El omega que fue prometido

El norte

- Estos días no has estado de buen humor, al parecer. - Cregan le dijo al menor acercándose a él en el balcón de la habitación. - ¿Me dirás porque? Desde la reunión del consejo hace un par de días no dejas de estar pensativo.

- Son solo algunas cosas que mi abuela Rhaenys dijo. Nada importante, en realidad. - Luke respondió con tono aburrido.

- Te creeré solo porque no pareces muy dispuesto a contarme. Ahora bien, tengo algo importante de lo que quiero hablar contigo. - Cregan saco una carta y se la entrego al menor. - Es de mi padre, adelante léela.

Lucerys tomo el sobre y con mucha curiosidad, abrió la carta y leyó su contenido. Era extraño recibir un mensaje del padre de su protector, había conocido a Lord Stark el día que descubrió su inmunidad al fuego, pero realmente no habían hablado luego de ello. Lucerys tenía muchas cosas en su cabeza en aquel momento como para sentarse a charlar con el señor del norte.

"Para el príncipe Lucerys Velaryon:

Probablemente esté sorprendido de recibir esta carta, pues no hemos tenido la oportunidad de hablar como se debería, sin embargo el día que le conocí no parecía ser el mejor momento para entablar una conversación adecuada con usted.

Es por ello que me he tomado el atrevimiento de enviarle está carta, extendiendo una invitación a nuestro festín de la cosecha.

Si acepta, Cregan le explicará lo que hacemos en dicha celebración y lo que se debe vestir, no se preocupe, mis sirvientes se encargarán de tenerle lista la ropa adecuada.

Sinceramente a sus servicios, Lord Rickon Stark. "

- ¿Tu padre me está invitando al norte? - Lucerys pregunto con una ceja alzada. - ¿Acaso planeas secuestrarme y convertirme en tu esposo en tus tierras? Te recuerdo que mi madre y hermanos tienen dragones.

Cregan agradeció a todos los dioses el ver por fin la sonrisa burlona del joven omega adornando su hermoso rostro, aún si se estaba burlando de el.

- Jamás pensaría en atreverme a hacer algo así, mi príncipe. Soy más que consiente que usted solo puede romperme la cara si intentará tal cosa. - Cregan respondió sonriendo. - Además... Me gustaría más una boda Valyria. Escuché que son muy hermosas y significativas.

- Lo son, las bodas Valyrias unen a los participantes por toda la eternidad. - Lucerys respondió sonriendo. - En cuánto a la invitación de tu padre... Debo pedir permiso pero dado que aún no tengo un alfa, no creo que mi madre acepte.

- ¿Quien dijo que debías pedírselo a tu madre? Tu abuelo es el rey, sus palabras son órdenes para todos.

Los labios del menor se extendieron en una sonrisa burlona, su protector tenía razón, nadie podía pasar por encima de la palabra del rey. Y su abuelo aún enfermo y en cama, seguía siendo el gobernante de los siete reinos.

- Esperame aquí, Amelia me acompañará a la habitación del rey. - Ordeno el omega.

Lucerys salió de sus aposentos y luego de llamar a su criada más fiel, se encamino hacia la habitación de su abuelo. La misma donde había venido al mundo.

Aún se reía cuando recordaba la historia de su nacimiento.

- Vengo a ver al rey, es urgente. - Lucerys le dijo a los guardias que custodiaban la puerta.

Aunque parecieron dudar al principio, se hicieron a un lado, sabiendo que Lucerys era el favorito del rey y su protegido.

- El príncipe Lucerys Velaryon ha venido a verle, majestad. - Anuncio un guardia antes de retirarse.