Capítulo 26 🚘

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Narra Megan

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Narra Megan.

Han pasado dos semanas desde que conocí a Emma y los niños. En ese tiempo, he seguido frecuentándolos. Mikhail me lleva de vez en cuando con él y he aprendido que puedo ser muy buena con los niños.

Bueno, con Ella y Mael, mejor dicho.

Nos la pasamos riendo cada vez que los visito. Les encanta avergonzar a su tío y a mí me encanta ver a Mikhail ponerse rojo de vergüenza. Siempre que volvemos, me coge con mucha rabia por reírme de él.

Está de más decir que me porto peor en la siguiente oportunidad para que me coja más duro, ¿cierto?

Justo ahora estoy con K, porque la he descuidado un poco y me sentí mal cuando la vi está mañana con la mirada triste, perdida.

—¿Estás bien? —le pregunto, entrando en su lugar favorito, dónde la encuentro acostada sobre los almohadones, viendo algo en su celular.

—Sí —asegura, fingiendo una sonrisa. Me acuesto a su lado.

—No tienes que mentirme, K. Soy tu amiga, ¿lo olvidas? —reviro.

—Estoy cansada de este encierro —confiesa. Sonrío.

—Y yo —miento, porque pues, cuando estoy aquí, estoy con Mikhail, pero sigo sin decirle a ella de él porque, aunque Mikhail aseguró que se encargaría de Oleg, ahora que sé que es su primo, pues, es fácil hacerlo, pero no sé lo que opine K de esa relación que tengo con él.

Quisiera contarle porque, pues, estoy sintiendo tantas cosas por Mikhail que me aterra darle un nombre en mi interior, pero que ese nombre no sea el mismo para él.

¿Qué pasa si mi protagonista perfecto..., no está en el cuento correcto?

¿Qué tal si Mikhail es el protagonista en mi historia, pero yo no lo soy en la suya?

—Podemos salir. Lo siento, he pasado tanto tiempo encerrada, pensando en cómo hacer lo que Connor me pidió, que te he abandonado demasiado —confiesa. Arrugo el rostro, volviendo a la realidad.

—¿Qué te pidió Connor? —cuestiono. Suspira.

—Eso de no estar con Oleg. Cada vez es más difícil, Megan —confiesa. Sonrío—. Cuando viene, solo quiere que estemos todo el día acostados, desnudos, besándonos como locos. Y mi cuerpo. —Calla, desviando la mirada. río bajito.

—Lo sé, lo sé, es difícil estar con un chico que te gusta, desnuda y no querer, ya sabes, intimar con él —digo—. Pero, K, quizás si lo piensas de este modo, se haga un poco más llevadero —propongo y me mira atenta para que prosiga—: ¿vale la pena tener unas manos por un rato, intentando calmar el deseo que solo otras manos han instalado en tu cuerpo? —cuestiono. Coge aire con fuerza.

—Quiero hacer el amor con Connor —musita. Sonrío, ojalá él pudiera escuchar eso. Sigo creyendo que no hay historia de amor más merecida que la de ellos—. Pero él es el esposo de tu hermana y yo tengo que hacerme a la idea de que, ese deseo no va a cumplirse, Megan. Faltan solo dos semanas para que el plazo se cumpla —me recuerda. Asiento.

—Y, mientras que eso pasa, no puedes perder la esperanza, K. Eran dos meses, no mes y medio. Si lo que estás buscando es escuchar de boca de otra persona, la aprobación de que no estaría mal si hicieras el amor con Oleg antes, no soy la persona correcta para eso —confieso.

Desvía de nuevo la mirada para jugar con sus manos sobre sus rodillas cuando las recoge un poco.

—No es eso. No quiero hacer el amor con Oleg —asegura. Asiento, pero no digo nada—. Solo digo que, es muy tentador cuando todo lo que tengo en mi sistema son sus manos, sus besos, sus ganas de devorarme —explica. Asiento de nuevo.

—Falta poco, ¿sí? Aprovechemos que todavía no vuelve y que, ya solo son dos semanas más. Confiemos en que, en ese tiempo, él no volverá y Connor va a lograr su misión. Te ama, K. Ama con locura que seas su colibrí, me lo dice a diario —confieso. Sus ojos se iluminan y una sonrisa adorna su rostro, viéndome con ilusión.

Ruego en mi interior que esa ilusión no muera nunca y que Connor realmente lo logre.

Que puedan lograr estar juntos.

—Me lo dijo cuando vino —confiesa. Sonrío de oreja a oreja como ella lo hace—. Y yo también lo amo —admite ahora. Río bajito.

—Eso lo sé mejor que nadie —reconozco. Se sonroja, pero ríe.

—¿Cómo vas con Mikhail? —pregunta de pronto. Arrugo el rostro, porque no entiendo el cambio tan brusco de conversación.

No creo que Oleg le haya comentado algo... ¿o sí?

—¿Por qué lo preguntas? —cuestiono, no queriendo soltar la sopa tan pronto. Suspira.

—He notado cómo te mira. Creo que le gustas —confiesa. Sonrío, pero borro la sonrisa cuando me mira, aunque es tarde y ríe—. ¿Te sigue gustando? —pregunta. Muerdo mi labio inferior.

Muero por decirle, joder.

—No me gusta —declaro y ella alza las cejas, luego asiente despacio—. Me encanta, K. Joder, es que, mientras más veo a ese hombre, más loca me vuelve —confieso. K se pone colorada, pero comienza a reír bajito y se levanta, sentándose. La imito.

—Lo lamento, Megan. No sé por qué razón no le gustan otras mujeres que no sean rusas, he intentado preguntarle a Oleg, pero me dijo que era algo personal de Mikhail, que él no tenía derecho de contarlo —explica. Asiento.

Tiene razón, eso es algo que debo preguntarle y que no lo he hecho. Porque sigo convencida de que, yo, rusa no soy.

Y quisiera poder confesarle a K que esta americana le gusta tanto como para revelarse contra su padre, como para dormir con ella, como para leer por ella, como para abrirse sobre su pasado por ella, como para... quererla a ella.

Porque me quiere.

Sé que lo hace.

—Pues, ya eso no me importa, ¿sabes? Tú misma lo has dicho, me mira mucho. Yo también creo, no, es más, no creo, sé que le gustó, así que, podrá tener muy su regla de no estar con americanas, pero ¿quién quita y esta americana lo cambie todo? —reviro. K ríe con ganas, sonrío por poder quitar de sus ojos la tristeza que tenía hace un rato.

—Amo esa seguridad tuya. ¿Podrías regalarme un poquito? Sigo sin dinero para comprarla —confiesa. Río con ella.

—Cuando sabes lo que vales, sabes qué tanto puedes lograr con ese valor, K. Y míranos, somos oro puro, bebé —declaro. Vuelve a reír con ganas, pero asiente mientras ríe. La imito.

¿Ya he dicho que amo la amistad de K y Megan?

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¿Ya he dicho que amo la amistad de K y Megan?

ESCOLTA DESIGNADO 🚘 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora