Abrumado por la fama, Joseph Quinn, quien dio vida al entrañable Eddie Munson en Stranger Things, vuelve a su barrio de la infancia en su querido Londres, lugar en el cual, viven sus mejores amigos, que de una u otra forma, lo llevan a meterse en en...
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Noche Buena y Navidad.
Narra Sloane:
Llegué a la casa de Joseph, con mis regalos para él, Adam y su madre. Él se veía realmente adorable, incluso podría decir que se había peinado el cabello para esa noche especial, lo cual me parecía lindo de su parte. Él suele llevar sus rizos al viento.
— Me encanta que estés pasado la navidad con nosotros— la madre de Joseph me abrazó.
— Muchas gracias, señora Quinn— le sonreí.
— Sólo dime Imogen— ella me sirvió una copa de vino— En esta casa adoramos la navidad y me encanta el hecho de que mi bebé esté con nosotros— Ella abrazó y le habló a Joseph como si fuera un pequeñito.
— ¡Sloane!— Adam me abrazó en cuanto me vio y yo sonreí al sentir su abrazo sincero de niño.
— ¡Adam!— hablé con cariño y lo miré con una sonrisa— Te ves muy lindo.
— No debiste molestarte en traer regalos— Imogen me sonrió— Me alegra mucho que mi Joe tenga una buena amiga.
— Me gusta hacer regalos— le sonreí y después lo miré—Me gusta su familia, Imogen. Por poco viajo donde mis padres, pero Joseph hizo que me quedara— se acercó y me abrazó por detrás. Su madre y Adam no nos estaban viendo de forma directa, razón por la cual, aprovechó de ser cariñoso conmigo.
— Te ves hermosa esta noche— susurró en mi oído— Tengo otro regalo para ti, aparte del que tengo en el arbolito—Besó mi mejilla y me sonrojé. Con Joseph estaba experimentando tanto, cosas que jamás pensé vivir con un chico, y no es que me prometiera viajes a otros países, como lo hacía Chris. Joe me tocaba con cariño, hacía cada detalle especial, desde ese día, donde no me abandonó, a pesar de ser una desconocida para él.
La casa de los Quinn era hermosa, sobresalía de su barrio por la decoración de navidad y por la música navideña. Joseph tiene una familia pequeña, pero muy linda.
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Ya habíamos terminado la cena de navidad, y sentí una vibración de mi teléfono celular; eran mensajes, que por más que quisiera ignorar, no podía. Sabía que eran de Chris, razón por la cual, no podía dejarlos así, sin leer. Es como si fuera un demonio en mi mente.
Chris: Hola linda ¿Dónde estás esta noche?
Sloane: Hola, ¿Por qué esa pregunta?
Chris: Mis padres se acostarán temprano y me quedaré solo. Tengo una botella de vino y pensé que sería bueno acompañarte esta noche.
