe que decir.

— ¿Qué pasa, Sloane?—tragué saliva.

— ¿Cuándo vas a besarme?— Yo quedé helado ante esa pregunta, no me lo esperaba, mi corazón latía fuerte, porque no creía que ella pudiera hacer una pregunta así de directa— ¿Crees que soy lo suficientemente linda?— Ella me tenía comiendo en la palma de su mano, no entendía por qué demonios tenía que pasarme algo así, pero sólo quería olvidar que ella era la ex novia de mi mejor amigo, porque eso era realmente un pecado. Sloane estaba muy cerca de mí, estaba dispuesta a ser besada, y mis manos descansaban sobre sus caderas, estábamos quizás a un milímetro de rozar nuestros labios, cosa que hacía latir mi corazón de una manera descomunal.

— Lo siento —Maldije por separarme de ella, pero era necesario— Eres muy linda, pero no puedo besarte.

— Ibas a besarme el otro día— Su rostro era de decepción—¿Por qué ahora dices que no puedes?

— Porque de partida, si tengo que besarte, quiero que sea cuando estés sobria. Quiero que realmente lo quieras.

— Pero te gana el hecho de que fui novia de Christopher—Ella refutó mi pensamiento— Estoy marcada por Christopher. Soy como Woody, con el Andy escrito en la bota. Soy propiedad de tu amigo y por eso nunca vas a besarme— ella suspiró. Lo dijo algo cabreada.

— Sloane, no pienses eso...

— Claro, hay códigos que no se pueden romper— miró al piso—Es mejor que me entre, ve a descansar Joseph.

—¿Ahora me odias? — Tenía rabia, había arruinado lo único real que tenía por estos últimos días.

— No te odio, sólo me siento como una estúpida. Perdón por querer besarte, somos amigos y estuvo mal. Además, estoy muy ebria como para poder pensar— hablaba con ironía y eso me hacía sentir peor.

— No es necesario que lo tomes así— intenté tomar su mano, pero ella se zafó de mi agarre—  Sloane, no quise hacerte sentir mal. Sólo que, si debemos besarnos, quiero que sea especial.

— Mierda Joseph, entiende que después de esto, yo nunca más intentaré otra cosa contigo que no sea amistad— eso había dolido un poco— Ya eres un hombre, un adulto, no vas a perder tu virginidad conmigo como para esperar tanto para un jodido beso, tampoco llenaré la casa de velas para nuestro primer beso— Estaba realmente molesta— ¿Sabes? Es mejor que hablemos mañana, quizás sí estoy muy ebria como para tener una conversación de adultos. Es mejor que entre a casa, y espero que mañana no me llames, porque sentiré demasiada vergüenza, y es probable que ni quiera verte.

— Okay, perdóname por ser un idiota— estaba gritando por dentro, no podía entender cómo diablos era tan estúpido.

— No te preocupes, está todo está todo bien— Sloane entró a su casa y yo me subí al coche.

Mierda— grité ya dentro, sin que nadie pudiera escucharme.

Narra Sloane:

Desperté el día sábado a las once de la mañana, mi cabeza me dolía como nunca y me empezó a doler aún peor,  cuando recordé lo que había pasado con Joseph la noche anterior, la cara se me caía de vergüenza, y quizás había perdido su amistad para siempre.