Abrumado por la fama, Joseph Quinn, quien dio vida al entrañable Eddie Munson en Stranger Things, vuelve a su barrio de la infancia en su querido Londres, lugar en el cual, viven sus mejores amigos, que de una u otra forma, lo llevan a meterse en en...
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Narra Sloane:
— Hija, te buscan...— mamá me llamó desde el pasillo, yo aún estaba acostada y eso que ya era bastante tarde para mí. Suspiré, no sabía quien podría estar buscándome a las diez de la mañana un día miércoles. Me levanté rápidamente y me puse ropa cómoda, no tenía ganas de vestirme linda sólo para una persona que no sabía quién era. Me puse una camisa grande, vaqueros holgados y zapatillas, me amarré el cabello en una cola de caballo y bajé.
— ¿Quién es?— pregunté y mamá hizo un gesto extraño. Papá me miraba desde el sillón y movió su cabeza a mamá.
— Sólo sal, Sloane— papá habló y yo miré por última vez a mamá. Abrí la puerta y vi a un chico parado de espaldas, mirando hacia la calle.
Cuando me dijeron que alguien me buscaba, mi corazón se aceleró. Pensé que era Joseph, pensé que me estaba buscando y que quería volver donde mí, aquello de una u otra forma me llenaba de emoción y no quería terminar desilusionada, pero él nunca fue como para llorar su pérdida.
Cuando vi esa figura de espaldas, todos esos posibles escenarios de reencuentro con Joe, se desvanecieron, porque conocía demasiado bien esa silueta como para equivocarme, además veía una cabellera color negro intenso, y unos brazos fuertes.
— ¿Qué haces acá?— pregunté de brazos cruzados y él se volteó con una sonrisa.
— Supe que estabas acá y vine a verte— Chris se me acercó— Te extraño, Sloane.
— No debiste venir— miré al piso, pero él intentó tomar mis manos. Yo me zafé de su tacto que no me lo creía, sus caricias no eran verdaderas. Las últimas cosas que Joseph me dijo, me hacían demasiado eco en la cabeza como para pensar que Chris era totalmente correcto conmigo
— ¿Por qué escapaste, mi amor? — Chris tomó mi barbilla.
— Quería un descanso—me corrí para que él no pudiera tocar más mi piel.
—¿Por qué no me avisaste? — él me miró de reojo— Sabes que siempre estaré para ti.
— Porque ya no somos novios— fui tajante al responder— Nosotros no somos nada, no tengo que darte cuenta de mis acciones.
— No te das cuenta de lo arrogante que eres— Chris me miró triste—Viajé casi un día para venir a verte y me tratas así. ¿Esperabas a alguien más?— él me miró divertido, como si quisiera burlarse de la situación.
— No, Chris. ¿Hasta cuándo vas a buscar posibles nuevos romances para mí? Entiende que no quiero involucrarme con nadie más, y no me hables más de Joe, entiende de una vez por todas, ya no somos eso que solíamos ser, no tengo que hablar de mi vida contigo— Nada de lo que haga es por Joseph— mentí, porque sí era capaz de mucho por él. Sólo que tenía miedo de resultar lastimada nuevamente— Entiende que sólo es un amigo.
