Un alfa especial

1.6K 206 23
                                    

Cuando finalmente Lucerys y Dagda llegaron a la fortaleza, todo era un verdadero caos. En la entrada, los guardias gritaron al verle, como si un peso se les hubiera quitado de encima. Al entrar, no había muchos caballeros, según informo Amelia, habían sido enviados a buscar al joven principe. En tanto los sirvientes, corrían de un lado a otro, alborotados y limpiando el desastre que Rhaenyra había dejado a su paso desde el día anterior.

Cuando Luke finalmente encontró a su madre, está lo abrazo tan fuerte que casi le deja sin aire, pero nadie podía culparla, le fue prohibido salir a buscar a su cachorro por ser la heredera. Y eso había acabado con su paciencia.

Desde luego, Alicent se mostró de mal humor, aunque fingiera felicidad por el regreso de Lucerys. El omega sabía que ella no estaba contenta, podía leer sus ojos, las emociones que reinaban en ellos eran de ira. Estaba enojada.

Asi que realmente había sido ella quien ordenó el ataque.

Lucerys se preguntaba quién podía ser la persona que lo apuñaló, había ocultado su olor muy bien, así que debía ser alguien que perdería mucho si supieran que fue él.

Pero no podía pensar en quien, no había sido Criston, el tipo que lo atacó tenía ambas manos. Tampoco era Larys, no caminaban igual. Dudaba mucho que fuera Thomas, aún seguía obsesionado. Mucho menos Otto, no se arriesgaría a tanto.

Sin embargo, Lucerys no tuvo mucho tiempo para pensar, ya que paso a asuntos más importantes. Como anunciar que iba a tomar un segundo protector.

Alicent casi se desmaya cuando Luke dijo que Dagda era un brujo.

Aunque la magia era algo con lo que estaban bastante relacionados, no era muy bien vista aún. No en algunas cosas. Porque los brujos tenían más poder del que a la gente les gustaría aceptar.

Pero nadie podía negarse a qué Lucerys tomara un segundo protector, era un príncipe, podía tener tantos como quisiera. Para asegurar su bienestar.

Dagda fue nombrado protector en los aposentos del rey.

∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

Según lo que le habían contado a Lucerys, Cregan estaba realmente furioso con Dalton y le había dado una paliza un poco severa... A la que Dalton no respondió, ya que también se sentía culpable.

Sobre Dagda, Cregan no parecía molesto. Había hablado con el brujo y llegaron a la conclusión de que ambos protegerían a Lucerys con sus vidas. Así que estaban en buenos términos.

En cuanto a las salidas, se le prohibió a Lucerys ir sin uno de sus protectores. Aunque igual Cregan no parecía querer separarse de él más, siempre que lo hacía algo pasaba.

Ahora mismo, Lucerys estaba caminando por un pequeño jardín, admirando el paisaje. Adorando las flores y la tranquilidad.

– ¿Dónde está Dagda el día de hoy? – Pregunto el omega.

– Está siendo entrenado, debe saber pelear con algo más que solo su magia si desea defenderte. – Cregan respondió.

– Hmm, ya veo. No deben de ser tan duros con él. – Pidió Lucerys, estaba a punto de decir otra cosa, hasta que vio a alguien sentado en los límites del jardín. – Cregan... Mantente atrás.

Lucerys continuo caminando y tomo asiento junto a cierto alfa, que se encorvaba sobre si mismo, pareciendo tan miserable.

– Me sorprende verle aquí, tío. – Lucerys dijo, observando como el alfa daba un pequeño salto.

El omega que fue prometido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora