Narra Megan.
Cuando despierto estoy completamente sola en la habitación, sin rastro alguno de Mikhail o de hace cuánto tiempo se fue. Suspiro, sentándose en la cama y recordando mis últimas palabras.
¿Cómo pude caer tan bajo?
Es cierto, joder, lo que dije es cierto.
Estoy terriblemente enamorada de él, pero me da tanto miedo el dejárselo tan claro porque ahora que Oleg no está, ¿qué lo ata a seguir aquí en Estados Unidos?
¿Emma y los niños?
¿Por qué me cuesta tanto incluirme en esa corta lista?
Dijo que no me había enamorado sola, ¿tomo eso como que también está enamorado de mí, pero no sabe definir sus sentimientos?
Dios, es tan difícil.
En los libros es más fácil, enamorarse es fácil porque cuando tengo dudas del final de la historia, siempre puedo saltarme todo e ir al final y, en dependencia de lo que lea, seguir con la lectura o pararla.
Pero no, en la vida real no está esa opción.
En la vida real toca seguir viviendo porque no puedes saber tu final.
Bueno, hablo en el sentido amoroso.
No me vengan ahora con que todos sabemos que la vida acaba cuando la muerte llega, eso es basura.
Hablo de lo amoroso.
¿Cómo puedo saber el final de Mikhail y yo, si en nuestra historia, ruego porque nunca tengamos un final?
Cojo aire y decido regresar a mi habitación porque es mejor sentirte miserable en tu espacio que en uno ajeno. Mucho más este siendo su espacio.
Sin embargo, por mero masoquismo, cojo una camisa suya que encuentro sobre el sofá individual y la pego contra mi pecho.
Lo sé, lo sé, puedo actuar como una tonta enamorada porque eso es lo que soy.
Paso de la mirada de todos en mi camino a mi habitación y encuentro a Steffan fuera de ella.
—Hola, Steffan —saludo con la voz apagada, pero devuelvo su sonrisa cuando me regresa el saludo. No consigo llegar a mi cama antes de que unos toques en la puerta me hagan detenerme y girarme. Camino de regreso y abro, encontrándome a K con los ojos rojos.
—Necesito un favor —suelta apenas abro la puerta. Miro primero detrás de su hombro donde, en vez de estar Steffan, Mikhail me mira. Suspiro y me hago a un lado, dejándola entrar.
—Lamento esto, K, yo no quería, no creí que. —Me hace callar alzando la mano.
—No tienes que disculparte, Megan. ¿Tienes un conjunto interior que no hayas usado antes? —pregunta, sorprendiéndome por completo. Mis mejillas se calientan tanto que ella lo nota y comienza a reír bajito.
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ESCOLTA DESIGNADO 🚘 [COMPLETA]
Storie d'amoreLibro #2 de la Trilogía "Independiente" Amores Designados. No es necesario leer el primer libro, pero se recomienda para entender situaciones de ciertos personajes. El plan de Megan de solo pasar dos semanas en esa ciudad para visitar a su mejor ami...