Capítulo 23 🚘

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Narra Mikhail

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Narra Mikhail.

Apenas pongo un pie en Rusia, siento un gran peso en mis hombros. Aquí ya no soy escolta de Oleg, solo su primo. Aquí ya no soy un subordinado, aquí soy el heredero de la familia Tretyakov. Aquí, mi apellido pesa más que el de Oleg.

—Señor —saluda un hombre que no conozco, haciendo una reverencia para mí. Veo a Oleg y él ríe por lo bajo. Odio estás formalidades y él lo sabe, por eso aceptó llevarme con él. Por eso no insistió como mi padre en hacerme cargo del negocio.

No quiero ser un puto peón en un maldito tablero de ajedrez, quiero ser quien mueve las fichas desde afuera.

Ambos subimos al auto y espero que la ventanilla suba para relajarme del todo, pero ambos evitamos decir algo en el camino porque sabemos lo sádico que es mi padre, así que debe haber algún micrófono y cámara oculta para llevarnos ventaja antes de llegar ante él.

Sin embargo, cuando el auto se va aproximando a la mansión, el ruido, los autos y las personas nos hace vernos a ambos.

—¿Qué es eso? —le pregunto a Oleg y él niega con la cabeza.

—No tengo idea —confiesa. Suspiro con desgana.

Una maldita fiesta no es lo que quiero justo ahora, joder.

Cuando el auto se detiene, enseguida ambas puertas son abiertas y se nos ofrece salir. Lo hacemos al mismo tiempo.

—Suéltame —siseo cuando el hombre toma mi brazo. De inmediato me suelta.

—Disculpe, señor. Su padre los está esperando en el salón —informa. Suspiro, viendo ya a Oleg a mi lado. Comenzamos a caminar sin inmutarnos cuando nuestros nombres comienzan a sonar en la boca de algunos de los invitados.

El nombre de Oleg ya no es como antes, después de la muerte de Alek, la gente lo ve con temor y lo menciona de la misma forma. Y mi nombre, pues, mi nombre se menciona cada vez que mi padre es visto en la calle.

Todos me recuerdan por Emma...

—Esto debe ser una jodida broma, Oleg. ¿A qué mierda me trajiste? —cuestiono, estrujando mi rostro con mis manos al entrar al salón y ver a la cantidad de mujeres desnudas paseándose por el lugar.

—No sabía de ninguna fiesta. Lo juro. ¿Crees que quiero que K sepa que estoy en un lugar así? —pregunta. Cojo aire.

—Algo planea y lo sabes —zanjo, haciéndome paso entre las mujeres para llegar justo al centro, donde mi padre está sentado en un maldito trono, rodeado de mujeres, dándole de beber a una de su copa. Giro los ojos—. Padre, ¿qué mierda es todo esto? —cuestiono, haciendo que moje el rostro de la mujer al verme.

—Oh, llegaste —dice y se levanta, dejando que la bata de baño que tiene se abra, revelando que solo lleva puesto un maldito bóxer.

—¿Qué mierda? ¿Pasaste de ser el viejo mandamás a un simple payaso bufón? —interrogo, no viendo venir la bofetada que llega a mi mejilla izquierda. Me mantengo sin quitarle la mirada.

ESCOLTA DESIGNADO 🚘 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora